Nov 02, 2020 04:39 UTC
  • EEUU en la semana que pasó (17- 23 octubre 2020)

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes del país norteño en este periodo de tiempo.

El déficit presupuestario de Estados Unidos alcanzó un máximo histórico durante la presidencia de Donald Trump.
 
Según las cifras publicadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el déficit presupuestario durante el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre, con un crecimiento inédito del 218 por ciento, alcanzó los 3,1 billones de dólares. Eso es exactamente el doble del déficit presupuestario de 2009 durante la Gran Depresión.
 
El Departamento del Tesoro calculó la deuda pública total en 26,9 billones de dólares, que superan el valor total de la economía estadounidense.
 
El producto interior bruto (PIB) de EE. UU. en el segundo trimestre del año en curso descendió a menos de 20 billones de dólares; en cambio, el déficit presupuestario del año fiscal 2020 se ha triplicado con respecto a 2019.
 
Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido precedencia de que el déficit comercial de Estados Unidos haya crecido tanto.
 
Anteriormente, la Oficina de Presupuesto del Congreso pronosticó que el déficit presupuestario alcanzaría los 3,8 billones de dólares para fines de este año.
 
Según Stephen Roach, alto experto económico, “el próximo año será muy difícil para el dólar estadounidense; el déficit presupuestario de Estados Unidos, que es el criterio más amplio del desequilibrio de nuestra economía con otros países del mundo, ha experimentado un fuerte aumento en el segundo trimestre de este año”.
 
La decisión de la Reserva Federal (Banco Central) de EE. UU. de llevar las tasas de interés a la zona del cero por ciento, ha sido uno de los principales motivos del incremento de la demanda de la deuda pública.
 
 Además de 230.000 muertos y más de 8 millones de infectados, la pandemia de coronavirus en Estados Unidos ha creado una grave situación para la economía nacional con el cierre de los negocios en el país.
 
 
Anteriormente, la Casa Blanca y el Congreso habían proyectado un plan de 2,2 billones de dólares para hacer frente a esta crisis económica, pero en abril pasado tuvieron que agregar otros 500 mil millones de dólares a este plan.
 
 
El plan incluía pagos de subsidios, cheques directos a los ciudadanos, prestaciones por desempleo y asistencia económica a las pequeñas y medianas empresas para pagar a los empleados.
 
Pese a estos enormes gastos, la Administración Trump ha sido incapaz de gestionar la crisis de la COVID-19, de manera que la tasa de desempleo, que se situó en el 3,5 por ciento en febrero, alcanzó el récord del 14,7 por ciento en el mes de abril. Esto sucede mientras la creación de puestos de trabajo siempre ha sido uno de los lemas de la campaña de Trump.
 
La Administración Trump ha estado conversando con los demócratas en los últimos tres meses para aumentar la cifra del plan financiero para encarar la actual crisis económica, pero las dos partes aún no han llegado a un acuerdo al respecto.
 
Ello sin duda intensificaría el déficit presupuestario y la crisis financiera y económica. Sin embargo, algunos congresistas están buscando mayores medidas de apoyo, tales como nuevos recortes de impuestos, inyecciones de liquidez y paquetes de apoyo para las clases vulnerables. Su aprobación podría empeorar el déficit presupuestario del gobierno.
 
Así, que cualquier candidato que gane las elecciones presidenciales de noviembre, enfrentaría, en lo económico, un enorme déficit presupuestario y deudas, que son el legado del gobierno de Trump.
 
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en EE.UU., reaccionó a los comentarios insultantes del presidente Donald Trump en su contra, los cuales calificó como una distracción.
 
El 18 de octubre, Trump criticó a Fauci en una llamada con el personal de su campaña y lo calificó como un “desastre”. Trump dijo que la gente está cansada de la COVID y de escuchar a Fauci y a “todos estos idiotas” sobre el coronavirus.
 
