El Estrecho de Ormuz es una de las vías fluviales estratégicas más importantes del mundo con relevancia política, de seguridad, económica, cultural y social. Irán es uno de los países más influyentes que domina este estrecho y, en este sentido, desempeña el papel más importante en su seguridad.

 

La región del Golfo Pérsico es una de las regiones más importantes del mundo desde el punto de vista geopolítico y geoestratégico.

 

El Estrecho de Ormuz se considera como el subsistema principal de esta zona; una vía fluvial estratégica de conexión entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico. Es importante por varias razones. Políticamente, separa la meseta iraní de la Península de Arabia Saudí conectando las aguas del Golfo Pérsico con las del Mar de Omán y del Océano Índico. También es preponderante por su papel en la política de las grandes potencias. En términos de seguridad, es muy importante debido a la gran cantidad de bases y militares de los países extrarregionales desplegadas en la zona.

 

 

Si bien, el Estrecho de Ormuz está ubicado entre Irán y Omán, su peso estratégico lo ha convertido en el estrecho más importante para las potencias mundiales, particularmente EE.UU. con mayor presencia militar en esta zona, donde posee siete bases terrestres, aéreas y navales, con casi 40 mil efectivos, en Omán, Kuwait, Baréin, Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos, los cuales figuran entre los principales compradores de armas de EE.UU.

 

Además de EE.UU., otros países extranjeros también, como Francia y el Reino Unido, mantienen una presencia militar en el área donde reclaman intereses estratégicos, económicos y de seguridad, y se muestran muy sensibles en el tema del transporte de la energía a través del Estrecho de Ormuz a los mercados mundiales.

 

La ubicación única de Irán en el Estrecho de Ormuz es tal que, sin este país, no habría seguridad en esta vía fluvial.

 

 

 

De acuerdo con su estrategia de defensa, Irán ha adoptado un enfoque defensivo con respecto a la seguridad en esta región y, considerando las realidades regionales, ha tomado una serie de estrategias disuasorias para mantener la seguridad del Estrecho de Ormuz insistiendo en la retirada de las potencias extrarregionales.

 

Uno de los aspectos políticos más importantes del Estrecho de Ormuz es su papel en la política de las grandes potencias. A lo largo de la historia, esta región ha llamado la atención de las mismas por sus especiales valores económicos, de comunicación, estratégicos y culturales, y el dominio sobre ella ha alterado la correlación de fuerzas en distintos periodos en lo que se refiere a cubrir las necesidades energéticas del mundo. Debido a la importancia especial del Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz es de suma importancia como la embocadura del mismo.

 

El Estrecho de Ormuz conecta a los tres continentes de África, Europa y Asia y actúa como parte de un sistema de transporte de energía y mercancías entre los océanos Índico, el Pacífico, el Atlántico, el Mar Rojo y el Mediterráneo.

 

Una de las razones políticas de la relevancia de esta zona se refiere al tipo de los gobiernos de sus países. Entre las características políticas de la región destaca la existencia de sus dos democracias, es decir Irán e Irak, y de regímenes autoritarios, monárquicos, hereditarios e incluso tribales en países como Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Catar, cuyos sistemas políticos enfrentan la crisis de legitimidad, la cual ha causado fragilidad interna y la fuerte dependencia de estos gobiernos de las potencias extranjeras, sobre todo de Estados Unidos.  El hecho de que los países alrededor de este estrecho son regiones petrolíferas, ha llevado a EE.UU.  y a la mayoría de los países europeos, así como, China, Rusia y La India a establecer duraderas relaciones políticas con ellos.

 

 

La importancia del Estrecho de Ormuz en términos de seguridad es tal que cualquier perturbación en el tránsito en él, afectará no solo a los países de la región sino a todo el mundo. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, destacó el papel persa en este estrecho advirtiendo que “si Estados Unidos comete un error, peligrará el flujo de la energía en la región". Dirigiéndose a Estados Unidos, dijo que “ustedes nunca podrán garantizar la seguridad energética en la región; nosotros estamos comprometidos con nuestras aspiraciones y nuestros intereses nacionales, y cualquiera que amenace nuestros intereses nacionales chocará con la fuerte ira del pueblo iraní".

 

Como se mencionó, los países occidentales, incluido EE.UU., poseen muchas bases en esta región.  La base aérea Al-Udeid está en Catar y el mando de la V Flota de la Fuerza Naval de EE.UU.  se encuentra en Baréin.

 

En Kuwait, hay cuatro bases de las fuerzas de la infantería de EE. UU., incluido el Camp Patriot con aproximadamente 3 000 soldados, así como, la base aérea Ali Al Salem y la base aérea Ahmad al-Yaber.

 

Estados Unidos carece de una base de infantería en los Emiratos Árabes Unidos, pero utiliza sus instalaciones portuarias, como los puertos de Yebel Ali, Rashid, Zayed Abu Dhabi, y Fujairah. Los Emiratos Árabes Unidos también han puesto en disposición de Estados Unidos la base aérea Al-Dhafra para el uso de drones y aviones espía U2 y servicios.

 

Además de Estados Unidos, la Fuerza Aérea Británica también ha desplegado tropas en la base Al-Adid en Catar y ha establecido una base aérea de campo en Omán.

 

Asimismo, la base de las fuerzas francesas conocida como el campamento de paz, fue establecida en 2009 en Al-Dhafra, en los Emiratos Árabes Unidos.

 

Otro tema que destaca la importancia del Estrecho de Ormuz en materia de seguridad, es el proceso de su militarización desde casi una década, con el aumento de las compras de armas occidentales.

 

 

Los países árabes alrededor de este estrecho, especialmente Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, han incrementado sus compras de armas desde 2004 para, entre otras razones, garantizar los intereses económicos y de seguridad de EE. UU. y debido a que han estado involucrados en conflictos regionales como la guerra de Yemen.

 

Las estimaciones muestran que los costos militares de los seis Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico alcanzaron los 100 mil millones de dólares en 2019.

 

Según el experto de la Oficina de Asuntos Políticos y Militares del Departamento de Estado de EE. UU., David McKeeby, los citados seis países han recibido de Estados Unidos misiles balísticos de defensa aérea, helicópteros de asalto, navíos y avanzados misiles anti-blindados.

 

Otro aspecto que destaca la importancia del Estrecho de Ormuz en materia de seguridad, se refiere al tema de la seguridad energética, toda vez que la energía no se considera solo un bien económico, sino que muchas de las ecuaciones militares, estratégicas y de seguridad dependen del mismo tema.

 

Lo que buscaba Estados Unidos en las dos guerras del Golfo Pérsico en 1991 y 2003, más allá de sus declaradas políticas, fue tomar el control el mercado petrolero. En este marco se inscribe el robo abierto del petróleo de Siria y el saqueo del crudo iraquí por parte de Washington.

 

EE.UU. como ganador de la Segunda Guerra Mundial, por su dependencia del petróleo del Golfo Pérsico, ha prestado mucha atención a esta región en las últimas seis décadas.

 

Según estadísticas no oficiales, cada diez minutos un petrolero gigante cruza el Estrecho de Ormuz, cuyo valor a lo largo de la historia ha sido tan alto que, según un historiador portugués del siglo XVII, dice "si consideramos al mundo como un anillo de oro, su gema sería Ormuz".

 

Durante muchos años, la seguridad estratégica del Estrecho de Ormuz ha estado en las poderosas manos de Irán, proceso que continúa pese a las intervenciones de las potencias extranjeras.

 

Queridos oyentes, aquí finaliza la primera parte del espacio “El papel clave de Irán en la seguridad del Golfo Pérsico”; los esperamos en la próxima edición.