Oct 19, 2020 06:06 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes en el país norteño en este periodo de tiempo.

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 se han convertido en una elección diferente. Faltando tres semanas para las elecciones del 3 de noviembre, más de cuatro millones de estadounidenses ya han votado, lo que supera con creces el ritmo de 75.000 sufragios anticipados en este periodo en 2016.
 
 
 
El proceder a votar, además de cómo se vota, se considera un movimiento político en las condiciones actuales. Los demócratas piden, más que los republicanos, la participación en las elecciones de este año
 
Esta diferencia significativa podría influenciar en el resultado final de los comicios. De hecho, los votantes estadounidenses acuden a las urnas juzgando el desempeño del actual presidente, Donald Trump, en las elecciones de 2020, lo que puede ser una mala noticia para los republicanos.
 
 
 
La revista estadounidense Forbes escribió en su último informe sobre el proceso electoral de EE. UU. que 4 millones 250 mil personas ya han votado en 31 estados y se espera que este número tenga un rápido crecimiento en las próximas semanas. Esta cifra es casi el doble la semana pasada, faltando solo tres semanas para el día de las elecciones presidenciales
 
Este aumento inesperado llevó a Michael McDonald de la Universidad de Florida, que administra el Proyecto Elecciones de Estados Unidos – encargado de compilar datos electorales - a proyectar una participación récord de unos 150 millones de votantes, lo que representa un 65% del electorado nacional, la mayor tasa desde 1908.
 
 
 
Según la Comisión de Elecciones Federales (FEC, por su sigla en inglés) de EE.UU., en 2016 participaron en las elecciones alrededor de 137 millones de personas.
 
 
 
"Nunca hemos visto esta cantidad de personas votando tan anticipadamente a las elecciones", sostuvo McDonald. "Las personas emiten sus votos cuando ya están decididas y sabemos que mucha gente ya decidió hace bastante tiempo, ya tiene una impresión clara sobre Trump", comentó.
 
 
 
En medio de la crisis económica provocada por el amplio brote del coronavirus en EE.UU., el presidente Donald Trump ordenó el martes suspender hasta después de las elecciones del 3 de noviembre las negociaciones con el Congreso para aprobar un nuevo paquete de estímulo económico ante las consecuencias de la pandemia de la COVID-19.
 
 
 
Trump subrayó haber pedido a sus representantes que pusieran fin a las negociaciones con los líderes del Congreso sobre el proyecto de ley de estímulo económico para que el Senado tuviera suficiente oportunidad para confirmar a la candidata (Amy Coney Barrett) el cargo en la Corte Suprema Federal que quedó vacante por la muerte de Ruth Bader Ginsburg el mes pasado.
 
 
 
Las negociaciones sobre el proyecto de ley de rescate económico por la COVID-19, presionarán más que nunca sobre la economía estadounidense actualmente en apuros.
 
 
 
Hasta ahora, el gobierno norteamericano, con el apoyo del Congreso, ha inyectado casi 4 billones de dólares en la economía para evitar el cese de las actividades económicas en el país.
 
 
 
Sin embargo, muchos negocios en EE.UU. aún están cerrados y decenas de millones de estadounidenses siguen en las colas para obtener el seguro de desempleo.
 
 
 
La reapertura de las actividades económicas y la restauración de las oportunidades laborales perdidas requieren miles de millones de dólares, que ahora han chocado con problemas, al obstruirse el proceso de toma de decisiones en Washington.
 
 
 
Mientras los demócratas ponen énfasis en un presupuesto de 2.4 billones de dólares, Trump ha acordado inyectar solo 1.6 billones de dólares en los mercados. Pero el suministro de la misma cantidad de dinero ha quedado suspendido por temor a que la sede de la Corte Suprema Federal, quede vacante en el punto álgido de las disputas electorales.
 
 
 
La decisión de Trump de detener el debate en el Congreso sobre el proyecto de ley de estímulo económico por el coronavirus, ha provocado el fuerte colapso del mercado de valores estadounidenses.
 
 
 
En la actualidad, muchas empresas sufren la fuerte escasez de recursos financieros y corren riesgo de quiebra.
 
 
 
El retraso en el financiamiento de estas empresas y de industrias, por parte del gobierno, desencadenaría otra ola de desempleo.
 
 
 
Esto sucede mientras la subvención del gobierno de 400 dólares a la semana para los desempleados debido a la pandemia, solo durará hasta fines de este año, y si no se aprueba un proyecto de ley similar en el Congreso, la economía estadounidense enfrentará muchos problemas.
 
 
 
Incluso se dice que decenas de millones de norteamericanos corren el riesgo de perder sus casas alquiladas y, si esto sucede, EE.UU. enfrentaría una crisis económica y social sin precedentes.
 
