Mar 11, 2018 08:06 UTC

Pars Today-Saludos a todos los estimados amigos. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales del país norteamericano.

La semana pasada, el Gobierno de Estados Unidos pasaron días pesados. Luego de una reunión del Congreso, Hope Hicks renunció a la Dirección de Comunicaciones de la Casa Blanca y, según los medios, causó un gran impacto en la Administración de Donald Trump.
 
Al mismo tiempo, la Casa Blanca anunció la suspensión del acceso a la información de alto secreto del Gobierno de Estados de lo menos 30 asesores superiores estadounidenses de alto rango, incluido Jared Kushner, por haber vencido el permiso respectivo. Posteriormente, los medios informaron que Kushner estaba supuestamente en contacto secreto con varios países extranjeros, y su esposa, Ivanka, la hija mayor del presidente de Estados Unidos, fue puesta bajo el control del Círculo Anti-Spyware del FBI.
 
Al mismo tiempo, las disputas sobre las leyes de control de armas en EE. UU continuaron durante la semana pasada. Primero, Trump anunció que apoyaba el plan para aumentar la edad de compra de armas en el país, pero luego de una fuerte reacción de la Asociación Nacional del Rifle (ANR), el presidente se retiró de su posición inicial. En el Congreso, tambi´rn siguieron las disputas entre partidarios y opositores a la liberación de armas.
 
Por otro lado, se anunció la semana pasada que el Gobierno estadounidense planea aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Esta noticia estuvo acompañada por una aguda reacción de círculos económicos dentro y fuera de los Estados Unidos.
 
Algunos activistas económicos advirtieron que un aumento en el costo de los metales importados a EE.UU aumentaría el precio de los productos manufacturados en el país y desencadenaría una guerra arancelaria contra los socios comerciales del país norteño. 
 
 
La renuncia de Hope Hicks, directora de Comunicaciones de la Casa Blanca, se filtró este 28 de febrero inicialmente en medios locales, sin embargo, fue confirmada por el presidente Donald Trump que agradeció a la funcionaria por el buen trabajo realizado.
 
"Hope es sobresaliente y ha hecho un gran trabajo durante los últimos tres años" fueron las palabras de Trump luego de aceptar su decisión de buscar "otras oportunidades".
 
La joven de 29 años era una de las antiguas integrantes del Gobierno Trump. Inició sus labores como directora de comunicaciones estratégicas desde comienzos de la campaña del actual presidente sin haber tenido ningún tipo de experiencia en temas políticos. Esta dimisión llegó justo un día después de que Hicks fuera interrogada por el panel de la Casa Blanca sobre la interferencia de Rusia durante las elecciones presidenciales de 2016.
 
La dimisión de Hope amplía la pregunta de por qué se han dado tantas renuncias en este cargo en tan poco tiempo. Ella era la tercera persona en asumir la dirección Comunicaciones de la Casa Blanca, luego de Mike Dubke y Anthony Scaramucci.
 
Hicks intentó por mucho tiempo evitar ser el centro de atención de los medios de comunicación, sin embargo, en los últimos días su nombre ha estado sonando luego de que se revelara que habría sostenido una relación con el exsecretario de Estado Rob Porter, quien dejó su puesto luego de que se hicieran públicas las acusaciones sobre abuso contra dos exesposas.
 
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se pronunció y dijo que la fecha de salida de Hope Hicks se determinará en los próximos días.
 
 
Más de la mitad de los estadounidenses considera a Donald Trump un presidente ‘racista’, cuyas políticas han empeorado la situación de las minorías que viven en Estados Unidos, como latinos, africanos y musulmanes, según el resultado de un sondeo publicado hoy jueves.
 
El 57 % de los adultos consultados —incluidos más de 8 de 10 afroamericanos, tres cuartos de los hispanos y casi la mitad de los blancos— al igual que el 85 % de los demócratas y el 21 % de republicanos afirma que el actual presidente de Estados Unidos es “racista”, revela la encuesta realizada por The Associated Press (AP) y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos.
 
Del mismo sondeo se desprende que el 57 % de los encuestados piensa que las políticas de la Administración Trump han resultado “malas” para los musulmanes, el 56 % cree que estas han sido “malas” para los hispanos, mientras que el 47%, incluida tres cuartas partes de negros, cree que han sido mala para los afroamericanos.
 
Los resultados muestran una rigurosa “división” sobre el racismo entre los estadounidenses desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017. El presidente ha lanzado insultos terribles contra los latinoamericanos y africanos, y ha prometido construir un muro para impedir el ingreso “ilegal” de los indocumentados en el suelo estadounidenses, reseña la fuente.
 
Cada 9 de 10 africanos desaprueban la gestión de Trump como presidente y este mismo número considera que el país está en un recorrido erróneo. Eso mientras que tres cuartos de los pesquisados piensan que la situación ha empeorado en el último año.
 
Entre tanto, el 45 % de los blancos aprueba la gestión de Trump y el 35 % cree que la situación está mejorando, de acuerdo con el sondeo realizado entre 15 y 19 de febrero, entre 1337 adultos, incluido 388 africanos.
 
La Casa Blanca fue contactada para hacer comentarios sobre los resultados, dado que Trump ha asegurado, anteriormente, que no es racista en lo absoluto. Hasta el momento, AP no ha recibido la respuesta.
 
 
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desata vientos de guerra en el comercio mundial al anunciar que la próxima semana impondrá tarifas a la importación de aluminio y acero. La medida representa un nuevo paso en el proteccionismo estadounidense.
 
Durante una reunión en la Casa Blanca con representantes de la industria siderúrgica estadounidense, el presidente Trump adelantó que los impuestos al acero ascenderían hasta el 25 % y para el aluminio importado se aplicará el 10 % de impuestos.
 
El mandatario cree que los aranceles protegerán los empleos de EE.UU., pero muchos economistas dicen que el aumento de precios impactará tanto a los consumidores, como a las industrias automotriz y petrolera lo que destruirá más empleos de los que se generen.
 
La medida abre las compuertas a una eventual guerra comercial. La cuestión está en saber contra qué países lo dirige exactamente. Canadá, Brasil y Corea del Sur son los principales exportadores hacia EE.UU., junto a Europa, Japón, México y China.
 
Canadá, el mayor abastecedor de EE.UU. en acero y aluminio, consideró "inaceptable" la determinación de Trump. Pero, el gran foco de atención será China, con la que Trump está envuelto en una batalla comercial desde su llegada al poder. El gigante asiático solo es responsable del 2 % de las importaciones de acero en EE.UU., pero es probable que la medida sea respondida con represalias comerciales.
 
Trump firmará la orden ejecutiva la próxima semana, pero la medida tampoco cuenta con el visto bueno dentro del país. Pues, miembros del Partido Republicano siguen las previsiones de los analistas de que se puede iniciar una guerra comercial que perjudique a todas las partes.