Estados Unidos en la semana que pasó
Ene 03, 2018 07:53 UTC
Saludos y bienvenidos. Les presentamos otro capítulo del programa EEUU en la semana que pasó. Antes que nada les damos las felicitaciones por el nacimiento del Jesucristo (P) y el Año Nuevo 2018.
Con motivo del fin de 2017, nos enfocaremos en los acontecimientos más importantes en Estados Unidos durante el año que acaba de terminar, y al final, revisaremos los eventos más importantes que enfrenta Estados Unidos en este nuevo año, esperamos que sea de su agrado e interés.
El suceso más importante de 2017 ocurrió en los primeros días y fue el comienzo del gobierno de Donald Trump. Los nominados republicanos ganaron impredeciblemente las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, basándose en los votos de los colegios electorales y no en los votos de los ciudadanos estadounidenses.
Trump durante su discurso de apertura de su mandato, pronunciado el 20 de enero de 2017, criticó en repetidas ocasiones del gobierno anterior y prometió prosperidad económica y resolver los problemas del país. Trump volvió a enfatizar el lema "Primero EE.UU." y dijo que glorificaría su país. Sin embargo, otra frase notable en esta alocución presidencial fue "terroristas islámicos radicales", la cual era pronunciada por primera vez por un presidente de Estados Unidos. El uso de esta expresión mostró que el nuevo jefe de Estado no tenía miedo de relacionar a los movimientos extremistas y terroristas con el Islam y los musulmanes.
Desde el comienzo del gobierno del cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, encabezado por Trump, puede verse protestas masivas de la oposición, incluidas de mujeres que fueron impulsadas por la llegada de un individuo acusado de insultar y humillar a las mujeres.
El gobierno de Donald Trump aún no estaba completamente instalado en la Casa Blanca, pero los escándalos políticos se sucedían uno tras otro. Incluso antes del cambio de gobierno del 20 de enero, quedó claro que el mandatario electo y su equipo habían cometido algunos errores graves durante las elecciones presidenciales.
Por ejemplo, la guerra de inteligencia entre el equipo gubernamental anterior y el nuevo revelaron los contactos secretos de Michael Flynn, uno de los principales miembros de la campaña de Trump, con el embajador ruso en Washington. Esta filtración causó que Flynn fuera despedido más tarde, de la importante posición de asesor de Seguridad Nacional que había alcanzado en el gobierno de Trump tres semanas después de que se estableciera el nuevo gobierno en la Casa Blanca. En los meses siguientes, algunos de los amigos cercanos de Trump fueron despedidos o abandonaron por voluntad propia la Casa Blanca por diferentes motivos.
En este sentido, la salida de Steve Bannon, principal asesor de Donald Trump y también jefe de estrategia en la Casa Blanca, quien era conocido como el cerebro detrás de la elección presidencial de Trump, reflejó la intensa guerra del poder entre los partidarios políticos de Trump, conocido como "trumpistas". El mandatario para manejar el caos político y administrativo nombró a John Kelly, nuevo jefe de gabinete, desplazando de esa forma a Reince Priebus, quien lo acompañó desde su primer día en la Casa Blanca; sin embargo, el nombramiento de Robert Mueller como fiscal especial en el caso de la participación rusa en las elecciones presidenciales de EE.UU., puso a Trump en peligro del plan de destitución. La controversia continuó hasta fines de año y se proyecta que brille sobre la atmósfera política y del partido republicano en 2018.
En 2017, la legislatura sobre asuntos económicos y sociales significó una gran derrota para Trump y los republicanos y un gran éxito para los demócratas. El fracaso ocurrió cuando los republicanos, a pesar de tener el control de la Casa Blanca y el Congreso, no lograron eliminar la ley sobre seguro de salud asequible llamada "Obamacare" y reemplazarla con otra nueva.
Los republicanos han estado planeando erradicar esta ley desde 2010, pero el desacuerdo entre los miembros de este partido, la preocupación por la eliminación del seguro de salud para al menos 20 millones de ciudadanos estadounidenses, el temor del aumento del gasto público luego de la eliminación de Obamacare y la persistencia de los demócratas en proteger el legado de Obama en el sector de salud y tratamientos, causaron que hasta el último día de 2017, no se alcanzara la promesa de Trump de destruir Obamacare.
Sin embargo, la aprobación y aplicación de la ley de reforma tributaria fue un gran logro para Trump y los republicanos en 2017. Esta ley ha sido considerada la mayor reforma tributaria en Estados Unidos durante las últimas tres décadas. El gobierno de EE. UU. espera mover su economía al imponer rebajas fiscales de 1,5 billones de dólares, y las grandes compañías buscarán reducir los impuestos en un 35 por ciento a un 21 por ciento más para producir y crear oportunidades de empleo.
