Mar 07, 2021 06:46 UTC

ParsToday-En el nombre de Dios bienvenidos a otro episodio de nuestra serie semanal “Camino hacia la luz”, que es un esfuerzo para que usted y nosotros nos familiaricemos con una explicación fácil y fluida de la última Escritura de Dios a toda la humanidad, el sagrado Corán, que fue revelado a el último y más grande de todos los mensajeros, el profeta Muhammad (saludos sean para él y sus descendientes).

Comenzamos el programa escuchando las aleyas 24 y 25 de la sura Al-Ahqaf:
 
فَلَمَّا رَأَوْهُ عَارِضًا مُسْتَقْبِلَ أَوْدِيَتِهِمْ قَالُوا هَذَا عَارِضٌ مُمْطِرُنَا بَلْ هُوَ مَا اسْتَعْجَلْتُمْ بِهِ رِيحٌ فِيهَا عَذَابٌ أَلِيمٌ 
 
 
Cuando lo vieron como una nube que se dirigía a sus valles, dijeron: Es una nube que nos trae la lluvia. ¡No! Es más bien aquello cuya venida reclamabais, un viento que encierra un castigo doloroso, (24:46)
تُدَمِّرُ كُلَّ شَيْءٍ بِأَمْرِ رَبِّهَا فَأَصْبَحُوا لَا يُرَى إِلَّا مَسَاكِنُهُمْ كَذَلِكَ نَجْزِي الْقَوْمَ الْمُجْرِمِينَ
 
 
que va a destruirlo todo a una orden de su Señor. A la mañana siguiente, no se veía más que sus viviendas. Así retribuimos a la gente pecadora. (25:46) 
 
En el programa anterior, dijimos que el pueblo de Aad, en respuesta a la invitación de su profeta, el Hazrat Hood, dijo obstinadamente que no nos rendiremos. Si eres sincero, envía el tormento que prometes. Después de que terminó la discusión contra el pueblo y ellos mismos exigieron que bajara el castigo, Dios envió una tormenta que trajo una nube. Cuando la gente de Aad vio las nubes oscuras en el horizonte, se regocijó y pensó que la lluvia bendita vendría pronto. Pero no solo no llovió, sino que un huracán frío, abrasador y devastador golpeó que mató a la gente pecadora y sin dejar nada más que sus hogares.
 
Según la aleya 7 de la sura La Inevitable, esta tormenta severa y atronadora continuó durante siete noches y ocho días consecutivos hasta que el rollo de sus vidas se enredó y ninguno de ellos sobrevivió.
 
Esta es, de hecho, una advertencia a todos los criminales obstinados y rebeldes y a los pecadores e infieles de que si siguen el mismo camino, no tendrán un destino mejor que ellos.
 
De estas aleyas aprendemos que:
 
      1. La terquedad y la oposición a la verdad, conlleva un castigo severo. La historia de las tribus pasadas ha dejado un ejemplo para el futuro.
 
      2. Los fenómenos naturales están bajo el poder de Dios. Las nubes, el viento y otros fenómenos naturales pueden ser tanto un signo de la gracia y la misericordia de Dios como un signo de su ira. Como a veces el viento provoca el movimiento de las nubes y la lluvia y a veces, es un medio de destrucción.
 
      3. La destrucción de los criminales en el mundo, es una tradición divina y los remanentes de los gobernantes y tribus del pasado, son una gran lección de aprendizaje.
 
 
Ahora escucharán la aleya 26 de la sura Al-Ahqaf:
 
وَلَقَدْ مَكَّنَّاهُمْ فِيمَا إِنْ مَكَّنَّاكُمْ فِيهِ وَجَعَلْنَا لَهُمْ سَمْعًا وَأَبْصَارًا وَأَفْئِدَةً فَمَا أَغْنَى عَنْهُمْ سَمْعُهُمْ وَلَا أَبْصَارُهُمْ وَلَا أَفْئِدَتُهُمْ مِنْ شَيْءٍ إِذْ كَانُوا يَجْحَدُونَ بِآيَاتِ اللَّهِ وَحَاقَ بِهِمْ مَا كَانُوا بِهِ يَسْتَهْزِئُونَ
 
Les habíamos dado un poderío como no os hemos dado a vosotros. Les habíamos dado oído, vista, intelecto. Pero ni el oído, ni la vista, ni el intelecto les sirvieron de nada, pues negaron los signos de Alá. Y les cercó aquello de que se burlaban.(26:46)
 
El pueblo de Aad vivía cerca de La Meca en la Península Arábiga y los restos de sus hogares, estaban en el camino de sus viajes. Por lo tanto, el Corán dice a los politeístas de La Meca que eran obstinados en contra de la invitación del Profeta del Islam que el pueblo de Aad era más fuerte física y financieramente que ustedes, pero este poder y riqueza no les llegó en el momento del castigo divino y no les salvó.
 
