Jul 04, 2019 08:02 UTC

ParsToday - Con motivo del 40.º aniversario de la victoria de la Revolución Islámica de Irán, hemos estudiado en unos programas el proceso de la política exterior iraní durante estas últimas cuatro décadas. En este capítulo, examinaremos brevemente la política exterior de la República Islámica de Irán respecto a las importantes crisis regionales en los pasados cuarenta años.

La República Islámica y la Primera Guerra del Golfo Pérsico: Adoptar una postura neutral

 

La República Islámica de Irán nunca ha jugado el papel de un actor que crea crisis en el Oriente Medio (Oeste de Asia), tampoco ha intervenido en los asuntos internos de los países de la región, sino que se ha opuesto a la intervención extranjera. 

Una de las crisis más importantes en el Oeste de Asia fue la Primera Guerra del Golfo Pérsico. El fin de la guerra impuesta de Irak contra Irán coincidió con la aparición de tensiones en las relaciones entre Irak y Kuwait. La exacerbación de estas tensiones llevó al ejército Baas iraquí a atacar Kuwait el 2 de agosto de 1990. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se celebró por petición de Kuwait y EE.UU. y de conformidad con el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad consideró la invasión iraquí a Kuwait como una violación de la paz y la seguridad internacionales. El 7 de agosto, EE.UU. envió sus tropas a la región en respuesta a las solicitudes de Arabia Saudí y otros estados regionales, que resultó en la operación bautizada como “Tormenta del Desierto”, donde participación de 30 países.

La República Islámica de Irán adoptó una política de neutralidad durante la primera Guerra del Golfo Pérsico, que comenzó con la ocupación de Kuwait por Irak y causó el mayor arreglo de batalla en el Golfo Pérsico y toda una guerra. El anuncio de  neutralidad de Irán en esta guerra y la condena de la invasión iraquí de Kuwait ha tenido un efecto positivo en las relaciones de Irán con los países ribereños del Golfo Pérsico, de modo que recuperó la relación entre Irán y Kuwait, que fue uno de los partidarios financieros de Irak durante la guerra contra Irán. Las posiciones sabias del Líder de la R.I.I. resultaron que los países europeos busquen el desarrollo y la expansión de las relaciones con el país persa.

 

 

República Islámica de Irán y guerra de Afganistán, nuevamente Irán declara su imparcialidad

 

El suceso del 11 de septiembre de 2001 es un evento histórico internacional, cuando atacaron las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Departamento de Defensa (el Pentágono).

Luego de este ataque, el presidente estadounidense, George W. Bush, advirtió a los talibanes que entregaran a los líderes del grupo terrorista Al-Qaeda, como el principal sospechoso de los ataques terroristas del 11 de septiembre y que salieran otras fuerzas de Al-Qaeda de Afganistán. Tras la negativa de los talibanes a aceptar la solicitud de los EE.UU., se emitió el 7 de octubre de 2001 la orden del ataque a Afganistán, sin el consentimiento de las Naciones Unidas y bajo el nombre oficial "Operación Libertad Duradera".

Mientras algunas personas dentro del país persa, como durante la guerra de Irak contra Kuwait, sugirieron que con el apoyo de los talibanes, deberíamos demostrar la postura antimperialista de la Revolución, y otros  también enfatizaron en la participación activa de Irán en la coalición estadounidense antiterrorista formada bajo el lema “quien no esté con nosotros no está contra nosotros”, el Líder persa reflexionado sobre el final fallido de la presencia de Estados Unidos en la región de Asia Occidental, se opuso a la participación de Irán en esta coalición y dirigió la política exterior del país hacia no alinear ni apoyar las políticas agresivas después del 11 de septiembre. Transcurrido el tiempo, mientras Afganistán se convirtió en un pantano de las fuerzas de la coalición, nos revela la perspectiva futurista de esta decisión. Mientras tanto, la República Islámica de Irán desempeñó un papel importante durante el acuerdo de Bonn y la formación del gobierno de transición en Afganistán, que ha sido considerado por varios países, y la comunidad internacional ha confirmado este rol.

 

La República Islámica de Irán y la Segunda Guerra del Golfo Pérsico: Una posición imparcial

 

La II Guerra del Golfo Pérsico comenzó el 20 de marzo de 2003, con el ataque de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y el Reino Unido contra Irak. Las principales fuerzas de la coalición fueron los ejércitos estadounidense, británico y polaco, pero otros 29 países también participaron. La relación del dictador iraquí, Saddam Husein con la organización terrorista de Al-Qaeda y la destrucción de las armas de destrucción masivas fueron declaradas como la razón del inicio de esta guerra por parte del entonces presidente estadounidense George W. Bush. La República Islámica de Irán también adoptó una posición imparcial en esta guerra. La República Islámica pudo hacer que la creciente amenaza de la ocupación de Irak en 2003 se convirtiera en una gran oportunidad, ya que Irak actuó como una importante amenaza para seguridad de Irán en las últimas décadas, cuyo ejemplo más relevante fue imponer una guerra de ocho años contra Irán por parte del régimen de Basista en la década de 80.

