Sep 19, 2019 08:02 UTC

ParsToday - Las películas sobre los migrantes de hecho narran la vida de los hombres que, para encontrar una vida mejor y adecuada, se ven obligados a abandonar su país y desplazarse a otros.

Una forzada emigración que puede portar resultados positivos o negativos para los migrantes y la sociedad receptora. La emigración es una de las palabras muy frecuentes de la vida en Irán: tanto los que se han ido de Irán como los que han venido a este país. En este programa vamos a mencionar algunas películas hechas en Irán sobre los migrantes
 
La migración es una de las palabras que se repite mucho en nuestra vida cotidiana. Pero la verdad es que la mayoría de nosotros no hemos leído mucho sobre este fenómeno, excepto lo que hemos escuchado o visto en los noticieros, y no se ha hecho una gran imagen que nos proyecte todos sus aspectos.
 
El arte y la literatura destacan entre los temas más importantes en el conocimiento de los fenómenos sociales. Y el séptimo arte (cine), sin duda, puede ser uno de los instrumentos más importantes para los investigadores e incluso la gente ordinaria para poder obtener algún conocimiento de una sociedad, sus relaciones y sus problemas.
 
Distintas guerras han ocurrido en los últimos años en distintas partes del mundo, como por ejemplo en Siria, Irak y Afganistán, que no han tenido otro resultado sino devastación, masacre de niños y mujeres, destrucción de riquezas nacionales y desplazamiento de su tierra. Por eso, se puede decir que lógicamente los cineastas iraníes reaccionen a esos acontecimientos y realicen películas sobre los migrantes de los países vecinos, particularmente los afganos residentes en Irán.
 
Según el censo realizado en 2016 por parte del Centro de Estadísticas de Irán, casi un millón 600 mil habitantes, que constituyen alrededor del 2 % de la población de Irán, son afganos y se estima que, además de los migrantes indocumentados, más de otros 3 millones de migrantes afganos viven en Irán.
 
La imagen general que ha presentado el cine iraní del pueblo afgano está principalmente enfocada en la vida de los migrantes y las penalidades de la migración: amores fracasados, matrimonios imposibles, huida de la patria y la nostalgia por la misma.
 
La primera película de cine iraní con el tema de migrantes afganos, fue realizada en 1988. El Ciclista narra la historia del esfuerzo de un migrante afgano en Paquistán para financiar el tratamiento médico de su esposa enferma. Esta obra recibió una buena acogida y llevó a otros directores también a elegir a Afganistán como el tema de sus películas.
 
Muchos de los migrantes afganos tuvieron que abandonar la patria y emigrar a Irán cuando eran niños o adolescentes. Estas personas se enamoraron en Irán, se casaron y a veces por su residencia ilegal su matrimonio no se ha registrado en las oficinas oficiales. Películas románticas iraní-afganas tienen muchos ejemplos en el cine persa. En aquellos años, el renombrado director de cine iraní, Mayid Mayidi, con dos películas llamadas Niños del cielo y El Color del Paraíso, ganó fama dentro y fuera de Irán. Con su película Lluvia, retrató el tema del amor de un trabajador afgano de construcción hacia una muchacha migrante afgana y pudo vincular un tema global como el amor, con los sufrimientos de la migración creando una obra duradera y digna de ver. En la película Lluvia, Mayidi retrata uno de los trabajos más comunes entre los afganos, es decir trabajar en el sector de la construcción, y pudo mostrar a la audiencia una mirada simpática hacia los migrantes desde los ojos de un enamorado.
 
Pero, ésta no fue la única obra romántica sobre los migrantes afganos. También la historia romántica entre un ciudadano afgano y una iraní fue llevada a la pantalla por Hossein Yekta-Panah. Se trata de la película Yomé, que narra el enamoramiento entre un migrante afgano llamado Yomé y una muchacha iraní, cuya familia rechaza su casamiento con él.  En la película Heiran, realizada por Shalizeh Arefpour, una chica iraní llamada Mahi se enamora de un chico afgano. Se trata de un ejemplo más de las películas en las que el amor se ha convertido en juguete de asuntos de migración. Además, en el film Maynun Leili, realizado por Mohammad-Hossein Latifi, vemos cómo una mujer afgana se enamora de su empleador iraní.
 
Tras ello, el ataque de EE.UU. a Afganistán bajo pretexto de lucha contra el terrorismo, llamó la atención de los cineastas iraníes. En su película La última reina de la tierra, realizada en el pleno ataque de EE.UU. a Afganistán, Mohammad-Reza Arab ofrece una previsión del futuro de esta ocupación. Esta película fue hecha en 2006 y, más que llamar la atención en Irán, fue estrenada 50 veces en los festivales internacionales.
 
Los Ángeles Carniceros, realizado por Soheil Salimi, también habla de las consecuencias de la ocupación de Afganistán por parte de las tropas estadounidenses y del comercio de los órganos del cuerpo humano por parte de bandas occidentales en el país centroasiático.
 
Por otra parte, algunos directores de cine iraníes han tratado de repasar la historia de Afganistán. En 2010, Vahid Musavian realizó la película Gol Chehreh repasando la historia contemporánea de Afganistán.  La historia de Gol Chehreh es sobre Ashraf Jan, antiguo dueño de sala de cine en Kabul, que después de la caída del gobierno comunista de Nayibolá y el dominio de los Muyahedín sobre el país, quiere reconstruir su cine llamado Gol Chehreh. Abdulqader, un líder fanático afgano, declara que nunca permitirá la reanudación de la actividad de su sala de cine para propagar la corrupción entre los jóvenes.
 
Finalmente, con la cooperación de un especialista iraní en reparación de proyectores, llega el día de la inauguración del cine, donde estalla una bomba destruyéndolo. Los rebeldes talibanes aseguraron que cada quien haya cooperado en la reconstrucción del cine, será duramente castigado. Años después, los rebeldes y sus líderes, incluido Abdulqader, se ven obligados a huir.
 
Tal vez la película más importante hecha en los últimos años sobre Irán y Afganistán no tenga mucho que ver con los migrantes afganos, pero es sobre los asuntos diarios de ese país. La película Mazar-e Sharif, realizada por Abdolhasan Barzideh, de 2014, narra uno de los sucesos amargos en el ámbito diplomático de Irán después de la Revolución Islámica. La película tiene por tema el ataque de los talibanes al consulado de Irán y la matanza de los diplomáticos iraníes en 1998 en la ciudad de Mazar-e Sharif, con base en lo que narra el único testigo de lo ocurrido.
 
La obra proyecta, de hecho, las acciones de personas que abusan de los piadosos. Gente que también hoy en día ha reaparecido bajo mando de grupos como el EIIL (Daesh, en árabe). Por otra parte, no se trata solo de una película histórica o política, sino que trata de ofrecer también una imagen de la sociedad afgana. La presencia de una mujer afgana valiente y afectada por la guerra, que rescata a un iraní llamando al cese el fuego, es otro punto fuerte del film.
 
En un repaso general, se puede decir que la mirada de los cineastas iraníes hacia los migrantes afganos y a su vida ha sido muy diversa y, en la mayoría de los casos, los sentimientos humanos de los personajes han sido importantes para los cineastas. Tanto es así que a veces olvidamos que esas personas son afganas o migrantes. Desde luego, es natural que en las obras artísticas, en especial el cine, no es posible definir la migración en una o dos frases. Pero en el escenario artístico, la migración a veces sirve de pretexto para narrar la vida de los hombres, sus deseos, sus esperanzas y sus temores, tanto en la patria como fuera de sus fronteras geográficas.
 
 
 
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