Amar y recibir amor de los demás en un ambiente familiar es una de las necesidades naturales de cada persona, de ahí que una persona que vive en Occidente críe mascotas para suplir esta necesidad. En el vigésimo capítulo de la serie semanal “La vida en el Occidente, una mirada desde dentro” abordaremos este fenómeno social. Acompáñennos por favor.

 

Desde el principio de la creación, los animales siempre han vivido al lado del ser humano y, en muchos casos, como parte de su vida. Esta vecindad ha provocado que, en cada era o periodo, se planteen  diferentes opiniones morales sobre los animales y su situación ante las personas. Para mala suerte de los animales, en los siglos anteriores,  Aristóteles, que era aceptado como un buen filósofo ejemplar,  pensaba que, en este mundo, existen diferentes niveles y, en este orden, los niveles bajos fueron creados para dar servicio a las estratos altos. Por ejemplo: las plantas deben servir a los animales y estos a los seres humanos. Por eso, según la visión de Aristóteles, los animales fueron creados para ser usados por las personas. Después, vemos que en la cultura occidental, hasta finales del siglo 18, casi la mayoría de la gente no otorgaba una posición adecuada a los animales y era muy violenta con estos seres vivos.

 

Con la industrialización y la reducción de las relaciones humanas, aumentó la tendencia hacia el deseo de tener animales en casa. De modo que el interés por las mascotas se convirtió en uno de los intereses comunes de la vida humana en el Occidente, en particular, después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a mediados del último siglo, este asunto tuvo un progreso considerable, tanto que la educación de las mascotas y la producción para abastecer sus necesidades se consideran una de las industrias con muchos ingresos en los países desarrollados. En base a las cifras anunciadas en el año 2017, la industria de comida para mascotas tuvo más de 20 mil millones de euros de beneficio financiero. El director de la Federación Europea de la Industria de la Alimentación de Animales de Compañía (Fediaf, por sus siglas en inglés) dice que, con el aumento de las cifras del empleo en esta industria, se esclarece más la importancia de tener animales en casa. El sector de la comida para mascotas es responsable de la creación de casi cien mil puestos de trabajo. A este respecto, además de los trabajos en las industrias productoras de comidas para los animales caseros, se puede aludir a casi 200 mil veterinarios en Europa, 60 mil tiendas especializadas en mascotas, la industria de equipamientos secundarios de estos animales, los medios de comunicación masivos vinculados a los animales caseros y las organizaciones activas en el terreno del transporte y el bienestar de estos seres vivientes. Dado el bueno beneficio financiero del sector del cuidado de mascotas, se puede decir que el crecimiento de la población de estos animales es una buena noticia para la economía del sistema  capitalista que rige en Europa.

 

Se puede observar perros en casi todas las calles y parques de las ciudades de Europa y EEUU. Son tan diferentes que en el pasado no se hubiera creído. Muchos perros han recibido adiestramiento y pueden dar la mano y pararse en una pata, por ejemplo. En base al estudio nacional sobre los dueños de mascotas que realizó en los años 2019 y 2020 la Asociación de Productores para Mascotas (APPA, por sus siglas en inglés), un 67 % de las familias norteamericanas, es decir, casi 85 millones de familias, tiene animales en casa. En el año 2017, la población de niños estadounidenses fue de más de 73 millones mientras que más de 94 millones de gatos y 89 millones de perros fueron cuidados en casas de estadounidenses como mascotas. Existen diferentes motivos para tener mascotas y estos motivos han provocado que, actualmente, muchos animales hayan obtenido la posición igual a un miembro de la familia. Algunas personas viven solas y un grupo ha llegado así a la vejez. También, hay familias que tienen solamente un hijo y eligen a un animal como compañero de juego para su niño. En el método de vida occidental, la falta de un compañero para la vida, ya sea un hijo, un hermano o una hermana, se llena con una mascota. Este cambio de cultura que se desarrolló en EEUU en el siglo 20 y, en especial, en los años después de la década de los 60, se considera una característica de la cultura occidental; de modo que actualmente se ha convertido en parte intrínseca de la cultura norteamericana e incluso el propio presidente de EEUU tiene un perro.

