May 01, 2017 07:52 UTC

En el nombre de Dios, todopoderoso. Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes de la Voz Exterior de la República Islámica de Irán. Estamos con ustedes con otro programa más de la serie de artículos titulados Derechos Humanos Islámicos.

Dios concedió en el interior de todas las personas la virtud de la amistad y ordenó a los profetas divinos dirigir a la gente hacia la amabilidad y simpatía para que bajo la sombra de la paz y seguridad en la sociedad, todo el mundo tenga la oportunidad de recorrer el camino del crecimiento espiritual. Aunque la amistad y amabilidad entre las personas provoca la tranquilidad en la vida social, pero algunas veces las relaciones humanas se dirigen hacia la enemistad y algunas personas por envidia u odio, manifiestan su enemistad contra los demás.
 
Dios en la mayoría de los criterios que ha determinado para conocer al enemigo, ha insistido en sus comportamientos. En realidad, el enemigo es engañoso y astuto, por los comportamientos que realiza, pero finalmente esclarece su intención y objetivo verdadero. Los enemigos nunca dan bondad a los demás; por eso, realizan todo lo que este a su alcance para ponerles piedras en el camino y que padezcan sufrimiento. 
Dios en las aleyas 118, 119 y 120 de la sura de la Familia de Imran recuerda la maldad de los enemigos como un criterio para conocerles y solicita a todo el mundo que este atenta sobre este asunto. En estas aleyas leemos:

 ¡Creyentes! No intiméis con nadie ajeno a vuestra comunidad. Si no, no dejarán de dañaros. Desearían vuestra ruina. El odio asomó a sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es peor. Os hemos explicado las aleyas. Si razonarais. Vosotros bien que les amáis, pero ellos no os aman. Vosotros creéis en toda la Escritura... Ellos, cuando os encuentran, dicen: ¡Creemos! Pero, cuando están a solas, se muerden las puntas de los dedos, de rabia contra vosotros. Di: Morid de rabia. Alá sabe bien lo encierran los pechos. Si os sucede un bien, les duele, si os hiere un mal, se alegran. Pero, si tenéis paciencia y teméis a Alá, sus artimañas no os harán ningún daño. Alá abarca todo lo que hacen. 

Quienes tienen enemistad ante los demás, esclarecen claramente su odio y furia en sus palabras. Las frases abominables si incluso se pronuncian con un tono suave y dulce, pero finalmente se revelan completamente. Mientras tanto, algunas personas por sus duras medidas secretas, son capaces de tapar su odio bajo sus palabras, pero estas mismas personas también al tener un tono muy suave en sus palabras, finalmente revelan su enemistad ante los demás.
La doble moral entre lo dicho y hecho, es otro criterio que Dios ha establecido para conocer el amigo y el enemigo. Los enemigos actúan contrarios de lo que dicen y nunca existe similitud entre sus dichos y hechos. La religión del Islam ha ofrecido recomendaciones eficaces para comportarse con los enemigos y ha reconocido oficialmente unos derechos para ellos.
El Hazrat Ali (la paz sea con él) dice: una persona abstinente, no oprime a su enemigo y no perpetra pecado por su amigo.
Aquel Hazrat en esta frase mencione dos asuntos muy importantes. Primero es que si una persona creyente en los asuntos humanos e islámicos, tiene problemas con alguien, nunca lo debe oprimir. Y segundo es que, si aquella persona por criterios humanos e islámicos tiene un amigo, nunca peca por él ni pisotea los principios fundamentales del Islam por su satisfacción.
Alguien que perdona las maldades de los demás, ha conseguido todas las bondades. Es decir: tener paciencia es una característica moral que la mayoría de las misericordias, está oculta en ella. Ya que, la indulgencia es la mejor imagen de la bondad. Si los miembros de una sociedad tienen esta buena característica moral, en caso de que una persona los oprima, seguramente, tendrán paciencia y después, obtendrán resultados positivos. En esta sociedad, se acaba con la raíz de todas las maldades y en su lugar, se gobierna la bondad, amabilidad, amistad, simpatía y unidad.
Hay que establecer la justicia en la sociedad para destruir las vías del pecado y la opresión. Ya que si la justicia se gobierna en la sociedad, se destruirá la raíz de todas las maldades.
 
Dios en la aleya 9 de la sura de Las Habitaciones Privadas dice:

Si dos grupos de creyentes combaten unos contra otros, ¡reconciliadles! Y, si uno de ellos oprime al otro, ¡combatid contra el opresor hasta reducirle a la obediencia de Alá! Y, cuando sea reducido, ¡reconciliadles de acuerdo con la justicia y sed equitativos! Alá ama a los que observan la equidad.

También en la aleya 199 de la sura de Los Lugares Elevados leemos: ¡Sé indulgente, prescribe el bien y apártate de los ignorantes! Esta aleya recomienda al profeta del Islam que perdone a los ignorantes y se aleje de los desinformados. Ya que, la mayoría de las maldades surge por la ignorancia y desinformación.
Testimonios históricos hablan sobre el perdón y la medida tomada del gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) a los enemigos de La Meca. Los opositores de dicha ciudad durante 13 años, tuvieron los peores comportamientos y cometieron muchos transgresiones contra el Hazrat Mohamad y los musulmanes, y les encarcelaron durante 3 años en Sheb Abi Taleb. Sin embargo, cuando aquel Hazrat llegó a la Meca, preguntó a sus opositores: ¿pensáis qué haré con vosotros?, ya que habían oprimido al pueblo de la Meca, y reiteradas veces habían luchado contra ellos y desencadenado las guerras de Ohod y Jandagh, pero con el conocimiento que tenían del profeta del Islam, respondieron: nosotros solamente vemos bondad en ti. Tú eres nuestro hermano mayor. Ellos habían visto esta grandeza en la personalidad de aquel Hazrat. Por eso, el profeta del Islam les dijo: todos vosotros sois libres.
Un creyente verdadero no toma venganza. Por eso, si una persona se enfrenta con una opresión, mantiene la paciencia hasta que Dios tome venganza del opresor. Un creyente verdadero nunca se enfrenta con el opresor  ni piensa en la venganza.

Imam Sayad, cuarto imam de chiíes del mundo, sobre los derechos del enemigo dice: el derecho de alguien que ha realizado una maldad ante ti, es que si lo ha realizado sin intención, es mejor que le perdones para destruir la raíz de la discrepancia y así, muestras tu cortesía a los demás. Pero, si su maldad es intencionada, no debes castigarlo adrede ni pensar en tomar venganza sino que tienes que comportarte con flexibilidad y suavidad.