May 08, 2017 07:54 UTC

En el nombre de Dios, todopoderoso. Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes de la voz exterior de la República Islámica de Irán.

La hermandad islámica entre los musulmanes es uno de los más importantes asuntos planteados en el Islam. Uno de los lemas fundamentales y relevantes islámicos es este lema: los musulmanes son hermanos. En la aleya 10 de la sura de Las Habitaciones Privadas leemos: Los creyentes son, en verdad, hermanos. ¡Reconciliad, pues, a vuestos hermanos y temed a Alá! Quizás, así, se os tenga piedad.

Cuando las personas quieren mostrar su interés y amor a los demás, les recuerdan como sus amigos y compañeros. Pero, el Islam ha elevado el nivel de la amistad entre los musulmanes hasta establecer una relación muy cercana con base en la igualdad entre ellos y les considera hermanos.

 

Basado en este importante principio islámico, los musulmanes de cualquier raza y etnia, edad y lengua, son hermanos; aunque cada uno este en el este y el otro en el oeste. En las ceremonias de peregrinación donde los musulmanes de todo el mundo se reúnen, esta relación y solidaridad es completamente palpable y muestra una escena clara de esta importante ley islámica. 

 

El Islam considera a todos los musulmanes como una familia unida y dice que todos los creyentes son hermanos y hermanas; no solo en la palabra y el lema, sino que en la práctica y compromisos mutuos. En las narraciones islámicas también se ha insistido en este asunto; especialmente, se ha entregado unos aspectos prácticos al respecto. Por ejemplo: el gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) dice: cada persona que se levante por la mañana y no se esfuerce por solucionar los problemas de otras personas, no es buen musulmán.

 

Cada persona que se esfuerce por guardar respeto a Dios y sus profetas, mantiene en realidad, respeto a los musulmanes. Ya que, la religión del Islam considera que el respeto a un creyente, es igual que respetar a Dios y sus profetas y alguien que se esfuerce por pisotear los derechos de otros musulmanes, destruye la estructura de su fe que está basada en la fe a Alá, a los profetas divinos y al día de la Resurrección. En realidad, pisotear los derechos de los musulmanes es igual que ignorar los derechos de los profetas de Dios.

 

Abol Mamun Haresi dice: pregunté al Imam Sadeq, sexto Imam de los chiíes del mundo: ¿Cúal es el derecho de un creyente ante otro creyente? Aquel Imam respondió: cada creyente tiene que amar verdaderamente a su hermano creyente y acompañarle en los asuntos financieros. En su ausencia, tiene que ayudar a su familia y cuando alguien le subyuga, tiene que ayudar a su hermano creyente a salvarse de esa opresión. Cuando su hermano creyente muere, tiene que visitar su sepulcro. No debe engañarle, ni subyugarle, ni traicionarle. No tiene que dejarle solo en las dificultades de la vida ni desmentirle. No debe insultarle ya que el insulto, corta la relación espiritual entre dos personas. No tiene que acusarle; ya que la acusación destruye la estructura de la fe en el corazón de un creyente.

 

El Hazrat Mohamad (saludos sean para él y sus descendientes) dice: un musulmán respeta varios derechos de un hermano creyente. Estos derechos son: cada musulmán tiene que perdonar los errores de su hermano creyente, debe ser amable con él en las dificultades, ocultar sus secretas, recompensar sus amabilidades, aceptar sus disculpas, defenderle ante los enemigos, siempre tiene que ser bondadoso con él, mantener su amistad, respetar los compromisos morales, visitarle cuando está enfermo, participar en sus funerales, aceptar su invitación, recibir su regalo, responder su bondad con la bondad, agradecer su amabilidad, guardar su familia en su ausencia, realizar sus peticiones, salvarle de los problemas, saludarle, dirigirle hacia la prosperidad, respetar sus dichos, ayudarle en los asuntos financieros, confirmar su testimonio, amarle y no enemistarse con él, ayudarle en las dificultades de la vida - tanto sea opresor como oprimido; pero, tiene que ayudar a su amigo opresor para impedir esa conducta y ayudar a su amigo oprimido a  obtener sus derechos. No debe dejarle solo en los acontecimientos de la vida. Tiene que dar para él todo lo que quiere para sí mismo.

 

El Islam quiere establecer una seguridad completa en las sociedades islámicas en las que la gente no solo no ataque a los demás en la práctica, sino que todo el mundo sea inmune de su lengua, sus pensamientos y creencias. Y una sociedad es verdaderamente religiosa en la que todos sus miembros sientan que nadie les acusa tanto verbal como intelectual. El gran profeta del Islam dice: Dios ha prohibido el derramamiento de la sangre, la destrucción de la reputación de los demás y pisotear los bienes de un musulmán. También nadie tiene que penar mal sobre los demás.

Mantener el respeto hacia un musulmán, se considera como un complejo de buenas características morales, es decir: cada musulmán no tiene que hablar mal de los demás, no acusarle, no ridiculizársele, obedecerle y ayudar a los necesitados y pobres. También, debe visitar a sus hermanos musulmanes, respetar a los huérfanos, acabar con sus dificultades, realizar sus peticiones, dirigirles hacia lo justo y prohibirles lo injusto, reconciliarlos entre ellos, ayudarles en asuntos financieros. Pues, según el Hazrat Mohamad, cada musulmán que sea indiferente ante estos asuntos, no se considera buen musulmán. 

 

El Imam Sayad, cuarto Imam de los chiíes del mundo sobre el derecho de los hermanos musulmanes dice: Generalmente el derecho de tus hermanos musulmanes es que tienes que pedir a Dios salud para ellos y amarles verdaderamente. Debes perdonar sus errores, esforzarte por reformar sus equivocaciones y agradecer sus bondades. No tienes que molestarles y debes respetarle en su presencia y ausencia. Debes orar para todos los musulmanes y ayudarles en las dificultades de la vida. Tienes que considerar a los viejos como tu padre, a los niños como tu hijo y a los ancianos como tu hermano. Y finalmente, cada persona que acude a ti para solicitarte una ayuda, tienes que acogerle con amabilidad y mantener sus derechos de forma completa.