May 30, 2020 07:00 UTC

Pars Today - El comunicado “El segundo paso de la Revolución” se basa en la preservación de tres principios, a saber, “honor, sabiduría y conveniencia” en las relaciones internacionales del Irán islámico; en otras palabras, determinar límites entre amigos y enemigos. En este sentido, hay dos puntos importantes que se deben tomar como criterios para el avance de la política exterior en el segundo paso de la revolución.

El primer punto son los fundamentos intelectuales y prácticos de la política exterior de la República Islámica de Irán en el marco  del principio NO al bloque oriental ni al occidental, rechazando así a las potencias hegemónicas. En los últimos 40 años, este principio ha llevado a la formación del movimiento del “despertar islámico” que se ha convertido en el patrón de resistencia ante cualquier hegemonía.
 
El segundo punto es la necesidad de mantener la vigilancia y reconocer la naturaleza de las conspiraciones lanzadas contra Irán. Enfatizando estas realidades, la República Islámica rechaza cualquier diálogo con los regímenes arrogantes, engañosos, como EE.UU., y no confía en estos países.
 
El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, al respecto ha dicho: Los occidentales ayudaban al  exrégimen de Irán, pero en realidad, vendían sus armas y mantenían a 60 000 asesores militares en el país persa para tener bajo su control el petróleo de Irán. De hecho, los días de la victoria de la Revolución Islámica, unos 60 000 soldados estadounidenses se encontraban  en el país, principalmente en Teherán, utilizando los ingresos públicos.
 
El comportamiento de los occidentales no se limita a la República Islámica, sino que ellos  actúan así con todos los países  débiles.
 
Durante tres siglos de colonialismo, presionaron a cientos de millones de personas. Los europeos (cuando no existía EE.UU.) colonizaron países de Asia, África y América Latina, saquearon sus recursos e impidieron sus avances científicos. El colonialismo no solo ocurrió en Irán sino que todos los países pobres y débiles sufren este fenómeno.
 
Estados Unidos ha actuado con mucha crueldad con el pueblo iraní. Entre algunas medidas de Washington que muestran su  hostilidad contra Irán figuran: el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Mossadegh con el apoyo de Gran Bretaña en 1953, el apoyo al dictador iraquí Saddam en la guerra impuesta contra Irán, el bloqueo económico y la imposición de  distintas sanciones  que ha provocado serios daños económicos al pueblo iraní, y acciones contra la seguridad nacional de Irán al apoyar a grupos terroristas.
 
Desde el comienzo de la Revolución Islámica, los estadounidenses con distintos  trucos intentaron derrotar esta revolución. El complot para llevar a cabo tres golpes de Estado, el apoyo a los grupos terroristas para asesinar a funcionarios y su respaldo a disturbios callejeros, son una muestra de las conspiraciones de EE.UU. contra la nación y el sistema de la República Islámica.
 
Se puede mencionar como  ejemplos históricos del enfoque negativo de EE.UU. contra Irán, medidas como el derrocamiento del gobierno legítimo de Irán en 1953 mediante un golpe de Estado para luego colocar en el poder a un gobierno títere; el apoyo a los 25 años del régimen dictatorial  de Pahlavi; amplios movimientos para acabar con la Revolución; el apoyo al régimen del dictador iraquí Saddam para atacar a Irán; ataques a las plataformas petroleras y a un  avión de pasajeros;  la incesante política de sanciones, impulsar una amplia  guerra  propagandística y mediática, obstaculizar el crecimientos de la ciencia  del país con sus medidas hostiles contra el programa nuclear, el asesinato de los científicos nucleares y el apoyo a los  grupos terroristas y a las corrientes subversivas y disturbios callejeros.
 
El Líder de la Revolución Islámica, desde el principio evaluó el nuevo enfoque de Estados Unidos,  acerca del “cambio” como  un engaño.
 
En parte de un discurso en 2009, refiriéndose a las políticas del entonces presidente estadounidense Barack Obama acerca de la estrategia del cambio, el ayatola Jamenei dijo: “Ahora la nueva Administración de Estados Unidos dice que queremos negociar con Irán. Ellos  dicen que han cambiado, ¿dónde está este cambio? ¿Liberaron los activos de la nación iraní? ¿Levantaron las sanciones opresivas? ¿Dejaron de lanzar acusaciones y malas propagandas contra este gran pueblo y sus autoridades?  Hablan del cambio, pero en la práctica no hay cambio”, aseguró el Líder.
 
El comportamiento de Donald Trump no está excluido de la regla general de la política  de Washington. Todos estos comportamientos muestran que la desconfianza de Irán hacia Estados Unidos se debe al enfoque hegemónico de este gobierno hacia el país persa,  lo que se ha intensificado en muchas ocasiones  en las esferas políticas y diplomáticas.
 
El exsecretario de Exteriores alemán, criticó la política fracasada “perder-perder” emprendida por la Administración estadounidense de Donald Trump hacia Irán. En una nota en el portal de artículos Project Syndicate, el político germano escribió: Aunque Trump salió del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, siglas en inglés)  con el fin cumplir  uno de  sus promesas electorales,  el problema es que ni Trump ni sus asesores han considerado lo que sucederá después.
 
Reconociendo que, desde el derrocamiento del exrégimen de Irán  y la victoria de la Revolución Islámica, la política de Occidente hacia Irán  ha estado  basada en “ilusiones”, Fisher  especificó que el Occidente, liderado por Estados Unidos,  impuso  sanciones económicas para crear  cambios en  el comportamiento de Irán, sin embargo, este enfoque, junto con muchos otros errores de Estados Unidos, en realidad, ha llevado al fortalecimiento de Irán.
 
Refiriéndose a  la historia de más de 2000 años de Irán en  el  terreno político y cultural del mundo y, en reacción a las amenazas de Trump con destruir a Irán,  Yushka Fischer indicó que “ellos no van  a ninguna parte”.
 
Estas realidades muestran que Estados Unidos no deja de conspirar contra Irán; es por eso que la nación iraní no tiene confianza en los estadounidenses.  A juicio de Irán, EE.UU., bajo la Administración de Trump es el mismo gobierno de los últimos 40 años.
 
El Líder de la Revolución específica que el sistema de la República Islámica,  al determinar un límite  con Estados Unidos y con  varios gobiernos europeos, evita dar un paso atrás de los valores revolucionarios y nacionales y no muestra temor ante sus amenazas.
 
No cambiarán los indicies de la desconfianza del pueblo iraní hacia Estados Unidos a menos que cambie  el comportamiento de Washington lo  que es poco probable. Obviamente estos indicadores en el segundo paso de la Revolución constituyen criterio para el avance  en la política exterior de Irán.
 
P/FE/NL

 

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