Como reacción, Fauci dijo en una entrevista: "Prefiero no comentar sobre este asunto y trabajar solo para proteger el bienestar y la seguridad del pueblo estadounidense y, en última instancia, los pueblos del mundo".
 
Añadió: "Somos testigos del aumento en la cifra de los infectados con la COVID-19, más alta que en el pasado. Muchos de los estados que tenían una buena situación, ahora tienen altos números de contagiados; esto es en lo que debemos centrarnos".
 
La Administración Trump y el Dr. Fauci, miembro del Grupo de Trabajo de Coronavirus de la Casa Blanca, no están de acuerdo sobre lo mejor que hay que hacer para manejar la pandemia, que ya se ha cobrado la vida de alrededor de 230.000 personas en Estados Unidos y ha debilitado la posición de Trump para la reelección.
 
Fauci, de 79 años, quien ha servido bajo presidentes demócratas y republicanos y es uno de los más destacados investigadores de Estados Unidos, insiste en que la continuación de la pandemia debe tomarse en serio, pero Trump cree que lo peor ya ha pasado y que EE.UU. está ahora en camino de reducir el número de los contagiados.
 
La Corte Suprema de Estados Unidos permitió a los funcionarios electorales de Pensilvania recibir y contar las boletas hasta tres días después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, rechazando una solicitud republicana.
 
Con esta decisión, el estado de Pensilvania, contará con un mayor número de votos por correo. El fallo es de suma importancia, porque se espera que el número de los votos por correo en las elecciones presidenciales de este año alcance decenas de millones, rompiendo récords anteriores.
 
El presidente Donald Trump, candidato republicano, no ha dejado de afirmar en los últimos meses que la votación por correo representa el mayor fraude y manipulación en la historia de las elecciones estadounidenses.
 
Incluso ha afirmado que no perderá las elecciones a menos que los demócratas manipulen los comicios ampliando el método de votar por correo.
 
Desde luego, las elecciones anticipadas y votar por correo en EE.UU. tienen un largo historial, los votantes han utilizado reiteradas veces este método en los sufragios anteriores.
 
Pero este año, debido al brote del coronavirus y el deseo de los votantes de participar en elecciones de manera anticipada enviando sus boletas por correo ha aumentado significativamente.
 
Los demócratas han comentado que los ataques verbales de Trump en este sentido se deben a sus temores de perder las elecciones si aumenta la participación pública en las elecciones.
 
Considerando este clima, los republicanos, especialmente en estados sensibles como Pensilvania, han buscado reducir la votación por correo o al menos limitar la recepción y el conteo de boletas hasta el día de las elecciones.
 
 
 
Sin embargo, ni siquiera la Corte Suprema, controlada por jueces conservadores, votó a favor de los republicanos.
 
Con el fallo de dicho tribunal, el conteo de las boletas por correo continuará durante al menos tres días después del día de las elecciones, no solo en Pensilvania, sino también en algunos otros estados, por lo que se anticipa que el resultado final de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, al igual que en la mayoría de las elecciones anteriores, no se anuncie en las primeras horas después del final de la votación en los estados.
 
 
 
Algunos expertos han advertido que la prolongación del recuento de los votos y del anuncio del ganador, provocarían graves tensiones sociales en el actual clima altamente agitada del país norteño. Sobre todo, porque en esta edición de competencias, los dos rivales y su respectiva campaña han cuestionado la autenticidad y limpieza de las elecciones.
 
 
 
Para sustentar sus alegatos, ambos también han citado ejemplos como el hallazgo de boletas desechadas en algunas ciudades y actos de intimidación de algunos grupos paramilitares de derecha para disuadir a la gente de no acudir a las urnas.
 
 
 
Según el experto en política Bruce Hoffman, la anticipación de unas elecciones presidenciales muy disputadas, ha llevado a una situación grave nunca vista en Estados Unidos, al menos hasta donde muchos recuerdan.
 
 
 
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