Ene 04, 2021 05:47 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes del país norteño en este periodo de tiempo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pedido a su adjunto, Mike Pence, quien también preside el Senado, que no apruebe la votación del Colegio Electoral a favor del candidato demócrata Joe Biden.
 
El 23 de diciembre, Trump reprodujo en su cuenta de Twitter la petición de uno de sus partidarios a Mike Pence para que se niegue a ratificar la votación del Colegio Electoral, en la sesión conjunta del 6 de enero de la Cámara de Representantes y el Senado.
 
Trump se reunió con Pence en su oficina horas antes de reproducir el mensaje en mención en Twitter.
 
El 14 de diciembre, el Colegio Electoral con 306 votos ratificó la victoria de Biden como presidente electo. Los votos electorales deberán ser contados el próximo 6 de enero en la citada sesión del Congreso.
 
Una fuente bien informada dijo que "Trump está muy decidido a luchar contra el resultado de la votación del Colegio Electoral y cree que el asunto todavía no ha terminado.
 
Trump dijo recientemente a quienes lo rodean que Mike Pence no lo está ayudando lo suficiente para lograr su objetivo de revertir el resultado electoral..
 
En los últimos días, el mandatario norteamericano se ha centrado en el papel tradicional que está previsto que juegue Pence el 6 de enero en la ratificación del resultado de la votación del Colegio Electoral. Pence es el presidente del Senado, y el proceso de confirmación de los votos electorales se realizará bajo su supervisión.
 
Parece que Trump puensa que Pence tiene el poder de revocar los resultados y, según los medios estadounidenses, los asesores de Pence y de la Casa Blanca han tratado de explicar al mandatario que en este caso, Pence juega un papel ceremonial y no puede rechazar unilateralmente los votos electorales. La Constitución no otorga al vicepresidente de EE.UU. el poder de rechazar los resultados de las elecciones.
 
Según Edward Foley, profesor de derecho en la Universidad Estatal de Ohio, "el trabajo del Congreso no es comprobar si las elecciones fueron fraudulentas, sino, confirmar que los resultados son los mismos que cada gobernador ha firmado".
 
El Congreso, integrado por el Senado y la Cámara de Representantes, se reunirá el 6 de enero para contar los votos electorales. Si hay una objeción a los resultados, ambas cámaras se reúnen por dos horas para atenderla. Si las dos cámaras no la admiten, no habrá ningún cambio.
 
Dado que la Cámara de Representantes está en manos de la mayoría demócrata, el resultado de las elecciones no cambiará, y Joe Biden, con 306 votos contra 232 de Trump, prestará juramento el 20 de enero.
 
El presidente Donald Trump dio a entender que no está dispuesto a firmar el paquete de rescate económico de casi 900 mil millones de dólares ante la crisis generada por el nuevo coronavirus, aprobado el 21 de diciembre en el Congreso.
 
Trump tuiteó: “Hice muchas llamadas y tuve reuniones en Palm Beach, Florida. ¿Por qué los políticos no quieren darle a la gente 2,000 dólares, en lugar de solo 600 dólares? El coronavirus no fue su culpa, fue China. ¡Denle a nuestra gente el dinero!”
 
El mandatario de EE.UU. afirma que apoya a los desempleados por la pandemia de la COVID-19 en condiciones en que dos paquetes de estímulos del Congreso terminaron en julio pasado durante su presidencia, y Washington todavía no ha tomado una seria decisión para proteger los derechos de los desempleados.
 
Trump se presenta a sí mismo como un defensor de los desempleados, sabiendo muy bien que si el Gobierno paga 2,000 dólares a la semana a ellos en lugar de 600 dólares, la presión económica no se ejercerá sobre su Administración, sino sobre la recién formada de Joe Biden.
 
Tomando en cuenta las consecuencias económicas negativas del brote del coronavirus en Estados Unidos, el déficit presupuestario ha alcanzado la cifra récord de tres billones de dólares.
 
El paquete de rescate aprobado el 21 de diciembre por el Congreso, incluye dos programas para ayuda económica a los desempleados, según uno de los cuales estos últimos recibirán alrededor de 300 dólares semanales como beneficios de desempleo hasta principios de marzo de 2021.
 
