Nov 27, 2019 07:56 UTC

ParsToday-“Hoy, uno de los problemas más grandes del mundo occidental es la desintegración de las familias...El Occidente sufrirá los golpes más severos en este mismo punto, y esta civilización material colapsará desde este punto”. Comenzamos el programa de hoy con estas palabras del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatola Seyed Ali Jamenei.

Estas palabras aluden a una crisis que enfrentan hoy en día los países occidentales en el ámbito de sus asuntos socioculturales, a saber, el colapso de la institución familiar. Como sabemos, la causa más importante de este colapso es el divorcio. El divorcio es una de las enfermedades sociales del mundo contemporáneo. En los viejos tiempos, el tema del divorcio y la separación era desagradable y rara vez se veía en las sociedades humanas. Sin embargo, actualmente, las industrias culturales, las herramientas mediáticas, y las nuevas tecnologías asociadas con la promoción y del estilo de vida occidental han eliminado la fealdad del divorcio en muchas sociedades. El programa de esta semana se dedica al tema del divorcio y su abundancia en las sociedades occidentales.
 
Según las estadísticas de 2018, los diez países afectados por la cultura materialista moderna encabezan la lista de las naciones que sufren los efectos negativos individuales y sociales del divorcio. Bélgica, con más del 71 por ciento, mantiene el récord en divorcio. Portugal ocupa el segundo lugar con más del 68 por ciento. Hungría, la República Checa, España, Luxemburgo, Estonia, Francia y los Estados Unidos son los siguientes en la lista.
 
La mitad de los matrimonios en el Reino Unido se rompen. En los primeros seis meses de 2019, casi el 42 % de los matrimonios en el Reino Unido y Gales terminaron de igual forma en divorcio. Según un informe publicado por un centro oficial estadounidense, más del 50 por ciento de los matrimonios en este país se divorcian. Los expertos creen que los problemas sociales y las crisis han aumentado este daño social y,  si el gobierno de los Estados Unidos no piensa en dar solución a estos retos sociales en el país, más del 80 % de los matrimonios terminarán en divorcio en la próxima década. Si bien el matrimonio tradicionalmente se ha reducido significativamente en los países occidentales, desafortunadamente, ha aumentado el desarrollo de diversas formas de familia que van en contra de la naturaleza humana y la normalidad de las costumbres.
 
El divorcio es un fenómeno multifacético. Diversos factores y contextos en diferentes países del mundo están involucrados en el divorcio; en este sentido se pueden mencionar los problemas económicos y sociales, incluidos los psicológicos como la agresión y la ira, la ansiedad, la desesperación social; la falta de conocimiento sobre las responsabilidades, la existencia de canales y redes virtuales y la traición… Además de estos factores, la cultura de las comunidades también es efectiva para promover o reducir las tasas de divorcio. Por ejemplo, la tasa de divorcios en muchos países islámicos es baja debido a que el Islam lo considera desagradable. Pero el fenómeno del divorcio en el Occidente está aumentando debido la visión del hombre que vive en esa región sobre la vida y el estilo de vida. El principio del placer, por ejemplo, es un asunto prioritario en la cultura occidental. Conforme a este principio, las leyes en el Occidente están redactadas de tal forma que permiten a los hombres y mujeres responder libremente a sus pasiones. El resultado de tal perspectiva en la cultura occidental es el aumento de personas cuya vida se basa en el placer, el beneficio personal y la satisfacción de los deseos personales.
 
Un grupo de investigadores sobre daños sociales en el Occidente considera que la inestabilidad de la institución familiar en las sociedades occidentales es resultado del pensamiento y la cultura del hedonismo occidental. Anthony Giddens, en el libro “La sociología”, citado por la revista Newsweek escribe: “Teniendo en cuenta los privilegios que les otorga las leyes estadounidenses a las mujeres divorciadas, la causa del divorcio en los matrimonios de diez o veinte años no es la incompatibilidad, sino la renuencia a soportar las antiguas incompatibilidades y la pasión para obtener más placer. En la era de las la pastillas anticonceptivas y el período de la revolución sexual y con la difusión del pensamiento feminista se ha fortalecido entre muchas mujeres la creencia que la alegría y el placer preceden al mantenimiento de la familia. La mujer estadounidense de hoy busca el placer más que la mujer de ayer y es menos tolerante en comparación que su abuela”.
 
