Pars Today

Quizás ustedes también hayan visto la imagen de un mural en la ciudad de Alepo en Siria que haya llamado mucha atención en el ciberespacio. El significado de este mural es que: “La patria no es un hotel que abandonamos si sus servicios no son buenos; nosotros nos quedaremos aquí”.  Desde luego, esto fue lo que creen muchos sirios, que se quedaron y defendieron su país. Pero quizás se pueda encontrar una huella de esta creencia en las mentes de todos los que, pese a las malas condiciones de su patria, no piensan en la emigración y permanecen en ella.

 

Si bien, en el patriotismo se debe tomar en cuenta la moderación, la lógica y, sobre todo, los principios y los valores religiosos y no debe considerarse solamente como un sentimiento y pasión colectiva y nacional, la verdad es que la emigración también a menudo se conoce como un derecho individual y si se basa en la legislación internacional, no hay que obstaculizarla.

 

Como ocurre en el cine de otros países, la emigración ha tenido un destacado papel en la creación de obras cinematográficas en Irán en las últimas décadas. En el programa anterior, dijimos que el cine iraní ha reaccionado a la inmigración de ciudadanos de otros países a Irán y ha producido obras al respecto. En este programa, vamos a hacer referencia a algunas otras de las mismas.

 

En muchas ocasiones, el cine persa ha podido reflejar los desafíos existentes en la vida social del pueblo iraní, entre los cuales destaca el tema de la migración, promoviendo incluso el cine cómico en los últimos años.

 

 

En las últimas décadas, se han producido diversas películas con el tema de migración. Un repaso a ellas nos conduce a las raíces de los signos de este fenómeno, así como la manera en que ha sido reflejado. El largometraje “Alturas bajas”, con Ebrahim Hatamikia como director y Asghar Farhadi como guionista, es una de las más destacadas películas enfocadas en la emigración, que se produjo en la década de los 90. Narra la vida de una persona llamada Yasim, que, con ansias de emigración y el sueño de trabajo y una vida cómoda, se embarca junto con toda su familia en un avión que quiere secuestrar para viajar a un país en la ribera del Golfo Pérsico. En esta cinta, la inmigración es para lograr deseos no cumplidos pese a los esfuerzos de los migrantes, y no hay garantía de que se cumplan una vez que se llegue al destino.

 

El "muñeco de nieve", la primera obra cinematográfica de David Mir-Bagheri, narra la vida de una persona llamada Abbas Khakpour, que ve su futuro en Estados Unidos y hace todo lo posible para llegar allá. Incluso se disfraza de mujer para casarse con un hombre turco y, con ello, llegar a EE.UU. En este largometraje, la emigración a cualquier precio es reprochada y de ella se presenta una imagen negativa y violenta.

 

 

Pero el más importante cineasta que ha trabajado con el tema de migración, es sin duda Ashghar Farhadi, quien, en varias de sus obras incluidas, “Alturas bajas” (guionista), “A propósito de Elly”, “El pasado” y “Una separación”, se ha fijado en la migración, sus motivos y el espíritu de los migrantes. El largometraje “Una separación” narra la vida confusa de Nader y Simin. Simin quiere emigrar, pero su esposo Nader no quiere salir de Irán. Nader no quiere abandonar a su padre enfermo. Su única hija debe hacer la tarea difícil de elegir entre quedarse con su padre o marcharse con su madre. El final de la película está abierto, ya que no sabemos qué decisión finalmente toma la hija. “Una separación” es una de las películas más realistas sobre la migración.

 

 

 “El pasado” es otro trabajo de Farhadi. Es una película internacional sobre la migración. Al margen de la narración de la historia principal, conocemos los problemas y la vida de migrantes provenientes de distintos países y de sus hijos que son la segunda generación de migrantes. Esta cinta muestra un fragmento a cerca de la realidad de la migración, al tiempo que dice al espectador que con el cambio del lugar no podemos liberarnos del pasado.

 

 

En todos estos largometrajes, retos tales como trabajo, problemas personales, estilo de vida, etc. han llevado a los personajes cinematográficos a planear emigrar a los países europeos y americanos. Pero pese a esta elección, en la mayoría de las obras cinematográficas, la emigración se ha planteado como una solución temporal, pero ineficaz. La mayoría de las migraciones en el cine persa no tienen un buen desenlace. De hecho, contrariamente a lo que se imagina en este lado, no se vislumbra ninguna utopía en el otro lado. Es por eso por lo que el cine iraní ve una amargura   interminable para la migración. En todas las películas hechas anteriormente sobre el tema de migración, los principales personajes de la historia que buscaban emigrar, no han llegado a su sueño en el Occidente.

 

 

Los 45 largometrajes se han producido durante los años 1979-2018, reflejan de manera estructural la imagen de la emigración en el cine iraní. La mayoría de los firmes hechos sobre el tema de migración narran la vida de los migrantes una vez que abandonan Irán. En estas películas, los que han emigrado del país y no han podido enderezar su vida en el exterior, han regresado de nuevo con el sentimiento de seguridad en el país persa.

 

En una recapitulación, se puede decir que la mayoría de los migrantes en estas películas pertenecen a la clase media hacia arriba de la sociedad, pero este asunto no corresponde mucho con la realidad. En la mayoría de las películas, el migrante es un médico o artista, es decir pertenece a la clase media o alta de la sociedad. Todos los médicos han sido retratados como hombres con cara bonita y con personalidad positiva. En estas películas, se ve que después de la Revolución de Irán y luego la guerra impuesta a Irán por Irak, el primer grupo de migrantes son médicos con elevados ingresos y huyen del país. Pero en realidad, no ocurrió esto, ya que muchos médicos también en aquel entonces prestaban servicios en los frentes de la guerra. Asimismo, en el más del 40 % de estos largometrajes, la emigración ocurre en forma familiar, tema que requiere mayores estudios de expertos.

 

El cine de Irán muestra, por un lado, que los migrantes están huyendo y que, por el otro, la emigración es una decisión incorrecta, pero ¡el final de las películas es bueno!

 

En general, se puede decir que la opinión de los cineastas sobre el fenómeno de la migración es negativa en dos tercios de las cintas; la equivalen a la muerte y la considera un acto erróneo. Desde luego, a medida que nos acercamos al tiempo presente, se rebaja esta visión negativa de la emigración.

 

En el cine iraní, la migración es una receta defectuosa para curar los desafíos de la sociedad, que ha sido retratado bien por los cineastas. Pero lo importante es que apenas se nota una solución alternativa a este problema.  Lamentablemente, se debe decir que temas tales como autoconfianza, el quedarse y reconstruir, el no tener una mirada turística a la patria, pese a su importancia, apenas se ven en los trabajos de cineastas iraníes.

 

También en los últimos años, el tema de emigración se ha utilizado sólo para crear obras satíricas que tengan buena taquilla. Pero no se debe olvidar que el futuro de la emigración a la utopía inverosímil del Occidente y retratarlo en el cine iraní, ha marcado una experiencia basada en la realidad, cuyo reflejo en el cine se convierte inconscientemente en temas de esta índole. En este contexto, lo que parece necesario es rectificar la mirada al reflejo del status quo. Las obras del cine iraní, aunque insisten en que la huida de la tierra natal no lleva a la salvación y en que la emigración no es la solución, mantienen a la audiencia en condiciones en que apenas despiertan en ella la motivación para quedarse y reconstruir. Así que lo más importante que necesita este cine en las circunstancias actuales es enfocarse en crear motivación y mostrar horizontes y picos que se lograrían y se conquistarían sólo gracias al esfuerzo.

 

 P/FE/RH