 
 
Dadas las prioridades políticas de la Casa Blanca, se anticipa que la situación económica del país empeore en las próximas semanas y meses y puede haber también, una mayor presión sobre los estratos pobres y de bajos ingresos.
 
 
 
En reacción a la decisión de Trump de las negociaciones en el Congreso sobre un paquete de ayuda económica por el coronavirus, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que la Casa Blanca está sufriendo caos y acusó a Trump de poner sus intereses por encima del pueblo estadounidense.
 
El único debate entre Mike Pence y Kamela Harris, los candidatos a la vicepresidencia de E.UU. en las elecciones de 2020, tuvo lugar el miércoles por la noche y, a diferencia del debate anterior entre Trump y Joe Biden, los candidatos presidenciales, terminaron con menos controversia.
 
 
 
El vicepresidente Mike Pence y la senadora demócrata Kamela Harris tuvieron 90 minutos para hablar sobre los más importantes asuntos interiores y exteriores, desde la pandemia de coronavirus, el tema de la economía y la energía hasta la cuestión de confirmar a una jueza de la Corte Suprema Federal y la transferencia del poder al próximo gobierno.
 
 
 
En el ámbito de la política exterior, también abordaron el tipo de las relaciones de Estados Unidos con sus aliados, el tema de Rusia, la guerra comercial con China y el acuerdo nuclear iraní.
 
 
 
Pence y Harris hicieron comentarios que en las campañas electorales de los republicanos y demócratas ya se habían efectuado reiteradas veces en los últimos meses y semanas.
 
 
 
Sin embargo, los candidatos a la vicepresidencia eludieron responder a una pregunta concreta.
 
 
 
Harris se negó a contestar a la interrogante, ¿si gana las elecciones junto con Joe Biden, aumentaría el número de los miembros de la Corte Suprema Federal con el fin de fortalecer a los jueces liberales en esta institución?
 
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Por otro lado, también Mike Pence, al igual que Donald Trump, evitó responder a la pregunta, ¿apoyaría a una transferencia pacífica del poder en caso de que los demócratas ganen las elecciones presidenciales?
 
 
 
Inmediatamente después del debate, las campañas electorales de los republicanos y demócratas declararon a su candidato como el ganador.
 
 
 
Igualmente, los medios visuales anunciaron los resultados de los sondeos, que en su mayoría indicaban la superioridad de Harris sobre Pence.
 
 
 
Aun así, ninguno de los dos candidatos parece haber logrado obtener los votos de los indecisos en las elecciones presidenciales de 2020.
 
 
 
En un informe posterior al debate Pence-Harris, la agencia de noticias AFP publicó que "de hecho, el debate no tuvo un claro ganador, principalmente cuando los republicanos necesitan tal victoria por su desventaja en los sondeos de opinión".
 
 
El presidente Trump tuiteó el jueves que todas las tropas estadounidenses restantes en Afganistán deben regresar a casa antes de Navidad (25 de diciembre de 2020).
 
 
 
Estos comentarios se produjeron mientras el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, anunció el miércoles por la noche que EE.UU. reduciría el número de sus militares en Afganistán a 2.500, hasta principios del próximo año.
 
 
 
En febrero de 2020, EE.UU. firmó un acuerdo con los talibanes, según el cual las fuerzas extranjeras abandonarán Afganistán para mayo de 2021, y los talibanes se comprometen a negociar un alto el fuego y compartir el poder con el gobierno local.
 
 
 
Según el experto político hindú Bill Rajiv, “los talibanes ven el acuerdo con Washington como un "acuerdo del fin a la ocupación"; EE.UU. quiere retirarse de Afganistán y ha cedido a todas las demandas de los talibanes”.
 
 
 
Una de las promesas electorales más importantes del mandatario norteamericano fue el regreso de las tropas estadounidenses, Trump, había dicho anteriormente que para noviembre de 2020, el número de uniformados estadounidenses en Afganistán se reduciría de 4.000 a 5.000.
 
 
 
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca también destacó el miércoles que cuando Trump llegó al poder, había más de 10 mil soldados estadounidenses en Afganistán. Hoy en día, este número se ha reducido a menos de 5 mil y bajará a 2,500 a principios del próximo año.
 
 
 
Los comentarios de este alto funcionario de la Casa Blanca llegan a menos de un mes de las elecciones presidenciales de EE.UU., y no se sabe hasta qué punto el próximo presidente seguirá siendo fiel a este recorte si Trump no gana la carrera.
 
 
 
Alrededor de 2.400 soldados estadounidenses han muerto y otros miles más han resultado heridos desde la invasión norteamericana de Afganistán, que acaba de cumplir 19 años.
 
 
 
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