Nov 23, 2020 07:29 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes en el país norteño en este periodo de tiempo.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU. Nancy Pelosi criticó duramente la demora de los republicanos en admitir su derrota y reconocer la victoria del candidato presidencial demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales, así como su desaprobación del nuevo paquete de apoyo para combatir al coronavirus.
 
 
"Detengan el circo y comiencen a hacer trabajos importantes para el pueblo estadounidense", dijo Pelosi en una conferencia de prensa en el Congreso norteamericano el 12 de noviembre, lamentando que los republicanos hayan decidido no respetar la voluntad del pueblo.
 
Se refería así a las posturas de algunos altos funcionarios republicanos, incluido el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien el 10 de noviembre y después de su reelección como líder de la mayoría republicana en la cámara alta, respaldó las acusaciones de fraude electoral vertidas por el presidente estadounidense Donald Trump. Según estimaciones de los medios, Biden ha obtenido 306 votos electorales y Trump 232.
 
Hasta ahora, el equipo de Trump se ha negado a reconocer la derrota y ha presentado demandas legales en algunos estados contra lo que llaman fraude e irregularidades electorales.
 
Trump tuiteó el 12 de noviembre denunciando fraude electoral y alegando que el sistema de votación había borrado 2,7 millones de votos que pertenecían a él.
 
De hecho, Trump no está solo en la polémica controversia electoral que ha desatado, ya que sus esfuerzos han contado con el apoyo práctico de algunos republicanos.
 
Sin embargo, la continuación de esta crisis política ha provocado que la posición y el prestigio de EE.UU., que se han visto muy perjudicados bajo el gobierno de Trump por sus políticas y medidas, avancen más rápidamente hacia decadencia.
 
Muchos países comentan que Estados Unidos, que siempre ha afirmado estar a la vanguardia de la democracia y la libertad, se encuentra ahora en una situación en la que su actual presidente ha confirmado explícitamente la corrupción del sistema electoral y un amplio fraude electoral y, consecuentemente ha cuestionado a todo el sistema electoral.
 
Ciertamente, esto ha llevado al colapso del modelo de EE.UU. como una potencia mundial y, al mismo tiempo, es una señal de su declive político y moral.
 
 La crisis provocada por Trump ha minado la confianza popular en el sistema electoral del país.
 
Considerando la división generada en la sociedad estadounidense respecto a la integridad de las elecciones y las reglas y la actuación de los funcionarios electorales, el pueblo de EE.UU. ya no confía en el sistema electoral de su país.
 
Menos de la mitad de los estadounidenses prevén que si Joe Biden es el próximo presidente, la transferencia del poder se llevará a cabo de manera pacífica.
 
El sitio web The Hill, afiliado al Congres, ha analizado lo que Trump podría hacer como un presidente, cuyo mandato pronto llegará a su fin, mencionando medidas como: negarse a abandonar la Casa Blanca, crear una crisis política internacional, sumir al país en disturbios políticos y, finalmente, generar problemas en el proceso administrativo del traspaso del poder a Biden.
 
Por otra parte, la actual incertidumbre y el comportamiento poco convencional de Trump al negarse a comenzar el proceso de transferencia del poder a Biden e incluso bloquear la transferencia de informes de inteligencia diarios a Biden, han llevado a muchas críticas contra Trump, incluso por parte de algunos republicanos. Asimismo, los países del mundo están confusos sobre el futuro presidente de Estados Unidos.
 
Un grupo compuesto por 161 exfuncionarios de seguridad nacional, incluidos el exsecretario de Defensa Chuck Hagel, el exdirector general de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional el general Michael Hayden, el general retirado del Ejército Wesley Clark y la ex embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas Samantha Power, advirtió en una carta que el retraso de la Administración Trump en reconocer a Joe Biden como presidente electo, representa una "seria amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos".
 
Aun así, Trump no solo se niega a aceptar los resultados electorales, sino que también, ha pedido a sus seguidores que se movilicen para salir a las calles para protestar contra los resultados electorales y que se dé seguimiento judicial al presunto fraude. Entretanto, Trump se niega a tomar cualquier medida que reconozca de alguna manera la victoria de Biden y, como resultado, el proceso de transferencia del poder se encuentra estancado.
 
Trump anunció el 9 de noviembre en Twitter la destitución del secretario de Defensa Mark Esper nombrando a Christopher Miller, director del Centro Nacional de Contraterrorismo, como encargado de dicho departamento. Después de 14 meses de estar al frente del Pentágono, Esper, con un tuit, fue calificado como el último despedido por la Administración Trump.
 