Pero el hedonismo en la vida del hombre occidental no pertenece solamente a las mujeres. Más bien, los hombres siguen esta línea de pensamiento. El propósito de los hombres en Occidente no es formar una familia, sino que busca el placer y abandona fácilmente todo lo que va en contra de su bienestar. No obstante, como afirmó el ayatolá Seye Ali Jamenei: “Si las personas estuvieran libres para saturar sus instintos sexuales como quieran, nunca se formaría una familia, o se formaría algo absurdo, amenazante y devastador, y cualquier brisa podría interrumpirlo. Entonces, en cualquier parte del mundo que hay libertad sexual, la familia es débil. Porque los hombres y las mujeres no necesitan este foco para saturar su instinto”.
 
Algunos académicos occidentales, preocupados por la vida sostenible, consideran los cambios en las estructuras legales y el reconocimiento de la ley de igualdad entre hombres y mujeres como factores que contribuyen al aumento del divorcio. La razón de esta teoría es el salto del divorcio después de la aprobación de esta ley en los países occidentales, especialmente en Estados Unidos. Sociólogos como Helmut Schelsky creen que esto altera la estructura jerárquica de la familia. En la familia, como cualquier otro complejo, cada miembro debe asumir un papel diferente. De hecho, la diferencia en los roles hace que el foco de la vida sea cálido y agradable y garantiza su continuidad. Si los roles son iguales en un grupo, este grupo no durará.
 
Lo que sucede en la vida occidental y que se ha convertido en una de las causas del divorcio en las sociedades industriales contemporáneas ha sido la combinación del papel de hombres y mujeres. En la actualidad, no hay labor masculina o femenina en las sociedades occidentales. En el pasado, hombres y mujeres recibían educación especial y se preparan para asumir sus papeles en el futuro. Pero hoy en día, incluso la educación en estas comunidades se basa en las enseñanzas feministas y, en este contexto, la gente desempeña sus funciones basándose en la combinación de roles. Por lo tanto, atestiguamos que, en estas sociedades, los individuos no se educan para aceptar sus roles en la familia, lo que en sí mismo es un factor de la tensión en las familias.
 
El divorcio es una cadena de eventos que transforma la vida de sus víctimas para siempre. El divorcio tiene un alto costo humano para las mujeres, los hombres y especialmente los niños. Kirk Patrick, un crítico social, cree que “el efecto devastador del divorcio y la separación sobre un niño es mayor que la muerte de uno de los padres”. Los estudios muestran que la separación de los padres tiene una relación directa con el desarrollo de trastornos mentales en los niños. Una investigación llevada a cabo sobre más de 6000 niños y adolescentes en el Reino Unido ha demostrado que la separación de los padres causa daño psicológico a los niños, especialmente a los mayores de siete años, y aumenta la probabilidad de depresión y otras enfermedades mentales en la edad adulta. Especialmente la ausencia del padre en la familia tendrá un impacto negativo en las niñas.
 
El divorcio siempre ha sido uno de los problemas sociales más desafiantes. El Occidente ahora no solo observa sus efectos directos e indirectos en el equilibrio psicológico de las parejas, los hijos, los familiares y los amigos, sino tampoco puede rechazar sus efectos negativos en el sistema económico, la cantidad y calidad de su sistema de población y su sistema cultural. Esto ha llevado a los gobiernos occidentales a tomar medidas para controlar y mitigar este fenómeno, sin embargo, un vistazo a la vida occidental desde dentro muestra que no han tenido éxito en la elaboración de políticas de los asuntos sociales, especialmente en el establecimiento y mantenimiento de una familia estable.
 
 
P/NA/NL