 

Pero, ¿cuáles son los motivos de este comportamiento social y cultural? Tal como dijimos, algunos de los motivos de este fenómeno es la soledad del actual ser humano occidental. La entrada al mundo de la tecnología y a la era de las comunicaciones digitales, al lado de tener muchos privilegios, ha conllevado consecuencias negativas y una de ellas es el mayor alejamiento de las personas de la sociedad y la creación de una distancia entre los miembros de la familia. Actualmente, las relaciones familiares y las colaboraciones sociales no son tan estables como en el pasado. A largo plazo, este asunto genera  un vacío sentimental en el ser humano. Por eso, la persona, para acabar con sus necesidades sentimentales, tiende a tener un animal de compañía. En realidad, se puede decir que uno de los más importantes motivos de tener mascotas en las sociedades occidentales es la reducción de las relaciones sociales y cubrir las necesidades sentimentales.

 

A su vez, la mayoría de los británicos prefiere las mascotas a aumentar su familia y dice que prefiere pasar sus vacaciones con sus animales que con su familia. En base a un informe de United Press, los resultados de una encuesta hecha a dueños de mascotas en Inglaterra muestran que el 47 %, cuando está fuera de la casa, extraña a sus animales más que a su familia. Un 13 % de los encuestados opina que preferiría pasar sus vacaciones con sus animales en vez que con miembros de su familia. Las decisiones del actual ser humano occidental, debido a su soledad, son tan raras que incluso hay casos que destina su herencia para sus mascotas. Seguramente ustedes también han oído algunos casos de animales con herencias de cientos de millones de dólares dejadas por sus dueños que, de vez en cuando, se convierten en el objeto de noticias de los medios de comunicación masivos occidentales.

 

En relación con el aumento de la tenencia de mascotas  no hay que ignorar el fenómeno del cada vez menor número de hijos e incluso no tenerlos en las familias de las sociedades occidentales. Las investigaciones muestran que la relación entre los dueños de mascotas y estos animales parece mucho a la de padres e hijos. En este sentido, cabe resaltar que los sentimientos y cambios fisiológicos en las personas que viven con animales se parecen mucho a la reacción de los padres a sus hijos.

 

Hace poco, el centro noticiero New York Post en un informe abordó el interés de la gente a comprar perros en lugar de tener hijos y anunció que, en base a investigaciones realizadas en el año 2018 y en una encuesta del centro investigativo One Poll a 2000 familias neoyorquinas, un 34 % de las familias había especificado que prefiere tener un perro que un hijo. Otro 66 % también había considerado a su perro como un miembro principal de la familia y había dicho que su sentimiento hacia su mascota canina era igual al que sentía por sus hijos. Más de la mitad de los participantes en la encuesta dijo entender los sentimientos de los animales caseros y los consideró sus mejores amigos con quien pueden hablar, en general, recompensan su soledad con ellos.

 

Esto mientras que la mayoría de los médicos en Europa advierte a los dueños de mascotas de que, aunque se respete los asuntos higiénicos y se tenga separado el espacio de los animales en casa, el traslado de  enfermedades comunes entre las personas y las mascotas mediante el contacto diario es algo inevitable. Hasta el momento, se han conocido 850 enfermedades comunes derivadas del contacto entre el ser humano y el animal. Por eso, es necesario que se respeten los asuntos higiénicos especialmente, cuando en casa hay niños, ya que son los más vulnerables.

 

Teniendo en cuenta todos estos asuntos, la religión divina del Islam ha solicitado a sus seguidores que separen el ambiente interno de su vida de animales como el perro. La manera de la vida en el Islam, está basada en enseñanzas valiosas que dirigen al ser humano hacia una vida lejos de las contaminaciones físicas y espirituales. Esto no significa que se pisoteen los derechos de los animales; ya que, en el Islam, todas las criaturas de Alá tienen derechos especiales y un musulmán creyente y comprometido debe respetarlos con precisión.  

 

P/MK/NL