EE.UU en la semana que pasó
Mar 17, 2018 08:04 UTC
Pars Today-Saludos a todos los estimados amigos. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales del país norteamericano.
La semana pasada el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó el jueves los decretos que ordenan la imposición de aranceles del 25 % a las importaciones de acero y de 10 % a las de aluminio. De estas medidas han quedado exentos por el momento México y Canadá. El presidente estadounidense justificó la firma de estas nuevas órdenes, diciendo que "no tomamos estas acciones por elección, sino por necesidad".
Sin embargo, la Unión Europea (UE) y China advirtieron que la medida de Trump podría iniciar una la guerra económica entre los países.
Por otro lado, la semana pasada la noticia del posible diálogo entre Corea del Norte y EE.UU. destacó en los medios. El mandatario estadounidense saludó la iniciativa del líder norcoreano, Kim Jung-un, para empezar diálogos bilaterales, sobre desnuclearización y relaciones diplomáticas, tras temores crecientes de guerra en la península coreana.
Además, la semana pasada, el principal asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn, renunció a su cargo por sus discrepancias con Trump en temas de la política comercial. Esta dimisión es la más reciente de una serie de renuncias del personal de la Presidencia. Cohn, director del Consejo Económico Nacional, es el principal oponente del gobierno a los aranceles que Trump ha impuesto al acero y al aluminio. El ahora exfuncionario intentó orquestar una acción de último minuto para persuadir a Trump de revertir esa decisión.
En otro tema, tras su reciente visita a varios países de Latinoamérica, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, empezó la semana pasada una gira por África con la misión de intentar neutralizar la influencia de China y Rusia e impulsar la lucha antiterrorista.
Después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunciara su intención de imponer impuestos a las importaciones de aluminio y acero para proteger a los productores nacionales, su secretario de Comercio, Wilbur Ross, aseguró que Washington no consideraría, esta vez, excepciones ni para sus aliados.
Ross hizo estas declaraciones el mismo día en el que Theresa May, primera ministra del Reino Unido, país aliado de EE.UU., expresó su alta preocupación por esta medida. Sin embargo, Londres no fue el único país en levantar su voz ante la decisión de Trump, Canadá, la Unión Europea (UE), México y China amenazaron con represalias contra la Administración de Trump, que ha hecho caso omiso a cualquier advertencia.
Aunque el Gobierno tiene confianza en su política, incluso los correligionarios del mandatario republicano no ven esta medida con buenos ojos. El senador Lindsey Graham considera que es una medida que daña al país y refuerza a China.
Trump justifica su decisión aludiendo a su lema electoral de “Primero EE.UU.” en defensa del país. No obstante, varios políticos y analistas creen que se trata de una movida no calculada para desviar la opinión pública en su contra por el tema de la investigación sobre los lazos con Rusia.
La canciller alemana, Angela Merkel, expresó inquietud al respecto y abogó por el diálogo para evitar un conflicto comercial que no tendría vencedores. Asimismo, exigió que EE.UU. excluyera a la UE de esas tasas. Tampoco han aceptado la medida de Trump los franceses. El Gobierno de París pidió a la UE responder a la política proteccionista del mandatario estadounidense.
En la otra parte del mundo, la segunda economía mundial, China, ha criticado que Trump haya utilizado un argumento de defensa nacional para imponer aranceles a las importaciones.
Incluso en EE.UU., el anuncio de los aranceles ha suscitado una revuelta en las filas del Partido Republicano, cuyos congresistas, en su mayoría, rechazan la opinión del magnate. Habrá que esperar para ver cómo termina este conflicto creado por Trump, quien ha calificado las guerras comerciales de “buenas y fáciles de ganar”.
Por otro lado, la semana pasada, Donald Trump anunció inesperadamente que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un le había invitado a reunirse.
El presidente norteamericano, en su cuenta oficial de Twitter escribió: “Un acuerdo con Corea del Norte estará muy pronto, si se completa, será uno de los mejores contratos para el mundo entero. Más tarde, se determinará el tiempo y el lugar (de los previstos diálogos)”.