Mientras que los críticos dicen que esta ley es una recompensa del gobierno de Trump para las superpotencias y grandes corporaciones que se beneficiarán de millones de dólares en deducciones de impuestos.
Por otro lado, las preocupaciones sobre el billonario déficit presupuestario del país y las restricciones al aumento del techo de la deuda pública del gobierno plantearon objeciones generales hasta fines de 2017.
El año 2017 también fue un año desafiante para los inmigrantes y solicitantes de asilo que querían viajar a Estados Unidos. Si bien, hasta fines de 2017, Trump no logró su promesa de construir un muro en la frontera con México, prohibió los viajes a inmigrantes por medio de decretos ejecutivos.
Trump una semana después de entrar en la Casa Blanca, emitió un decreto que prohibía el ingreso de nacionales de siete países islámicos y solicitantes de asilo de Asia Occidental a Estados Unidos. La ejecución inmediata de este decreto provocó agitación y caos en los aeropuertos y embajadas estadounidenses. Las protestas sin precedentes resultaron en emisión de varias sentencias federales que suspendían la prohibición de viajar al país norteño.
Sin embargo, el gobierno de Trump intensificó sus esfuerzos para exacerbar los obstáculos a la inmigración y llevó el asunto a los tribunales superiores.
A fines de 2017, con la ayuda del Tribunal Federal Supremo, Trump logró implementar las partes principales del proyecto de ley para prohibir la entrada de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes a Estados Unidos. Asimismo, el mandatario anunció que no extendería la ley denominada Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés). DACA es un programa, según el cual, los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños (menores de 16 años) y han seguido estudios, pueden permanecer en suelo estadounidense. Esta medida favorece a al menos 800 mil personas, los llamados dreamers.
Además, después de una serie de operaciones terroristas en Estados Unidos, Trump anunció sus planes para cancelar el programa que otorga residencia permanente en el país norteño, conocido como "green card". También pidió al Congreso eliminar el sistema de la lotería de visas que beneficiaba cada año a más de 50.000 personas de diversas partes del mundo.
En 2017, además de los principales acontecimientos en la escena interna de Estados Unidos, la política exterior y diplomática fue testigo de cambios importantes.
A principios de ese año, entró en la Casa Blanca una persona que representa el movimiento nacionalista estadounidense. Donald Trump formuló su estrategia de seguridad nacional y política exterior bajo el eslogan "First America" o "Primero EE.UU.". De acuerdo con esta fórmula, el gobierno de EE.UU se opondrá a cualquier cosa que no beneficie completamente sus intereses nacionales y no traiga beneficios a los estadounidenses.
Como resultado de este enfoque cambió la política exterior y se dio la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, del Acuerdo Transpacífico, de la UNESCO y del Acuerdo de las Naciones Unidas sobre los trabajadores migrantes.
El nuevo gobierno anunció que se retiraba del Acuerdo de París, porque el tratado de control de gases de efecto invernadero establece obstáculos para las compañías estadounidenses, especialmente en las industrias de carbón. Por lo tanto, el segundo mayor productor de gases de efecto invernadero en el mundo, sin tener en cuenta los efectos nocivos de estos gases en la salud humana y la supervivencia en el planeta, salió fácilmente del acuerdo.
En otro tema controversial, sobre el futuro de la ciudad de Al-Quds (Jerusalén), Trump rompió las leyes internacionales en 2017. Aunque al menos 15 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han enfatizado la ocupación de Al-Quds, el presidente de Estados Unidos, dejando de lado la política tradicional de Washington, anunció que reconocía a Al-Quds como la capital del régimen sionista.
Trump también firmó un decreto, según el cual, la embajada de Estados Unidos en la Palestina ocupada será trasladada de Tel Aviv a Al-Quds. Estas decisiones desencadenaron una ola de ira y protesta en todo el mundo y una votación en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde 14 de sus 15 miembros apoyaron una resolución contra la acción de Trump, y solo uno, por supuesto EE.UU., la vetó.
Luego, el tema fue discutido en la Asamblea General, en medio de amenazas del gobierno de Estados Unidos a la comunidad internacional para abstenerse de votar a favor de la resolución propuesta.
De todos modos, el año 2017 terminó con sus altibajos. En el nuevo año, se espera que el debate sobre la sustitución de la Ley Obamacare y el cambio en las leyes de inmigración, genere una gran controversia en Estados Unidos.