La pregunta surgida al principio de este análisis es que ¿Por qué aún siguen las hostilidades o mejor dicho los complots contra el país persa, transcurridos cuarenta años de la victoria de esta revolución y pasando varias etapas y altibajos sensibles e históricos desde su comienzo hasta el presente?

 

En respuesta a esta pregunta, hay que decir que la República Islámica de Irán tiene características únicas e importantes en términos de pensamiento, cultura y bases revolucionarios.

 

 

 

La República Islámica de Irán posee características como la unidad y la transformación, buscar la justicia y luchar contra la opresión, entre ellos y durante todos estos años ha defendido y ha mantenido firme a sus ideales y principios.

 

El Líder de la Revolución Islámica de Irán acerca de esta característica cree:

 

“Desde el principio hasta hoy, esta revolución no ha sido nunca despiadada ni sangrienta, como tampoco pasiva ni vacilante. Ha defendido con franqueza y valentía a los oprimidos frente a opresores y matones y ha defendido a los humillados”.

 

La Revolución Islámica, planteó ideas anti-hegemónicas, desafió los poderes matones y en esta misma línea desarrolló la idea de la unidad como una estrategia para el poderío del mundo islámico contra los matones.

 

Michael Fischer en una parte de su libro titulado “Irán, desde el debate religioso a la revolución” sobre este caso escribe: “La transformación que tuvo lugar en el pueblo fue el resultado de la cultura religiosa revolucionaria que condujo a la formación y la victoria de la revolución”.

 

 

Este movimiento transformó las ecuaciones regionales e internacionales, por eso la derrota de esta revolución se convirtió en el objetivo más importante de los poderes arrogantes.

 

 

“Esta revolución cambió la figura de Oriente Medio y el sur de Asia. Irán había sido explotado por Occidente bajo el mandato de Mohamad Reza Shah Pahlavi, el títere de Estados Unidos, para obtener una ventaja económica y geopolítica. Los recursos petroleros de Irán fueron extraídos y explotados por empresas extranjeras. La embajada de Estados Unidos en Teherán fue utilizada como una base para operaciones de espionaje”, escribió Phil Wilayto, líder anti guerra en Estados Unidos y editor de la revista Virginia Defender sobre los logros de la Revolución Islámica en Irán.

 

Con la victoria de la revolución y cortar la mano de Estados Unidos a sus recursos, Irán se ha convertido en un modelo para las personas oprimidas en todo el mundo y durante todos estos años ha sido testigo de los comportamiento hostiles de Washington hacia la nación iraní desde la guerra impuesta contra Irán por Sadam Husein (exdictador iraquí) y el apoyo de Estados Unidos al grupo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) hasta las sanciones injustas.

 

A juicio de Wilayto “Si Estados Unidos solo hubiera sido el enemigo de Irán, sería difícil entender la razón, pero la realidad es que Washington siempre ha sido enemigo de cualquier país que se haya opuesto a las políticas estadounidenses”.

 

Sin embargo, la revolución y el sistema de la República Islámica han podido resistir ante estas corrientes, confinado a sus elementos de poderío interno, y ahora ha comenzado su quinta década de vida.

 

En una parte del comunicado del Líder por el 40.º aniversario de Revolución Islámica se lee:

 

“Entre todas las naciones que sufren la opresión, pocas se esfuerzan por lanzar una revolución; y entre las naciones que se han alzado y lo han hecho, pocas han perseverado hasta el final, salvaguardando sus valores revolucionarios, no yendo la mayoría más allá de un simple cambio de Gobierno. La gloriosa revolución de la nación iraní, que es la mayor y más popular revolución de la era contemporánea, es la única que ha persistido durante cuarenta años de dignidad sin traicionar sus valores.  Esta Revolución ha preservado su dignidad frente a todo tipo de tentaciones que parecían irresistibles, y ahora entra en su segunda fase, la de la autorrealización y la construcción civilizatoria”.

 

Como declaró el Líder de la Revolución en su declaración con motivo de los cuarenta años de la victoria de la Revolución Islámica, la gran nación persa no ha hecho ninguna negligencia en sus ideales para apoyar la Revolución Islámica. El ayatolá Seyed Ali Jamenei aseguró: “La Revolución Islámica no ha caído ni caerá en el estancamiento y la parálisis, sino que defenderá hasta el fin de los tiempos la teoría del orden revolucionario”.

 

El segundo paso de la revolución es, en otras palabras, avanzar hacia objetivos futuros. Hoy, el pueblo iraní tiene muchas lecciones, experiencias para aprender. Esto significa que no debe descuidar los desafíos y las conspiraciones contra la revolución. Desde este punto de vista el segundo paso de la revolución es avanzar en el camino de los ideales de la Revolución Islámica basados en las valiosas experiencias de los últimos 40 años y estar conscientes respecto a los desarrollos y obstáculos actuales.

 

La Revolución Islámica se materializó con el pleno apoyo de diferentes estratos del pueblo para establecer la justicia y lograr la independencia y la libertad. Por lo tanto, los ideales derivados de esta Revolución no pueden tener un límite temporal y espacial, y lo que debe explicarse en el segundo paso de la revolución para que podamos allanar en este camino es comprometerse a los ideales de la Revolución Islámica junto con el uso de experiencias amargas y dulces para lograr altos objetivos y mundiales de la Revolución Islámica.

 

Los enemigos de la República Islámica saben muy bien que para derrotar la resistencia islámica y eliminar las barreras antes el expansionismo estadounidense e israelí en la región, deben crear división en la región y apuntan el principio del Islam y el despertar islámico.

 

Hoy en día, EE.UU. con sus fines malvados está creando complots y conspiraciones. El principio de la política de Estados Unidos en la región está basado en el belicismo y busca matar a los musulmanes entre sí.

 

Sin lugar a dudas, somos testigos en los últimos años en países como Afganistán, Siria, Irak, y en Gaza, Yemen y Baréin, de la versión ejecutada de esta corriente y gran conspiración.

 

El peligro que amenaza actualmente el sistema y los valores revolucionarios es crear desesperación y eliminar el dinamismo, vitalidad y felicidad revolucionarios. El aparato propagandístico del Occidente está tratando de debilitar los elementos autoritarios de Irán mediante difamar la revolución y poner etiquetas falsas y fabricadas contra instituciones revolucionarias como el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán. Conocer este complot y frustrarlo es sin lugar a dudas una gran responsabilidad en el camino del segundo paso de la Revolución.

 

P/FSH/RH