Lo que debería haberlos salvado, era conocer la verdad y aceptarla. Ellos, como otros seres humanos, tenían ojos, oídos e intelecto, pero no los usaban para conocer la verdad. Cerraron los ojos y los oídos a la verdad y pensaron que podían presentarse ante Dios con su poder, riqueza y posibilidades mundanas. Por lo tanto, ridiculizaron la advertencia de su profeta Hood sobre el descenso del castigo divino y no le prestaron atención.
 
De esta aleya aprendemos que:
 
      1. La posesión del poder y la riqueza no es necesariamente el salvador del hombre, pero el uso correcto de los ojos, los oídos y el intelecto para comprender la verdad y seguirla, es la causa de la salvación y la felicidad humana.
 
2. La negación de la verdad, conlleva la destrucción del hombre y destruye su capital y sus posibilidades materiales.
 
3.     Burlarse de las aleyas y advertencias divinas de los profetas, es una de las causas de la ira divina en el mundo.
 
Ahora escucharán las aleyas 27 y 28 de la sura Al-Ahqaf:
 
وَلَقَدْ أَهْلَكْنَا مَا حَوْلَكُمْ مِنَ الْقُرَى وَصَرَّفْنَا الْآيَاتِ لَعَلَّهُمْ يَرْجِعُونَ
 
 
Hemos destruido las ciudades que había alrededor de vosotros. Les habíamos expuesto los signos. Quizás, así, se convirtieran. (27:46)
 
فَلَوْلَا نَصَرَهُمُ الَّذِينَ اتَّخَذُوا مِنْ دُونِ اللَّهِ قُرْبَانًا آلِهَةً بَلْ ضَلُّوا عَنْهُمْ وَذَلِكَ إِفْكُهُمْ وَمَا كَانُوا يَفْتَرُونَ
 
 
¿Por qué no les auxiliaron aquéllos a los que, en lugar de tomar a Alá, habían tomado como dioses para que les acercaran? Al contrario, les abandonaron. Ésa fue su mentira y su invención. (28:46)
 
Siguiendo la aleya anterior que describía la destrucción del pueblo de Aad, esta aleya dice: no solo el pueblo de Aad, sino que también los otros pueblos que vivían a su alrededor en La Meca, cuando se levantaron contra la verdad, los destruimos, como el pueblo de Thamud en el norte de la península Arábiga y el pueblo de Saba en el sur.
 
Para cada uno de dichos pueblos, de acuerdo con su entendimiento, enviamos nuestras señales y aleyas para que ya no tengan ningún pretexto y excusa para seguir el politeísmo y la incredulidad. Pero acudieron a los dioses e ídolos falsos y pensaron que serían su fuente de salvación y felicidad. Mientras que en el momento del tormento, ninguno de los dioses pudo ayudarles, ni siquiera pudo protegerles del castigo divino; por lo que perecieron y no quedó ningún signo de ellos.
 
De estas aleyas aprendemos que:
 
1. Uno de los métodos educativos del Sagrado Corán, es invitar a las personas a estudiar la historia del pasado y aprender de su destino.
 
     2. Dios ha provisto los medios para que el hombre se conduzca y regrese a la naturaleza divina. Lo que importa es el deseo humano de volver del camino desviado.
 
    3. Los pensamientos innovadores, supersticiosos e imaginarios hacen que las personas consideren los objetos que no tienen propiedades o efectos sobre ellos como la fuente de su cercanía a Dios.
 
Queridos amigos, finalizado el tiempo de nuestro programa de hoy, nos despedimos de todos ustedes hasta una nueva emisión y esperamos sus opiniones y propuestas al respecto.
 
 
P/MK/RH
 
 

 

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