La ceremonia de apertura del túnel de San Gottard, a la que asistieron varios jefes de Estado europeos, comenzó con una celebración del satanismo. En esta ceremonia, los satanistas realizaron sus propios rituales y ceremonias. Una ceremonia que sorprendió a los participantes.

 

La mayoría de las agencias noticieras occidentales guardaron silencio ante el contenido semiritual de la ceremonia. Pero entre los medios de comunicación, algunos sitios web analizaron el extraño contenido de la inauguración del túnel. Como la presencia de un hombre vestido de cabra que primero muere y luego vuelve a la vida, y es adorado y coronado como el rey del mundo.

 

Michael Snyder, un periodista y activista político estadounidense,  explicando en detalle la presencia del hombre como cabra, describió la ola de temas similares en varios programas. Refiriéndose a videos musicales, series de televisión e incluso las ceremonias de premios, mencionó: "La oscuridad está aumentando y no estará satisfecha hasta que se haya apoderado de todo el planeta, y en este periodo los líderes se han vuelto tan audaces que incluso no esconden el desastre que nos han preparado".

 

La ceremonia de apertura del túnel Gutard es considerable debido al nivel de asistencia. Como saben, uno de los problemas del mundo de hoy es la aparición de sectas que todas se plantean con un nombre de la excelencia humana y para mejorar su vida. Después de un tiempo de actividad, adquieren seguidores y, finalmente, cuando se revela su insignificancia, se olvidan. Pero sus efectos destructivos permanecen en las mentes de los afectados durante mucho tiempo. Una de estas tendencias es el satanismo que ha surgido en el mundo occidental en las últimas décadas y se ha extendido a través de instrumentos de placer sexual y la música, en el marco de sectas diferentes y juegan con valores morales y humanos en el estilo de vida occidental.

 

 El mundo occidental ha pasado por dos etapas de modernidad y posmodernidad hasta ahora y está entrando en la etapa de transmodernidad. En la era de modernidad, las miradas se volvieron desde el cielo hacia la tierra y el hombre reemplazó a la iglesia como el eje. En la era posmoderna, el egocentrismo reemplazó al hombre (como el eje), y en la era contemporánea (transmoderna) el hombre en el Occidente,  parece caer al nivel más bajo de la vida, el del satanismo.

 

Algunos creen que el satanismo comenzó en el Occidente a principios del siglo XIX. John R. Hinnells, autor del Libro de Cultura y Religiones del Mundo, argumenta: "A principios del siglo XIX, algunos aristócratas del Reino Unido que eran miembros del grupo de masonería dirigido por Sir Francis Dashwood, fundaron el grupo de los satanistas  llamado ‘Club del fuego del infierno’ en la ciudad de Londres. A partir de entonces, Londres se convirtió en el principal centro del satanismo en Europa". No es sorprendente que el Reino unido sea el centro de un nuevo satanismo en Europa. También, en Estados Unidos, el año 1966, cuando Levi fundó la Iglesia del Diablo en San Francisco, se considera el comienzo oficial de la actividad de esta secta. Hoy en día, hay alrededor de 6000 centros de actividad del satanismo en Estados Unidos, con la ciudad de Nueva York como su ubicación principal. Hace unos años, los satanistas pidieron al Departamento de Educación de los Estados Unidos que los autorizara a enseñar sus pensamientos en las escuelas primarias.

 

Hace poco, la historia de un maestro de 35 años en una de las escuelas secundarias de Utah en el oeste de EEUU provocó la preocupación de los padres. El maestro, llamado Brian Altis, fue acusado de engañar y abusar a 350 estudiantes. Uno de sus estudiantes, que la policía se negó a revelar su nombre, dijo que su maestro lo había ingresado en un grupo de satanistas y que se vio obligado a realizar actos como perforar el cuerpo, tener relaciones sexuales con docenas de personas (homosexualidad) y comer desechos humanos.

 

Cabe recordar el brutal asesinato de inocentes musulmanes de dos mezquitas Christ Church de Nueva Zelanda el año pasado por un racista llamado Brenton Tarrant. En su brutal ataque, 49 fieles de la mezquita fueron martirizados y docenas más resultaron heridos. La primera foto publicada de este asesino terrorista fue en una corte de Nueva Zelanda, mientras que frente a las cámaras de noticias, mostraba con su mano tres 6, uno de los símbolos satánicos más famosos en el Occidente (666).

