Jun 12, 2017 11:18 UTC
  • EE.UU. en la semana que pasó

Saludos a todos los estimados oyentes. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales del país norteamericano.

Su primera parada de Trump fue en Arabia Saudí donde mantuvo reuniones separadas con líderes de los países árabes e islámicos del sur del Golfo Pérsico. Después Trump viajó desde Riad a Palestina ocupada y luego a Europa. En el continente verde, Trump se reunió con el papa Francisco en el Vaticano y luego participó en dos reuniones, la de líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y del grupo de los siete (G7). 

 

Además, los escándalos sobre "el caso Trump-Rusia" continuaron la semana pasada. El Buró Federal de Investigación estadounidense (FBI, en inglés) realiza una pesquisa sobre Jared Kushner, el yerno del presidente Donald Trump, por sus contactos con Rusia. Los investigadores creen que Kushner tiene información significativa sobre el caso, lo cual no significa que lo consideren libre de cualquier delito.

 

Por otro lado, el Comité del Senado que investiga la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016, convocó a Michael Flynn, general retirado y exconsejero de Seguridad Nacional de EE.UU. Asimismo, Trump ha contratado los servicios de un abogado privado para afrontar las varias acusaciones en el caso de sus sospechosos nexos con Rusia.

 

Una corte federal de apelaciones asestó un nuevo golpe al decreto del presidente Donald Trump que pide prohibir la entrada a ciudadanos de seis países mayoritariamente musulmanes, tras concordar con organizaciones que alegan que la medida discriminaría contra los creyentes de la fe islámica.

 

Asimismo, la Casa Blanca entregó al Congreso el proyecto de ley del presupuesto del año 2018. De acuerdo con este documento financiero, se reducen los fondos de muchos programas de bienestar social, especialmente, dedicados a las familias más pobres de Estados Unidos.

 

Trump, en su primer viaje desde que llegó a la Casa Blanca, nada más llegar a Arabia Saudí firmó un millonario acuerdo para entregar armas estadounidenses al régimen de Riad en un plazo de 10 años. Se ha anunciado que el volumen de este acuerdo asciende a 110 mil millones de dólares. Además, durante este viaje, se alcanzaron acuerdos comerciales valorados en unos 350 mil millones de dólares que incluyen 10 mil millones de dólares de inversión directa de los saudíes en el territorio estadounidense. Por otro lado, con el viaje de Trump de Arabia Saudí hacia los territorios ocupados, se realizó el primer vuelo aéreo directo de Riad y Tel Aviv. Asimismo, para no provocar la ira del mundo musulmán, en su primer viaje a los territorios de Palestina ocupados por el régimen de Israel, el magnate republicano optó por no hablar sobre la transferencia de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.

 

El presidente de Estados Unidos, antes de participar en las dos reuniones de los líderes de la OTAN y el G7, se reunió con el líder de los católicos del mundo en Vaticano, el papa Francisco. A pesar de que Trump dijo que había tenido una reunión amistosa con el papa, según las fotos publicadas, el líder de los católicos evidenció descontento por las acciones y declaraciones del presidente de Estados Unidos como su oposición a la entrada de inmigrantes y musulmanes a Estados Unidos y su negativa a rubricar el tratado internacional sobre el cambio climático.

 

Cabe mencionar, que la presencia de Trump en la reunión de los líderes de los países del miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no tuvo un efecto adecuado para Estados Unidos. En este encuentro,  Trump se esforzó en persuadir a los miembros de la OTAN  a aumentar sus presupuestos de defensa y a participar en la coalición anti-Daesh, bajo el liderazgo de Estados Unidos.

 

El G7 concluyó su cónclave de Taormina (Sicilia) sin evitar lo inevitable. La reunión de los países más ricos del mundo comenzó con vocación de unidad, pero acabó evidenciando la gran brecha que separa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del resto de sus socios. El eje de la discordia fue la lucha contra el cambio climático, acuerdo que EE.UU. no firmó.

 

La semana pasada, los escándalos informativos continuaron en Estados Unidos. Esta vez, funcionarios británicos acusaron de filtración de datos a sus homólogos estadounidenses. La investigación del atentado de Mánchester y las filtraciones de datos confidenciales en la prensa de Estados Unidos provocó que se abra una brecha diplomática entre Londres y Washington, hasta el punto que los servicios de seguridad británicos han dejado de compartir información relativa al ataque terrorista con su contraparte estadounidense, después de que el diario The New York Times publicase varias fotografías de restos de la bomba que hizo estallar el suicida del Manchester Arena, Salman Abedi.

 

Por otro lado, las recientes revelaciones indican que Trump habría sugerido a los directores de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) y del Departamento Nacional de Inteligencia DIN rechazar cualquier vínculo de su campaña con Rusia en la investigación del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, en inglés). El vendaval de denuncias que se hicieron desde el despido del director del FBI James Comey, llevarían a Donald Trump a un posible juicio político.  Michael Flynn, exasesor de Trump, se niega en entregar documentos de sus vínculos con oficiales rusos al Congreso. El escándalo y la crisis política hace recordar los hechos  de 1973 que obligaron a Richard Nixon a renunciar a la Presidencia.

 

La iniciativa presupuestaria del presidente Donald Trump dejará a millones de personas sin cupones para alimentos, parte del conjunto de nuevas reducciones propuestas al gasto que ya suscitaron las críticas de legisladores de ambos partidos en el Capitolio. El plan presupuestario de Trump para el año fiscal 2018 fue dado a conocer el martes e incluye recortes a programas como el Medicaid (asistencia médica para los pobres y discapacitados), las pensiones de los empleados federales, las prestaciones sociales y los subsidios agrícolas. Así el presupuesto en defensa para el año fiscal 2018, que comienza en octubre próximo, podría incrementarse en US$ 54.000 millones, es decir en un 10% más que el presupuesto actual, según la Casa Blanca.