Abr 19, 2016 08:02 UTC

Saludos a todos los estimados oyentes. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales de EE.UU.

La semana pasada, el precandidato Demócrata para las elecciones primarias presidenciales de EE.UU., Bernie Sanders, criticó la desigualdad económica en el mundo. Sanders había viajado a Vaticano donde precisó que la riqueza del 1% de todo el mundo, es decir el 1% de los ricos, supera de la riqueza del 99% del resto de las personas del mundo; además, la riqueza de las 85 personas más ricas del mundo es más que la riqueza de la mitad de las personas de todo el mundo. También, enfadado con el sistema político de EE.UU., declaró que el sistema citado aumentó de una manera injustificable el proceso atrevido de desregularización del sistema financiero e, intervino el flujo sin precedentes de dinero en la política estadounidense, todo esto mediante un conjunto de las decisiones absolutamente erróneas tomadas por la Corte Suprema. Sanders pronunció dichas declaraciones solo unas horas después de sus duras críticas contra Hilary Clinton en un debate televisivo de los demócratas en el Estado de Nueva York. Sanders en el debate acusó reiteradas veces a su rival conocida e influyente, Hilary Clinton, de depender de los círculos de poder y de la riqueza de EE.UU. Sanders criticó de que EE.UU. es el rehén de los super-ricos de Wall Street que forman solo un 1% del mundo. Los ataques sin precedentes de un precandidato a las elecciones primarias presidenciales de EE.UU. contra el principal centro de inversión, es decir, Wall Street, hasta el momento, le ha hecho más popular a Sanders.

Hasta hace un año, Sanders no era tan conocido, sin embargo, cuando este candidato izquierdista atacó claramente las desigualdades económica-sociales en EE.UU., logró fortificar su situación entre los jóvenes y los ciudadanos insatisfechos por la situación social actual. De momento, está creciendo la insatisfacción por la situación actual tanto entre los demócratas como entre los republicanos. Los disidentes conservadores han rodeado a Donald Trump, precandidato republicano y, los disidentes liberales cuentan con Bernie Sanders. Desde luego, la diferencia es que Trump como una persona conocida de clase alta, se encuentra entre el 1% de los ricos de Wall Street. Pero, Sanders se opone en práctica a Trump como la clase alta. El mayor mitin electoral celebrado por Sanders que tuvo lugar durante los últimos días en Nueva York donde se congregaron más de 47 mil personas, indica que la sociedad estadounidense sufre mucho de las desigualdades y desea que se establezca la justicia social en este país. Actualmente, Bernie Sanders trabaja en el escenario político de EE.UU. como el portavoz oficial de esta corriente y por la petición pública. Sanders espera que llevando adelante los pedidos públicos de la gente, pueda luchar contra la situación dominante y contra sus representantes en las elecciones presidenciales de EE.UU. y, después del fracaso de Hilary Clinton y de su rival republicano, pueda tomar el poder como presidente de EE.UU.

La semana pasada, el Departamento de Estado de EE.UU. publicó un informe anual en el cual se ha estudiado la situación de los Derechos Humanos (DDHH) en diferentes países del mundo. En el informe citado, muchos de los países del mundo, en particular los países opositores y críticos de EE.UU., han sido acusados de violar los DDHH. Si bien se ven los casos de la violación de los DDHH en distintas partes del mundo, EE.UU. no está en un lugar que pueda juzgar y reprochar en este caso a otros países. Si echamos un vistazo a la actitud de EE.UU. durante las últimas décadas, podremos ver que este país no sólo es uno de los países que viola los DDHH en el mundo, sino que es uno de los mayores violadores de estos derechos. Se observan muchos casos del enfrentamiento violentos de los agentes de la policía estadounidense contra los ciudadanos, sobre todo, los de la raza de color; además, un gran número de los condenados son recluidos por largo tiempo en las celdas individuales y, otros sufren duramente por los castigos en las cárceles. Entretanto, se ha visto reiteradas veces que los veredictos en los tribunales de EE.UU. se han emitido en base a las diferencias raciales y religiosas (étnicas y de fe). La amplia violación del espacio privado de los ciudadanos y espiarlos están entre las otras violaciones de los DDHH dentro de EE.UU. Esto ocurre mientras que durante los últimos años, el Gobierno de EE.UU. consideraba como legal practicar las torturas contra los sospechosos de terrorismo.

EE.UU. es el principal defensor de los países implicados en ser los mayores violadores de los DDHH. Por ejemplo, si bien Arabia Saudí, Egipto y Turquía, conforman la lista de los países que han sido acusados por el Departamento de Estado de EE.UU. de violar los DDHH, reciben los apoyos multilaterales de Washington. Éste último les asesora acerca de que cómo deben reprimir a sus opositores; además, les facilita los armamentos necesarios para matar a los civiles. Ahora bien, en el caso de que EE.UU. interrumpa los apoyos políticos, económicos y armamentísticos, muchos de estos países no serán capaces de violar claramente y sin temor los DDHH. Por lo cual Washington tiene la mayor responsabilidad en la violación de los DDHH al estar alineado con estos países. No obstante, lo cierto es que EE.UU. no sólo no es apto para juzgar a otros países en el caso de la violación de los DDHH, sino que este país se encuentra en la primera fila de los violadores de los DDHH. Sobre todo, porque EE.UU. dada su amplia actividad a nivel mundial y por sus capacidades políticas, financieras y armamentísticas, tiene más poder que cualquier otro país en el mundo para violar los DDHH y matar a los seres humanos.

Estimados oyentes, hemos terminado el programa de hoy y nos despedimos de todos Uds. hasta la próxima semana.