May 22, 2017 07:51 UTC

En el nombre de Dios, todopoderoso. Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes de la voz exterior de la República Islámica de Irán. Estamos con ustedes con otro programa más de la serie de artículos titulados Derechos Humanos Islámicos.

 
En este programa, hablaremos sobre la visión del Islam respecto a otorgar ayuda a quien la pida y los derechos de los mendigos y pobres.
En la vida actual, todas las personas se necesitan mutuamente y también piden ayudan a los demás para poder cubrir sus necesidades. En las narraciones islámicas se ha enfatizado mucho en realizar con rapidez las necesidades de la gente. El Imam Reza, octavo Imam de los chiíes del mundo, dice: si tu hermano te solicita algo, tienes que realizar rápidamente su pedido antes de que esa necesidad se desvanezca por cualquier motivo posible.
 
En esta narración se ha insistido mucho en ayudar con rapidez las necesidades de un hermano religioso, ya que es posible que otra persona se entere de la necesidad y sea quien la otorgue; también, en esta recomendación existen unos asuntos ocultos. Primero es que cuando tu hermano religioso te explique su necesidad, y ese pedido esté al alcance de tus manos, realízalo lo antes posible. Y segundo, cuando la necesidad del solicitante se considera una bendición para alguien que le ayuda; ya que, propicia el terreno para su acercamiento a Dios; por eso, antes de que el terreno se destruya, otórgaselo inmediatamente. 
 
Además, Imam Reza (la paz sea con él) decía: la bondad hacia los demás se perfecciona con 3 características: La primera que se brinde con celeridad la ayuda que ha pedido un solicitante. La segunda es que considere pequeña (inválida) su medida ante el solicitante, y la tercera es que tiene que ocultar su bondad a los demás. Tener rapidez en responder las necesidades de los demás provoca su compromiso, considerarlo simple (inválido) provoca su grandeza y ocultarlo provoca el valor de dicha bondad. 
 
Hay que considerar minuciosamente los motivos del Imam Reza para estas 3 condiciones: cuando una persona pide algo que necesita y alguien se le concede inmediatamente, esta bondad provoca su alegría, ya que esta persona debe haber estado bajo una fuerte presión para solicitar una ayuda. Y él nunca olvidará esta bondad. Asimismo, cuando ayudas y le dices al solicitante que tu ayuda no era mucha, a pesar que la ayuda ha sido muy valiosa, esto eleva su situación. Y el tercer asunto es que cuando ocultas tu bondad, en realidad, has realizado un trabajo muy importante y grande.
 
Si una persona pide algo a alguien y él responde positivamente, las dos personas, es decir: tanto el solicitante como él que le ayuda, tienen unos deberes y derechos. El deber del solicitante es que si alguien le hizo algo y respondió su petición, tiene que agradecerle; esta es una regla lógica.
El difunto Alame Maylesi en su libro titulado Bohar dice: Mosama Bin Abdel Malek narra que en el viaje de  peregrinación y en las ceremonias de Mina estábamos en presencia del Imam Sadeq, sexto Imam de los chiíes del mundo,  y ante nosotros, había unas uvas y estábamos comiéndolas. Vino un mendigo y pidió algo al Imam Sadeq. Aquel Imam ordenó que le den unas uvas, pero el mendigo dijo: no quiero uvas, yo quiero dinero. Denme dinero. Imam dijo: Dios te otorgue algo, y no le dio nada al mendigo. Él se fue y después regresó y dijo: denme las mismas uvas, pero, aquel Hazrat dijo: Dios que te de algo; nosotros no tenemos nada para ofrecerte y no le dio nada. Vino otro mendigo y el Imam Sadeq le dio tres uvas. El mendigo cogió las uvas y dijo: agradezco al Creador del mundo que me dio bendición. El Imam dijo: siéntate; después llenó sus manos de uvas y se las dio al necesitado. El mendigo otra vez agradeció Dios. Nuevamente, el Imam llamó a su esclavo y le dijo: ¿cuánto dinero tienes? Él dijo: 20 derhams -درهم- . Aquel Hazrat cogió los 20 derhams de su esclavo y se los dio al mendigo que nuevamente agradeció su ayuda. Luego el Hazrat Imam Sadeq le dijo: siéntate; después, se quitó la ropa que llevaba puesta y se la entregó al mendigo, que agradeció a Alá y oró para aquel Hazrat.
 
En la aleya 19 de la sura de Las Estaciones Graduales leemos: En verdad, el ser humano ha sido creado impaciente. Cuando le alcanza un mal se desespera y si le alcanza el bien es mezquino. Exceptuando a quienes rezan. Aquellos que son constantes en su oración, de sus bienes dan su derecho establecido al mendigo y al desfavorecido, confirman el Día de la Resurrección y temen el castigo de su Señor.
 
También, en la aleya 9 de la sura de La Mañana leemos: Así pues, no oprimas al huérfano, ni alejes al mendigo y proclama la merced de tu Señor.
Múltiples aleyas del sagrado Corán han reprochado el acto de mendigar y pedir ayuda al pueblo; ya que, pedir algo de la gente, provoca la desconfianza a Alá y la humillación del necesitado y de ahí que el creyente tiene valor, al pedir del pueblo, no tiene que destruir su valor y dañar su reputación. El gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) dice: está lejos de la bendición divina alguien que solicita de la gente y pone su deber a cargo de los demás.
 
El Hazrat Ali (la paz sea con él) dice: solicitar de los demás, hace incapaz la lengua del solicitante, rompe su corazón, minimiza su poder, destruye su reputación y reduce su subsistencia.
 
El gran profeta del Islam dijo: no soliciten nada de la gente. En aquel tiempo, vino un pobre para solicitar ayuda del Hazrat Mohamad. Él repitió su frase y dijo: alguien que nos solicite ayuda, le damos pero, alguien que no solicite ayuda de los demás, Dios le enriquecerá. Añadió así mismo: alguien que no nos solicite algo, será más favorecido ante nosotros. El pobre no solicitó nada de él y se fue a su casa. Su esposa le preguntó: ¿por qué no solicitaste nada del profeta de Dios? Él dijo: el Hazrat Mohamad dijo así. Después se fue al desierto, trabajó con fuerza y alcanzó mucho dinero. Informaron su situación al profeta y él dijo: tal como dijimos, alguien que no solicite nada de la gente, Dios hace sus necesidades sin solicitar.
Imam Sayad, cuarto Imam de los chiíes del mundo, dice: el derecho del necesitado que pide ayuda  que si puedes hacer su necesidad, tienes que ayudarle y orar para acabar con su problema pero, si tienes duda en la veracidad de sus dichos y le acusas pero, no estás seguro; tienes que saber que esta duda es la trampa del diablo que quiere alejarte del acercamiento de Dios.
 
 De todas formas, debes responderle con una lengua dulce y ayudarle hasta que puedes. Y el derecho de alguien que le solicitas es que si te otorgó algo, tienes que agradecerle y si no te dio nada, debes aceptar su perdón y hacerte optimista a él. Tienes que saber que si no te dio nada, no tiene culpa ya que, cada persona es libre ante su riqueza y no hay que reprocharle. Y si oprimió, debes saber que la naturaleza del ser humano está basada en la opresión y desagradecimiento.