Hace unos días, el líder norcoreano demostró su inclinación a sentarse a dialogar con Washington a fin de dirimir los conflictos que recientemente habían llegado a su cúspide entre ambos países poseedores de armas nucleares.
No obstante, la portavoz de Casa Blanca, Sara Anders, condicionó el viernes, las presuntas conversaciones con Pyongyang. “El encuentro entre Trump y Kim depende de que Corea del Norte tome medidas consecutivas y verificables”, escribió en Twitter.
Pyongyang y Washington recientemente han reducido el tono, después de una fuerte escalada de tensiones debido a las maniobras de EE.UU. en las aguas coreanas y paralelamente, las pruebas misilísticas de Corea del Norte.
El líder norcoreano había anunciado a Seúl que sopesa suspender sus ensayos misilísticos; una decisión que Trump ha saludado y calificado de “muy positiva”.
El principal asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn, renunció a su cargo por sus discrepancias con Trump en temas de la política comercial La salida de Cohn se dio durante un periodo de alboroto sin precedentes en el gobierno de Trump, mientras los asesores se preocupan ante la idea de que más miembros de la Casa Blanca pronto se dirijan hacia las puertas.
El anuncio se dio horas después de que Trump negara que hubiera caos en la oficina presidencial. Trump aseguró que la Casa Blanca tenía una “tremenda energía”, pero varios funcionarios del ejecutivo dijeron que Cohn era un exejecutivo de Goldman Sachs, cuando se unió a la Casa Blanca luego de dejar la empresa de Wall Street con un incentivo de 285 millones de dólares. Tuvo una participación central en ayudar a que Trump promulgara una enorme revisión fiscal en coordinación con miembros del Congreso.
La salida de Cohn es un golpe para los republicanos del Capitolio y para las asociaciones comerciales que esperaban que Trump escuchara sus preocupaciones sobre los aranceles. Cohn era la fuerza moderadora mientras el gobierno negocia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
La semana pasada también sucedieron algunos acontecimientos sociales, por ejemplo, la administración de Trump demandó a California por leyes pro migrantes.
El Departamento estadunidense de Justicia demandó al estado de California por sus leyes de ciudades "santuario", elevando un nivel la pelea del gobierno del presidente Donald Trump contra las ciudades y estados que otorgan protección a los inmigrantes indocumentados.
El documento, presentado ante una corte federal en el distrito este de California, disputa tres estatutos que el estado ha aprobado en apoyo a ciudades que se han negado a aceptar los pedidos de las autoridades migratorias federales de entregar a inmigrantes sin papeles para ser procesados o deportados.
Esos estatutos "reflejan un esfuerzo deliberado de California de obstruir el cumplimiento de Estados Unidos de la ley federal de inmigración", según la demanda.
La Constitución estadounidense "no permite a California obstruir la capacidad de Estados Unidos de hacer cumplir leyes que el Congreso ha aprobado o tomar acciones que la Constitución le encarga".
En octubre, el gobernador Jerry Brown, sancionó una ley que declaraba a todo California un "estado santuario", en un abierto desafío a la decisión de Trump de detener la inmigración ilegal y potencialmente expulsar del país a millones de personas que entraron a Estados Unidos clandestinamente.
Varias ciudades y condados se han declarado santuarios de inmigrantes, lo que implica que no cooperan con los agentes migratorios federales para buscar y atrapar inmigrantes indocumentados.
El Departamento de Justicia, liderado por el fiscal general Jeff Sessions, ha amenazado con retirar fondos federales a las jurisdicciones que sirven de santuarios.
En California vive la mayor parte de los inmigrantes indocumentados, cerca de un cuarto de los 11 millones estimados que hay en todo el país, principalmente de origen latinoamericano.
Brown, quien junto con el fiscal general estadual Xavier Becerra, es mencionado como demandado en el litigio, arremetió contra Sessions, quien planea dar un discurso en California este miércoles para defender la acción judicial.
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