El segundo programa incluye un paquete de amplios préstamos para empleos afectados por coronavirus.
 
La cadena CNN escribió en su informe analítico que si después de las vacaciones, Trump continúa insistiendo en no firmar este paquete de ayuda, otros más de 12 millones de estadounidenses perderán sus beneficios de desempleo, e incluso si lo firma, probablemente se generará demoras en el pago de beneficios durante varias semanas.
 
Según los datos más recientes del Departamento de Trabajo de EE. UU., tras el brote del coronavirus y su impacto devastador en la economía nacional, alrededor de 9,3 millones de personas solicitaron ayudas por desempleo a principios de diciembre.
 
El presidente electo de EE.UU., Joe Biden, anunció el 19 de diciembre  los nominados para su equipo de medio ambiente clima y energía.
 
 
Así, si es confirmada por el Senado, la representante de Nuevo México en la Cámara de Representante, Deb Haaland, se convertiría en la primera mujer nativa norteamericana en dirigir el Departamento del Interior.
 
Durante su actividad en el Congreso, Haaland, de 60 años, trató de incluir en su agenda el prestar servicios a la población indígena.
 
El Departamento del Interior, con más de 70 mil empleados, supervisa los recursos naturales, incluidos los parques nacionales, la perforación de petróleo y gas y las tierras indígenas.
 
Por otra parte, el oficial de Carolina del Norte, Michael Regan, sería el primer afroamericano en dirigir la Agencia de Protección Ambiental.
 
En la ceremonia de presentación de sus nominados, Biden dijo: “Estamos en una crisis. Así como necesitamos una respuesta nacional unificada para COVID-19, necesitamos una respuesta nacional unificada para el cambio climático. Debemos abordar este momento con la urgencia que merece”.
 
Biden subrayó que tiene planes para lidiar con el cambio climático, que supone una amenaza potencial.
 
Añadió: "Literalmente, no tenemos tiempo que perder. Solo este año, los incendios destruyeron más de 5 millones de hectáreas en todo el oeste del país. Las tormentas tropicales han dañado fuertemente las costas del este y el Golfo de México, y la sequía ha destruido algunas partes del Medio Oeste de EE.UU.”.
 
Al explicar uno de los impactos del cambio climático, Biden dijo que muchos desastres climáticos y de salud ocurren simultáneamente; no es solo la pandemia la que ha afectado a la gente, sino que también se ha reducido la calidad del aire.
 
Los hallazgos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) de EE. UU., la mayor organización del país a cargo de lidiar con el hambre, muestran que 54 millones de estadounidenses, o la sexta parte de la población, incluidos 18 millones de niños, enfrentarán la inseguridad alimentaria para fines de 2020.
 
Entre marzo y octubre, la FDA distribuyó 4,2 millones de comidas entre los más necesitados.
 
Estas estadísticas muestran que en comparación con el año pasado, el número de personas que acuden a esta organización para recibir comidas, ha aumentado un 57% y que 4 de cada 10 solicitantes han sido nuevos.
 
Las agencias de ayuda estadounidenses dicen que 26 millones de estadounidenses, o sea uno de cada ocho personas, no tenían suficiente comida en noviembre.
 
De cada cuatro personas en estado de pobreza alimentaria, una ganaba más de 50 mil dólares al año antes del brote de la pandemia de coronavirus.
 
La mayoría de estas personas son gente de color, lo que demuestra que el patógeno ha afectado más a esta clase social del país norteño.
 
De cada cinco norteamericanos negros o de color, uno sufre de desnutrición o nutrición insuficiente, y tres de ellos enfrentan atrasos en el pago de la renta de su casa.
 
Según informes de los medios estadounidenses, los niños también se ven gravemente afectados por la inseguridad alimentaria, de modo que se estima que 18 millones de niños, es decir que en un día uno de cada cuatro niños, muere de hambre, lo que arroja un aumento del 63 por ciento con respecto al año anterior.
 
 
 
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