Jun 06, 2020 07:19 UTC

ParsToday – En un discurso pronunciado en julio de 2018 ante los embajadores y funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, el Líder de la Revolución Islámica iraní, el ayatolá Ali Jamenei, calificó como un claro error la idea de resolver los problemas del país mediante negociaciones o lazos con EEUU, y al comentar sobre la profunda hostilidad de Washington contra la República Islámica, destacó lo siguiente:

“Los estadounidenses están buscando regresar a la posición que tenían en Irán antes de la Revolución de 1979, y no estarán satisfechos con nada menos. Washington tiene un problema básico con la naturaleza del sistema islámico en Irán. Hay muchos países de Asia, África y Latinoamérica que tienen lazos con EEUU, pero que siguen teniendo abundantes problemas”.
 
Irán tiene muchas razones para desconfiar de EE.U. En un artículo titulado “Irán tiene todo derecho de sospechar de otros países”, el sitio web estadounidense Post-Gazette analizó las razones de esta desconfianza.
 
Elizabeth Betty Ash Douglas, autora del artículo, aludiendo a la intervención de EEUU en Irán y su apoyo al golpe de Estado del 28 de agosto de 1953, señala que, desde 1856, Irán nunca ha comenzado una guerra; sin embargo, durante dos mil años, el territorio persa ha sido objeto de incursiones e invasiones.
 
En los últimos siglos, Gran Bretaña y Rusia desencadenaron el juego de la guerra contra Irán. A mediados del siglo XX cuando el petróleo se convirtió en un valioso bien mundial, también EEUU se unió a ese juego. La Agencia Central de la Inteligencia (CIA) de EEUU también ayudó a sacar del poder al entonces primer ministro iraní Mohammad Mossadegh y restablecer en su lugar al shah Mohammad Reza Pahlavi.
 
Durante la guerra impuesta por Irak a Irán (1980-88), Washington permitió a Bagdad utilizar armas químicas contra la nación persa, y ha apoyado constantemente la capacidad de Israel para desarrollar armas nucleares. Pero a Irán, que nunca ha atacado a otro país, es tratado como un país peligroso. La historia demuestra que Irán tiene razones lógicas para sospechar de los tratados y acuerdos que se le ofrecen. No es extraño que Irán no acepte que siga siendo tratado de esa forma.
 
En un discurso con motivo del aniversario de la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán, en 1979, denominado como Día Nacional contra la Arrogancia Mundial, el ayatolá Jamenei subrayó que “lo que resolverá los problemas del país es mantener el espíritu y el pensamiento revolucionarios, es decir apoyarse en Dios; la autoconfianza, el coraje de acción, la prudencia, cumplir con las recomendaciones del imam Jomeini, tomar la iniciativa, tener esperanza en el futuro y no tener miedo del enemigo ni rendirse ante él”.
 
El Líder agregó que “la política y la naturaleza del gobierno arrogante de Estados Unidos se basan en demandas excesivas; política que ha ejercido durante largos años en distintas partes del mundo, sobre todo en la región de Asia Occidental e Irán antes de la revolución de 1979”.
 
Desde el punto de vista del ayatolá Jamenei, “para poder crear este poder disuasivo económico en nosotros, debemos olvidar por completo el apoyo de los occidentales; no debemos esperarlos, ya que han demostrado que no se puede esperar que nos ayuden; se puede esperar un complot, una traición y una puñalada por la espalda, pero no se puede esperar de ellos ayuda, honestidad y apoyo; si ves que los occidentales están ayudando a un gobierno, un país, de hecho, están creando empleos para sí mismos”.
 
Al respecto, las palabras del Guía iraní son iluminadoras y estratégicas, cuando dice que “negociar con un régimen prepotente y exigente como el estadounidense, no ayuda a acabar con su hostilidad, sino que es una herramienta en sus manos para que continúe con sus actos hostiles”.
 
La desconfianza de Irán hacia EEUU y algunos países europeos es una realidad reconocida por algunos expertos y medios occidentales.
 
La revista estadounidense Foreign Policy criticó en un análisis el “egoísmo” del presidente norteamericano ante la política exterior, especialmente los asuntos vinculados a Irán, y aseguró que Teherán no cederá ante las presiones de Washington.
 
James Traub, del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) en EEUU, escribió en un artículo que “el presidente Donald Trump confiaba en que al retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní de 2015, podría obligar a ese país a aceptar sus demandas; a su vez, Trump también imaginaba que Teherán se doblegaría, pero Irán no lo hizo y hay que decir con certeza que nunca se inclinará”.
 
De igual modo, el New York Times evaluó en un informe el comportamiento de EE.UU. y escribió que “las ofertas de Trump para negociar con Irán no son serias; quiere colocar la política de su gobierno en algún lugar entre la diplomacia y la amenaza militar, sin tener la intención de poner en la práctica ninguna de ellas”.
 
A ojos de los Gobiernos estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, la negociación es un medio para recoger el fruto de las presiones, y sentarse a la mesa de negociaciones con los estadounidenses es criticar los mismos casos que han hecho que se materialicen ejerciendo presión.
 
En una nota analítica al respecto, Samantha Vinograd, comentarista de la cadena de televisión CNN en asuntos de seguridad nacional, recuerda la inmoralidad de Trump en el campo de aranceles y sus insultos despiadados, lo que ha convertido a EEUU en un socio poco confiable entre sus aliados.
 
La comentarista sostiene que las continuadas actividades ilegales y los extensos abusos de los derechos humanos por parte de EEUU y algunos de sus aliados, redundarán en perjuicio de los intereses a largo plazo de Washington y su aislamiento en el mundo.
 
Obviamente, los gobernantes norteamericanos con tal pensamiento, nunca pueden ganarse la confianza del pueblo iraní.
 
Es por eso que el Líder de la Revolución, refiriéndose al camino recorrido hasta ahora y la posición actual de la nación iraní que ya ha pasado por difíciles coyunturas, ha hecho algunas recomendaciones en el campo de las relaciones exteriores en su mensaje denominado “El Segundo paso de la Revolución”, dando énfasis a la dignidad y el honor nacionales.
 
Al respecto, indicó que “la dignidad nacional, las relaciones exteriores y la demarcación de fronteras con el enemigo, son las tres ramas del principio de ’dignidad, sabiduría y conveniencia’ en las relaciones internacionales”.
 
En una reunión en mayo de 2019 con los jefes de los tres Poderes y otras altas autoridades del país, así como los altos ejecutivos de diferentes organismos, los parlamentarios y los activistas políticos, sociales y culturales, el ayatolá Jamenei comentó sobre las realidades de negociación con EEUU y dijo
 
“Mientras Estados Unidos sea lo que es ahora, la negociación con él es una opción venenosa, y mucho más venenosa con la actual administración norteamericana; la negociación representa ‘un intercambio mutuo’, pero EEUU lo único que intenta es eliminar las capacidades defensivas de Irán”.
 
 
 
P/FE/NL
 
 

 

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