Nov 24, 2020 08:14 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “Irán en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a los avatares más importantes en este periodo de tiempo.

El conocimiento nuclear es el resultado de años de esfuerzos de científicos iraníes para el uso pacífico de la energía nuclear.
 
Beneficiarse de este logro científico sin discriminación, es el derecho legítimo de Irán como miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
 
Sin embargo, hace años que somos testigos de sabotajes y de rechazos poco convencionales de           EE.UU. a las actividades nucleares pacíficas de Irán.
 
Esto ocurre mientras la Casa Blanca ha ayudado a sus aliados, como el régimen israelí, a desarrollar un arsenal nuclear, y ha cerrado los ojos a las actividades nucleares no convencionales de Israel y Arabia Saudí.
 
En este sentido, el ministro de Estado saudí de Asuntos Exteriores, Adel al-Yubei, dijo en una entrevista que “si no se detiene el programa nuclear de Irán, Arabia Saudí tendrá el derecho a equiparse con armas nucleares”.
 
Kazem Qaribabadi, representante permanente de la República Islámica de Irán ante organizaciones internacionales con sede en Viena, reaccionó el 17 de noviembre a estos comentarios, diciendo que si Riad quiere adoptar un programa de armas nucleares, o está buscando una excusa para justificar su falta de cooperación con la AIEA, al menos tengan el coraje de reconocerlo y paguen el precio por ello”.
 
Informes bien documentados indican que Arabia Saudí está desarrollando e implementando un programa nuclear poco transparente.
 
Olli Heinonen, ex inspector jefe de la AEIA y profesor de la Universidad de Harvard, dice al respecto que “Arabia Saudí realmente no ha mostrado transparencia nuclear. Por ejemplo, aún no ha firmado el Protocolo Adicional de la AIEA. Tampoco hemos visto los claros programas de energía nuclear de Riad, excepto su anuncio de la cantidad de reactores nucleares que serán construidos. Tampoco han hecho algo en sus planes para fabricar reactores de investigación”.
 
 
Por otro lado, convirtiendo su país en un refugio seguro para los corruptores económicos y delincuentes financieros de todo el mundo, el Gobierno canadiense continúa eludiendo su responsabilidad de perseguir, detener y extraditar a los criminales.
 
Al expresar esto, Reza Nazar-Ahari, director general de la Cancillería iraní para las Américas, convocó el 17 de noviembre al embajador de Italia, Giuseppe Perrone, como representante de los intereses canadienses en Irán, para que transmita a Ottawa la protesta de Teherán por “los abusos a los derechos humanos por parte del Gobierno de Canadá y por su hipocresía en relación con la observancia de los derechos ciudadanos y consulares de nacionales iraníes que residen en Canadá”.
 
Refiriéndose a que durante los últimos años, más de 400 mil iraníes afincados en Canadá han estado privados de recibir servicios consulares, el funcionario persa criticó duramente la “continua desatención” del Gobierno canadiense en relación con las solicitudes para establecer un consulado o una sección de intereses iraníes en Canadá, y dijo que eludir esta responsabilidad humana es inadmisible y va en contra de su presunta defensa de los derechos humanos.
 
El responsable de la Cancillería advirtió además al enviado italiano que si Canadá mantiene su comportamiento actual, su reputación como país defensor de los derechos humanos quedará en entredicho.
 
Estos presuntos propugnadores de derechos humanos emiten comunicados y resoluciones contra otros países al tiempo que reprimen duramente a los manifestantes contra la discriminación en sus respectivos países y consideran la profanación de las santidades religiosas, la persecución y el hostigamiento de los musulmanes y la represión de los migrantes dentro de las fronteras de la Unión Europea como la aplicación de la ley y la libertad de expresión. Canadá, que ha sido promotora de resoluciones de derechos humanos contra Irán en la ONU, también figura entre estos falsos propugnadores de DDHH.
 
 
El portaaviones Mártir Rudaki, que navega por el océano, se unió el 19 de noviembre a la Armada del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) en el puerto de Bandar Abás, al sur de Irán, en una ceremonia a la que asistió también el jefe de esta fuerza.
 
Está equipado con radares tridimensionales, misiles tierra-superficie y tierra-aire, sistema integrado de telecomunicaciones muy sofisticado y de misiles, con la capacidad de transportar helicópteros, drones y embarcaciones operativas.
 
El general de división Hosein Salami, comandante en jefe del CGRI, dijo en la ceremonia de lanzamiento de la nave que el Golfo Pérsico es una región estratégica de la economía mundial, e Irán ha desempeñado un papel privilegiado y único al garantizar la seguridad de esta zona marítima, trascendental en determina la economía global.
 
Enfatizando que Irán no se limita a una geografía específica para defender su seguridad y sus intereses vitales, Salami alertó que si quieren amenazar los intereses de esta gran nación, ciertamente no encontrarán un lugar seguro en la Tierra. 
 
Hoy en día, la Armada iraní es capaz de tener una presencia poderosa valiéndose de equipos y armas avanzados del sector de batalla naval, para mantener la seguridad desde las costas del Golfo Pérsico y el mar de Omán hasta el océano Índico y cualquier otra parte en las aguas internacionales, y, para lograr este objetivo, ha elevado su posición y papel al nivel de una fuerza estratégica.
 
 
El 17 de noviembre, la “Conferencia Internacional de la Unión Económica Euroasiática y el Papel Geopolítico de las Zonas Francas en el Desarrollo Regional” se llevó a cabo en el puerto de Bandar Anzali, en el norte de Irán, con el mensaje del ministro de Energía iraní, Reza Ardakanian, y con la participación de funcionarios persas y extranjeros.
 
En un mensaje por videoconferencia, Ardakanian señaló que la Unión Económica Euroasiática (UEEA) podría ser el eje de la creación de nuevos marcos para la cooperación regional, añadiendo que Irán puede jugar un papel clave en el fortalecimiento de la cooperación de este bloque, dados los requisitos de la vecindad, su ubicación geográfica específica, así como una posición de tránsito superior.
 
Dado el potencial comercial existente entre Irán y la UEEA, esta unión tiene el potencial de convertirse en un mercado grande y confiable para las exportaciones iraníes.
 
La Comisión Económica Euroasiática anunció recientemente en un informe que el comercio de este bloque con Irán aumentó en un 2 %, alcanzando los 2 mil millones de dólares en los primeros ocho meses de 2020.
 
Este informe considera que la participación iraní en el aumento de intercambios comerciales está relacionada con el incremento en las importaciones de Irán desde los países euroasiáticos añadiendo que los productos agrícolas forman buena parte de los artículos de estos intercambios bilaterales.
 
Los Estados miembros de la unión tienen una superficie de 20 millones de kilómetros cuadrados y una población de más de 183 millones de personas, que es el 5,2 % de la población mundial. El PIB nominal de la unión es de aproximadamente 1,9 billones de dólares; el volumen comercial con el mundo es de 900 mil millones de dólares, mientras que el comercio dentro de la UEEA se eleva a 38 mil millones de dólares.
 
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