 

Los símbolos son una de las herramientas que los satanistas usan para propagar sus pensamientos. En el satanismo, los símbolos como la cabra o el carnero llamado Baphomet, la estrella de cinco puntas, la  cruz rota, el ojo del diablo, el número 666, la máscara de animal con cuernos, etc., se usan como símbolos. Se usan en muchos ambientes personales o públicos, como ropa, zapatos, anillos, pulseras, relojes, decoraciones en el automóvil y docenas de otros objetos que las personas pueden usar de manera intencionada o no intencionada. Cuando se aceptan estos símbolos, la transmisión de la ideología de estos símbolos se vuelve muy simple y fácil.

 

Hoy en día, se observan  jóvenes en el Occidente que no llevan una apariencia normal y que intentan vestirse y maquillarse de tal modo que parezcan horrorosos, asisten a conciertos con música a alto volumen y gritos histéricos. Por otro lado, hay artistas que intentan excitar a la audiencia con su maquillaje extraño y música. Estas personas a veces se llaman satanistas. Sectas vagas cuyas creencias y rituales exóticos se asemejan al culto a las criaturas del espacio exterior.

 

 El uso de la música es la herramienta más importante de estas sectas para propagar sus ideas y también para influir a la sociedad, especialmente a los jóvenes: los movimientos sociales de los Beatles en los años 60, los hippies en los años 70, los punks en los años 80, los raps, varios estilos de música Metal como Black Metal, Death Metal, Heavy Metal y otras corrientes en los años 90. Entre las características de este tipo de música, aparte de la destrucción del sonido de algunos instrumentos y los shoks, es el uso de cuchillas, fuego y oscuridad; crímenes dramáticos como cortar las manos y los pies del gato, morder un murciélago vivo, romper instrumentos musicales y quemarse.

 

 Los investigadores, tras revisar los periódicos y los medios de comunicación estadounidenses han llegado a la conclusión de que el homicidio, la violación, la sobredosis de drogas y el suicidio entre los oyentes y espectadores de conciertos de rock y metal han aumentado de manera increíble. El promedio de estos suicidios y autolesiones, como en el grupo PINK FLOYD, alcanza de 15 a 20 personas después de cada concierto. En la música rock, las autolesiones se han convertido en algo común. Según un informe publicado en el Occidente, uno de cada siete jóvenes que escucha música rock metal se suicida.

 

Hoy en día en el Occidente, el satanismo es atractivo para un grupo de jóvenes. Esta atracción no es porque sea intrínsecamente deseable, sino porque tiene un "papel alternativo" para llenar el vacío psicológico de los jóvenes y adolescentes. En los países industrializados, el aumento de la complejidad social, el crecimiento tecnológico y el rápido cambio físico y sexual han creado una sensación de ansiedad y miedo entre los jóvenes.

 

Lo que es crucial para este joven es dominar la ansiedad que proviene del miedo y la duda. Su necesidad es crear una imagen segura y poderosa de su personalidad, aunque no sea real. Al abusar esta necesidad, el satanismo busca demostrar una comprensión correcta de tal deficiencia. Por esta razón, los líderes del satanismo se refieren repetidamente a los problemas sociales y los fracasos de los jóvenes y su privación, y repiten este dolor en diferentes idiomas.

 

La mayor alegación de las sectas del satanismo es que se presentan como una solución práctica y eso es la ilusión de la "promesa del poder".  Como el satanismo invita a una fuerza llamada satán y esta fuerza contiene potencias interminables, les promete a sus seguidores la promesa de ser poderoso. Eso es mientras que según el sagrado Corán, el poderío del satán es muy poco y se limita en engañar al hombre, y eso en caso de que el hombre le permite. El satán solamente habla y promete y así se esfuerza por vencer al hombre. En este contexto, en una parte de las aleyas 64 y 65 de la sura El viaje nocturno (Al esra) del sagrado Corán leemos:

 

Pero el Demonio no les promete sino falacia. «Pero (tú, el Demonio) no tienes ninguna autoridad sobre Mis siervos». ¡Tu Señor basta como protector!

 

P/NA/NL