En los últimos meses, ha habido muchos rumores sobre la decisión de Trump de destituir a algunos altos funcionarios del gobierno después de las elecciones presidenciales, y uno de ellos fue Mark Esper, lo que era muy probable tomando en cuenta las divergencias entre Trump y Esper sobre muchos diferentes casos.
 
Esta disputa, especialmente en los últimos meses, se había vuelto tan pública y profunda que la destitución de Espar no sorprendió mucho.
 
La primera disputa seria entre ambos surgió en enero de 2020 cuando el general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, fue asesinado en el ataque de un dron estadounidense en Bagdad, Irak.
 
Trump afirmó que Soleimani planeaba atacar cuatro embajadas de Estados Unidos, mientras que Esper creía que no había pruebas suficientes para demostrar que esa amenaza era "inmediata".
 
Otro asunto que alimentó las diferencias entre Esper y Trump fue el esfuerzo de este último para cumplir su promesa de retirar a las tropas estadounidenses de Afganistán e Irak, y su decisión de sacar a 12.500 efectivos norteamericanos de Alemania, en respuesta al desprecio de Berlín por la solicitud del mandatario estadounidense de aumento del presupuesto militar alemán y la mayor participación de ese país en el financiamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
 
En sus declaraciones, Esper no ocultó su descontento al respecto, y su oposición a ese asunto se fue tan lejos que Trump pensó en destituirlo por primera vez.
 
La tensión entre el mandatario y Esper culminó cuando el segundo se opuso abiertamente a la orden de Trump de desplegar tropas en las calles de Washington y otras ciudades de EE.UU. para reprimir las protestas por el asesinato del afro-estadounidense George Floyd.
 
Además, Esper quería quitar los nombres de los comandantes confederados en la Guerra Civil de Estados Unidos de las bases militares norteamericanas, para gran disgusto de Trump con su enfoque nacionalista extremista. Aparte de estos casos, el motivo principal de la destitución de Esper puede ser la personalidad autoritaria de Trump.
 
De hecho, Trump, conocido por su autoritarismo y egocentrismo, no tolera escuchar opiniones contrarias a las suyas, y su excusa para destituir a los funcionarios de su administración siempre ha sido que el gobierno deber utilizar a las mejores personas.
 
Empero, la verdad es que las mejores personas y autoridades desde el punto de vista de Trump son aquellas que estén indiscutiblemente a su servicio y bajo su mando, lo que ha hecho que él se sienta cada día más solo.
 
Según Ali Omidi, experto iraní en relaciones internacionales, Donald Trump es la persona más solitaria en Estados Unidos, ya que incluso sus allegados se han distanciado de él.
 
Dado el lento ritmo de mejora en el mercado laboral de EE. UU., el Departamento de Trabajo informó el 13 de noviembre que hubo 709,000 nuevas solicitudes del subsidio convencional por desempleo para la semana que concluyó el 7 de noviembre, la cifra más baja desde que comenzara la pandemia de COVID-19. Los economistas esperaban 740,000 solicitudes iniciales de beneficios por desempleo. La cifra oficial es 48,000 solicitudes menos que la semana previa.
 
Esta es la cuarta vez en las últimas 34 semanas que el número de solicitantes de beneficios por desempleo ha caído por debajo de 800.000 y la duodécima vez por debajo de un millón.
 
John Robson, economista jefe de Wells Fargo Bank, escribió en un análisis que el número de solicitudes de beneficios por desempleo disminuyó aún más la semana pasada, pero, en general, el número de personas que rellenan el formulario de solicitud de seguro por desempleo sigue siendo elevado.
 
Según este informe, en la semana que concluyó el 31 de octubre, había 6.7millones de personas que recibían el subsidio por desempleo, una reducción de 436,000 respecto a la semana anterior.
 
La tasa de desempleo de EE. UU. disminuyó drásticamente en octubre a pesar de un aumento en el número de personas infectadas con la COVID-19, pero aún dista mucho de la tasa de desempleo habida antes del inicio de la crisis sanitaria.
 
En la actualidad, muchos empleados estadounidenses han perdido parte o la totalidad de sus ingresos como resultado del coronavirus y la disminución del poder financiero de los empleadores.
 
Jeffrey Tucker, experto en economía del Instituto Estadounidense de Investigación Económica, dijo sobre la actual situación económica de EE.UU. que es casi imposible escuchar buenas noticias sobre la economía norteamericana en corto plazo.
 
P/FE/JP
 
 

 

Tags