Nov 16, 2020 11:28 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes en el país norteño en este periodo de tiempo.

Como era de esperar, las elecciones presidenciales de EE.UU. de noviembre de 2020 se convirtieron en una de las más controvertidas de la historia de este país, de manera que sus impactos perdurarán durante mucho tiempo en el escenario político de la nación norteamericana.
 
Tras las elecciones del martes 3 de noviembre, lo ajustado del cómputo de votos entre el candidato republicano Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden, sobre todo en los estados clave, se convirtió en un punto de discordia entre ellos.
 
Consecuentemente, la democracia estadounidense que promueve Washington en el mundo, ahora está en tela de juicio. Al respecto, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro dijo que “odiamos que EE.UU. esté tratando de darnos lección de democracia”.
 
Maduro se refería al cuestionamiento por parte de Trump de todo el sistema político de EE.UU. al tildarlo de un sistema corrupto insistiendo en un amplio fraude electoral.
 
Según Michael Greck, director de coordinación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), “las acusaciones imputadas por Donald Trump contra funcionarios electorales en varios estados equivalen a cuestionar la democracia; él claramente está abusando de su poder como presidente".
 
Otro asunto es que Trump, quien como presidente tiene control sobre todas las instituciones federales, denunció un fraude a gran escala en los comicios, mientras que lógicamente, su rival, Joe Biden, también debería haber hecho tal alegato.
 
Trump tuiteó y dijo ante las cámaras de televisión que los demócratas le habían robado sus votos. Si esto es cierto y los votos del pueblo pueden eliminarse o manipularse fácilmente en el sistema electoral estadounidense, entonces los cimientos de la democracia norteamericana son inestables.
 
La sociedad estadounidense ya se ha convertido en una sociedad bipolar, y es serio el riesgo de disturbios generalizados e incluso enfrentamientos armados entre los partidarios de los dos candidatos.
 
Donald Trump Jr., el hijo mayor del presidente de Estados Unidos, tuiteó que "lo mejor para el futuro de EE.UU. es que Trump entre en una guerra total contra estas elecciones llenas de fraude, engaño, con votantes muertos y fuera del estado”.
 
Todo indica que Estados Unidos está pasando de una "guerra fría civil" a una "guerra caliente civil". Esta "guerra fría civil" estalló hace años, incluso antes de que Trump ingresara a la Casa Blanca en enero de 2017.
 
En este pulso, los que posteriormente se conocieron como los trumpistas, marginaron a su rival en las elecciones de 2016 tachándolo como "organización corrupta dominante en EE.UU".
 
Ahora les toca a los rivales de los trumpistas desalojar de la escena a Trump y a sus partidarios en las elecciones de 2020, valiéndose de todos los medios del poder, desde la legislación electoral hasta los medios de comunicación.
 
Este ajuste de cuentas político-ideológico ha puesto a Estados Unidos en la peor situación política desde el final de la guerra civil en 1864.
 
En los últimos 150 años, la sociedad estadounidense nunca ha estado tan dividida, fragmentada y salpicada de inquina, odio e ira.
 El problema de la deuda estadounidense ha sobrepasado todas las fronteras anteriores alcanzando niveles sin precedentes.
 
Según el sitio web oficial de anuncio de deudas de EE. UU., el monto de la deuda pública alcanzó los 27 billones 200 mil 744 millones de dólares a principios de noviembre de este año.
 
La deuda promedio de cada ciudadano estadounidense es de 82 mil 276 dólares, y la deuda promedio de cada contribuyente es de 217 mil 934 dólares.
 
El déficit presupuestario del Gobierno se eleva a los 3 billones 177 mil 586 millones de dólares. La ratio de la deuda federal con respecto al producto interior bruto (PIB) ha aumentado situándose en el 128,1 por ciento.
 
La deuda pública y no pública total se estima en 84 billones 850 mil 922 millones de dólares al 2 de noviembre.
 
A principios de noviembre, la cantidad de bonos estadounidenses en poder de países extranjeros alcanzó los 7 billones 95 mil 139 millones de dólares.
 
El déficit comercial de Estados Unidos ha subido a los 840 mil 409 millones de dólares, de los cuales 300 mil 620 millones de dólares se refieren al comercio con China.
 
En lo referente a los bienes, los activos nacionales totales de EE.UU. a principios de noviembre se estimaron en 155 billones 544 mil millones de dólares, y los activos totales de los hogares norteamericanos a 129 billones 324 mil millones de dólares.
 
Mary Margaret Olohan, experta estadounidense en el sitio web The National Interest, describió la crisis de la deuda nacional de EE.UU. como la mayor amenaza contra el país y pidió a los estadounidenses que estén preparados para enfrentarla.
 
Olohan escribió: “La deuda de E.UU. no representa una gran amenaza para la seguridad nacional de nuestro país, sino que es una gran amenaza para todo lo nuestro. La principal causa de esto es que este problema se ha convertido en un problema pendiente para EE.UU.”.
 
Al comparar el desempeño de los últimos presidentes de EE.UU., las estadísticas indican el aumento de la deuda pública bajo la presidencia de Donald Trump.
 
Durante el primer mandato de Barack Obama (2009-2012), se agregaron 5 billones 200 millones de dólares a la deuda pública.
 
Esa cifra bajó a 2 billones 9 millones de dólares durante su segundo mandato (2013-2016). Pero durante la presidencia de Trump (2017-2020), la deuda pública de Estados Unidos se incrementó en 6 billones 600 millones de dólares.
Los nuevos datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de EE. UU., publicados el 2 de noviembre, muestran que el registro de licencias de armas en esta agencia en 2020 ha alcanzado su nivel más alto desde 1998.
 
Esta cifra ha causado preocupación entre algunos partidarios del control de armas en Estados Unidos, los cuales advierten que las tensiones por las elecciones y los disturbios internos han dado sensación de peligro a los estadounidenses despertando en ellos el deseo de comprar armas y registrarlas oficialmente en el FBI.
 
Cuando faltan menos de dos meses para terminar el 2020, se han registrado más de 16 millones 500 mil licencias de tenencia de armas en el FBI por venta y compra de armas, mantenimiento y compra de accesorios.
 
El récord anterior se estableció en 2016, cuando se registraron más de 14 millones 900 mil licencias, cifra que había disminuido antes de 2020.
 
En 2019, aproximadamente 12 millones 300 mil licencias de tenencia de armas de fuego se registraron en el FBI.
 
Tras la propagación del coronavirus y el aumento de las protestas antirracistas en Estados Unidos, la mayoría de la gente procedió a armarse.
 
La industria de fabricación de armas del país norteño ha visto el incremento en las ventas de sus productos en 2020. El punto interesante que se puede deducir de estas estadísticas es el altísimo número de personas que han comprado armas por primera vez.
 
Los expertos en la industria de armas y los catedráticos de las universidades creen que este espectacular aumento en la venta de armas en Estados Unidos se debe hasta gran medida a las compras por parte de personas blancas ya que los clientes políticamente conservadores ya tenían una o más armas.
 
Pero este año, el mercado es testigo de la presencia de mucha gente que ha comprado armas por primera vez, incluidas muchas mujeres y compradores liberales que nunca antes habían tenido un arma.
 
Los expertos en la industria de armas en Estados Unidos dicen que la venta de armas se ha convertido en un tema importante.
 
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