La caída del gobierno de Sadam Husein ha llevado a la creación de una estructura multipolar y democrática en Irak que carece de las características agresivas y amenazadoras del régimen anterior para Irán. En esta misma línea, el instituto de investigación política (Think Tank, en inglés) Brookings, al publicar un artículo titulado "Lecciones de la Primera Guerra de EE.UU. contra Irán", señaló: "George W. Bush logró derrocar a Sadam Husein, pero también preparó el terreno para crear un gobierno chií en Bagdad que tiene vínculos estrechos con la República Islámica; el actual gobierno de Bagdad en vez de estar más cerca a Riad, es amigo de Teherán”.

 

 

La República Islámica de Irán y la crisis del terrorismo takfirí: El fin de la imparcialidad de Irán y desempeñar un papel activo en la lucha contra el terrorismo

La aparición del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y su crecimiento en 2014 y 2015 es una de las más importantes crisis y fenómenos de la segunda década del siglo XXI. Mientras tras el surgimiento y el rápido progreso de Daesh en las ciudades y regiones de Irak y Siria, muchos actores regionales e internacionales lo apoyaron directa o indirectamente y otros solo observaron los acontecimientos con manos cruzadas, la República Islámica de Irán como el pionero en la  lucha contra el terrorismo, fue el primer país que brindó su apoyo a los países de Irak y Siria, y al tomar medidas para prevenir el avance del EIIL, desempeñó un papel importante en la recuperación y liberación de los territorios ocupados por esta banda terrorista.

Irán ha desempeñado el mayor rol en ayudar al gobierno y la nación iraquíes en su lucha contra el grupo terrorista Daesh en los últimos años. La entrada oportuna de la República Islámica de Irán en el tema y la asistencia al ejército y al sistema político iraquíes se considera un obstáculo importante para la expansión del EIIL. La rápida asistencia de la República Islámica de Irán como el único partidario práctico en el campo y las operaciones iraquíes, restauró tanto la moral y conciencia del ejército y el gobierno iraquíes e impidió la caída de ciudades de Bagdad, Karbala, Nayaf y Erbil, además provocó la organización de fuerzas voluntarias populares y se inició la recuperación de los territorios ocupados gradualmente. El papel de la República Islámica de Irán en la liberación de Irak del EIIL es un tema admitido tanto por los políticos iraquíes, como la mayoría de los analistas de los asuntos de la región.

Además de Irak, la República Islámica de Irán ha asumido la carga principal en enfrentar al grupo terrorista EIIL en Siria. La entrada de la República Islámica de Irán en el juego de guerra de Siria ha cambiado las reglas del juego a favor del gobierno sirio. Además de brindar apoyo diplomático y económico, Irán ha desempeñado un papel importante en el suministro de armas y el envío de asesores militares al sistema sirio. La formación de fuerzas populares es otra de las medidas de la República Islámica de Irán en Siria. Uno de los puntos débiles del Gobierno sirio fue la falta de experiencia en el uso de fuerzas populares en la crisis siria. Los asesores iraníes en Siria aconsejaron a las autoridades del país árabe a utilizar el potencial y la capacidad de movilización de las fuerzas voluntarias populares para hacer frente a los grupos terroristas. Organizar varios grupos para enfrentar a los grupos terroristas es otro paso importante tomado por parte de Irán para enfrentar al grupo Daesh en Siria. El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano, Hezbolá, como un miembro fuerte y eficiente del eje de la Resistencia desempeñó un importante rol en Siria bajo el mando de la Fuerza de Quds. Además, la formación de la coalición 4 + 1, integrado por Irán, Rusia, Irak, Siria y el Hezbolá de El Líbano para combatir contra el terrorismo, es otra iniciativa de la República Islámica de Irán

De hecho, las medidas de Irán en la escena de Irak y Siria resultaron tanto la preservación de la seguridad de Irak y Siria y proteger los lugares sagrado., como crear terrenos estratégicas para la autoridad iraní a nivel regional.  La lucha iraní con el terrorismo también ha contribuido al fracaso de las políticas estadounidenses en la región. En esta misma línea, Anatoly Tsiganok, especialista del Centro de Estudios Políticos- Militares de Rusia subrayó: “Los planes terroristas estadounidenses apuntan a crear centros permanentes de tensión en el Oriente Medio. Sin embargo, Irán hizo fracasar los planes estadounidenses, perseguidos mediante brindar apoyo a los terroristas”.

 

 

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