Mar 07, 2020 06:52 UTC

ParsToday – La libertad sexual en el Occidente, a la que se refiere como una revolución, aparentemente es uno de los orgullos de la civilización contemporánea del Occidente. Desde luego, esto es una revolución, la mayoría de cuyas víctimas son mujeres mayores y menores de edad.

Las madres solas, los hijos abandonados, las enfermedades sexuales, el caos de los sentimientos en la gente y, por encima de todo, el aborto generalizado, destacan entre los resultados directos de esta libertad, que ha asestado el mayor daño al cuerpo y al alma de las mujeres en el Occidente.
 
 En la vigésimo-cuarta parte del espacio semanal “La posición de la mujer en el Occidente”, vamos a abordar este problema de las mujeres en el mundo occidental.
 
El aborto significa acabar con un embarazo sacando el bebé del útero de la mujer, lo que se realiza de dos formas: cirugía o el uso de medicinas. La mayoría de los abortos se producen a principios del embarazo y cuando el feto es inmaduro.
 
En la mayoría de las sociedades occidentales, el aborto se considera como parte de los derechos humanos y una señal de la libertad. De hecho, el aborto se ha convertido en una elección. Hasta mediados del siglo XIX el aborto era legal solo hasta que el alma no haya entrado en el feto, es decir hasta que la madre no siente el movimiento del feto.
 
Los que se oponen al aborto, argumentan que este acto implica muchos riesgos para la mujer. Antes del inicio del siglo XX, el movimiento antiabortista había logrado ilegalizar esta medida en la mayoría de los países occidentales. Pero a mediados de la década de los 50 hasta la década de los 60, los feministas con sus protestas trataron de cambiar la legislación relacionada con el aborto.  Ellos creían que las leyes sobre el aborto eran ineficaces. Finalmente, ante estas presiones, la Corte Suprema de Estados Unidos aprobó en 1973 la ley del aborto.
 
Desde la aprobación del aborto en 1973 por parte de la Corte Suprema, más de 50 millones de fetos han sido abortados en EE.UU.
 
Según los expertos, el número de fetos eliminados anualmente a través del aborto en Estados Unidos, es igual al número de todos los militares que han perdido la vida hasta ahora en todas las guerras de la historia de EE.UU. Se ha reportado que el 41 por ciento de todos los embarazos en la ciudad de Nueva York acaban en aborto. Los estudios también muestran que el 86 por ciento de los abortos han ocurrido porque la fémina quería una vida cómoda y evitar los problemas durante el embarazo.
 
Una de las razones más importantes para la alta tasa de abortos en Estados Unidos es la tasa de embarazos en las adolescentes. Esta cifra en EE.UU. es dos veces más que en Canadá, tres veces más que en Francia y 7 veces más que en Japón.
 
 Este problema se debe a que las adolescentes no están preparadas para cumplir los deberes maternos y a la insuficiente madurez social para asumir la responsabilidad ante los bebés después de su nacimiento.
 
 Estas cifras también son altas en Finlandia, Islandia y el Reino Unido. De cada mil casos de embarazo en el Reino Unido, 235 derivan en el aborto anualmente, y algunos bebés recién nacidos son entregados a centros de cuidado infantil.
 
Ian Gentles, historiador canadiense, critica las leyes contradictorias de su país sobre los derechos infantiles y dice: “Los bebés no nacidos en Canadá tienen derecho a la herencia y, en el útero pueden demandar a un tercero, pero no tienen derecho a vivir, ya que el gobierno otorga a la madre el derecho a matar al feto. Curiosamente, según la legislación canadiense, una niña necesita el permiso de sus padres para perforar sus orejas, pero puede abortar sin su conocimiento”.
 
Desde luego, las leyes de aborto son diferentes en distintos países occidentales. Por ejemplo, en el estado de Texas en EE.UU., países católicos europeos como Portugal, Polonia e Irlanda del Norte, existen leyes estrictas al respecto.
 
Las leyes de aborto en la República de Irlanda, especialmente en Irlanda del Norte, son las más estrictas en Europa. En Irlanda del Norte, el tribunal autoriza el aborto solo cuando la vida de la madre esté en peligro, lo que ha llevado a muchas mujeres y muchachas a tomar píldoras y arriesgar su vida para poder practicar el aborto, lo que cobra la vida de muchas mujeres en Irlanda del Norte anualmente.
 
En otras partes de Europa son vigentes diferentes leyes. Por ejemplo, una madre embarazada puede acudir a un centro de aborto a las 10 a 14 semanas de embarazo, y someterse a una cirugía sin una orden judicial. Pero si este periodo va más allá de 14 semanas, según la ley tiene que dar a luz a su bebé y si no es capaz de cuidarlo, tiene que entregarlo a los orfanatos.
 
Los países europeos difieren un poco en el número de semanas de embarazo. Sin embargo, en los Países Bajos, cada vez que una madre tenga la sensación de que no quiere o no puede dar a luz a su bebé y cuidarlo, puede acudir a una clínica para someterse a cirugía.
 
En Estados Unidos, las leyes de aborto son diferentes en distintos estados. Al respecto, existen leyes estrictas en Texas donde muchas mujeres que quieren abortar su feto, se ven obligadas a viajar a otros estados, lo que conlleva muchos riesgos en términos económicos y de salud para ellas. Por supuesto, la Cámara de Representantes norteamericana votó recientemente la prohibición del aborto después de veinte semanas de embarazo.
 
 Esta ley, conocida como la “ley de apoyo a los bebés no nacidos capaces de sentir el dolor", especifica que "hay considerables pruebas médicas de que un bebé no nacido puede experimentar el dolor al menos 20 semanas después de la concepción y el embarazo.
 
 Esta ley tiene un enfoque basado en la ciencia sobre la vida de los  bebés no nacidos. Las recientes investigaciones han demostrado que las estructuras físicas necesarias para experimentar el dolor en el cuerpo del feto se forman durante 20 semanas después de la fertilización, mientras que en la religión del Islam, desde la formación del embrión, se le otorga el derecho a la vida y está prohibido abortarlo.
 
 El aborto conlleva profundas consecuencias físicas y psicológicas negativas para la fémina afectándole durante años y dificultando su vida normal. Las estadísticas nacionales sobre el aborto en EE.UU. muestran que el 10 por ciento de las mujeres que practican el aborto por voluntad propia, sufren sus consecuencias.
 
 Los estudios realizados en Finlandia demuestran que la probabilidad de la muerte de las mujeres que han abortado deliberadamente, ha sido un 102 por ciento más que en las mujeres que hayan practicado abortos involuntarios.
 
Otro estudio realizado en California, EE. UU., muestra que la probabilidad de la muerte de las mujeres que hayan abortado es un 62 por ciento mayor. Según los ginecólogos, la alta tasa de mortalidad entre las mujeres con aborto se debe al estrés psicológico de su comportamiento riesgoso.
 
Debido a tales problemas, muchos países del mundo occidental han llegado a una encrucijada. El mundo occidental o debe renunciar a la revolución sexual cuyo resultado son embarazos no deseados y el aumento de abortos y concentrarse nuevamente en la moral y la promoción de matrimonios legales y en una sociedad enfocada en la familia, o bien debe aceptar que se mantenga el actual caos sexual y sea testigo de muchos problemas relacionados con el aborto.
 
Queridos amigos, aquí finaliza el programa de hoy; nos despedimos de todos ustedes hasta otra emisión.
 
P/FE/NL

 

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