Oct 31, 2020 10:29 UTC

ParsToday – Dios ha hecho de la misericordia una obligación para sí mismo y ha ampliado tanto su campo que lo incluye todo. Sin embargo, algunas personas al pisar el camino de la desviación, arruinan su carácter humano y se ven privadas del favor y la misericordia infinitas de Dios.

Aun así, los mensajeros divinos, que están a cargo de guiar a los seres humanos hacia la prosperidad y la salvación, tratan en la medida de lo posible de llamar su atención a sus extravíos.
 
 
 
La misión de los profetas de Dios ha sido anunciar buenas nuevas y advertir al ser humano. Desde luego, sus advertencias también se debieron al favor y la misericordia divinas para que el hombre deje de extraviarse y emprenda el camino hacia la felicidad.
 
 
 
El Profeta del Islam Mahoma (saludos de Dios a él y a sus descendientes) es la figura más prominente entre los mensajeros divinos. Dios dice en el verso 107 de la sura “Los profetas” en el Corán: “Nosotros no te hemos enviado sino como misericordia para todo el mundo”.
 
 
 
Todos los pueblos del mundo, tanto creyentes como ateos, están en deuda con la misericordia del Profeta del Islam, ya que la difusión de la fe islámica salva a todos de la ignorancia, la superstición y el extravío. Ahora hay grupos de gente que aprovecha esto, otros se oponen e incluso promueven la islamofobia, este asunto es independiente y no afecta la generalidad de la misericordia del Profeta.
 
 
 
Dios envió al Profeta por la prosperidad de todo el mundo y, por lo tanto, cuenta con un amor y un afecto que abarca todo el universo.
 
 
 
Dios es el Señor de los Mundos criando a todos los seres humanos. La divinidad del Altísimo se manifiesta bajo la sombra de un Mensajero que es la misericordia de los mundos.
 
 
 
Dicho de otra forma, la verdadera educación divina se lleva a cabo a la sombra de la orientación de un profeta que trae el buen humor, la misericordia y el favor para el mundo.
 
 
 
Tal como Dios es el Creador influyente en el universo y transmite algunas bendiciones a través de las criaturas, esta bendición en el mundo también es asignada a todos por parte del Profeta y con el permiso de Dios.
 
 
 
Desde el punto de vista del Corán, la más destacada característica moral del Profeta del Islam fue su trato lleno de cariño con los demás.
 
 
 
Con este carácter loable, Mahoma fascinó a muchos corazones y los guio por el camino recto, mientras que ningún poder podía hacer algo tan maravilloso.
 
 
 
Al respecto, Dios dice en el verso 159 de la sura “La familia de Imran” del Corán: “Por una misericordia venida de Alá, has sido suave con ellos. Si hubieras sido áspero y duro de corazón, se habrían escapado de ti”.
 
 
 
Según este versículo, la inmensa compasión y bondad del Profeta de la Misericordia atrajo a la gente hacia el Islam. Además, uno de los milagros de Mahoma es acercar a los corazones.
 
 
 
En el verso 63 de la sura “El botín”, Dios dice: “cuyos corazones Él ha reconciliado. Tú, aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra, no habrías sido capaz de reconciliar sus corazones. Alá, en cambio, los ha reconciliado. Es poderoso, sabio”.
 
 
 
El Profeta buscaba establecer una civilización basada en una elevada moral. A juicio del Mensajero de Dios, incluso la guerra contra el enemigo debería ser un medio para reformarlo y educarlo.
 
 
 
Aquel Hazrat llamaba a los enemigos a la paz y la condescendencia, hacia todo lo que podía y no se aceptaba una guerra excepto en casos necesarios, ya que no buscaba venganza.
 
 
 
Una vez que conquistó La Meca, el Profeta se preparó para pronunciar un discurso. Los corazones palpitaban con fuerza y decenas de miles de soldados y no militares, tanto hombres como mujeres, jóvenes y ancianos, enemigos y amigos, tenían los ojos fijados en él.
 
 
 
De repente, el comandante del ejército del Profeta subió a un punto elevado y gritó en voz alta: “Hoy es el día de la venganza”. Sus repetidas amenazas infundieron un extraño miedo en los corazones de los habitantes de La Meca y sus líderes, tanto que los quraysh consideraron que su muerte estaba cerca.
 
 
 
Cuando la voz del comandante llegó al Profeta, éste se inquietó mucho y mandó de inmediato al Imam Ali (saludos de Dios con él) a quitarle la bandera y anunciar que hoy es el día de la misericordia y el amor. Luego se dirigió a los quraysh y dijo: "Oh  quraysh, ¿qué creen que les haré?". Contestaron: "Oh Mensajero de Dios, de ti no esperamos nada más que bondad y buen trato". El Profeta respondió amablemente: “"Váyanse, están libres y nadie les molestará". Al decir esto, Mahoma anunció una amnistía general para los quraysh y los habitantes de La Meca, todos los cuales tenían antecedentes de hostilidad en su contra.
 
 
 
El Profeta no se vengó en el punto álgido de la victoria; derrotó a sus enemigos rencorosos, pero no los hizo prisioneros, no mató a nadie ni saqueó sus propiedades, sino que conquistó la ciudad con total cariño y paz.
 
 
 
El comportamiento del Profeta emocionó los corazones de sus peores enemigos. Todo esto se debió a que él pensaba en orientar a los seres humanos y buscaba devolverles la dignidad humana y su esencia. Por eso, decía que Dios le ha ordenado condescender a la gente.
 
 
 
El Profeta del Islam aprovechaba cualquier oportunidad para llamar a los no musulmanes, ateos y politeístas al Islam. Si los musulmanes derrotaban a los enemigos y capturaban gente, lo primero que hacía Mahoma era orientar y perdonar a los cautivos bajo distintos pretextos, como por ejemplo por sus buenas costumbres.
 
 
 
Dado que el Islam había venido a abrir las puertas de la iluminación y el conocimiento a la gente, el Profeta condicionaba la liberación de los prisioneros de guerra instruidos a alfabetizar a los musulmanes, ensenándoles a leer y a escribir.
 
 
 
Las frecuentes órdenes del Profeta prohibiendo la matanza de los desamparados demostraban su defensa de la justicia y su naturaleza filantrópica incluso al enfrentarse con los enemigos.
 
 
 
Otra destacada característica del sistema del Profeta fue la creación de un espíritu de hermandad que no tenía cabida en los corazones de la gente de esa época.
 
 
 
La hostilidad entre las tribus, los conflictos étnicos y los pensamientos supersticiosos desparecieron con el discurso y la conducta del Profeta, y las gentes se unieron cerrando pactos de hermandad a fin de comprender las realidades del mundo de la creación y las ciencias morales. El Profeta aplicó el método más bonito para limpiar a las personas de la corrupción moral y los vicios.
 
 
 
Ahora, también el mensaje del Profeta del Islam es un mensaje agradable para todo el mundo. Es un llamamiento a la salvación y al amor, lo que es la esencia de las enseñanzas islámicas, las cuales han podido establecer el equilibrio y la armonía necesarios entre lo material y lo espiritual.
 
 
 
Esto es en lo que las actuales escuelas no han tenido éxito. Así es que Bernard Shaw, escritor y pensador británico, ve la manera de salvar al mundo de los problemas actuales en la aceptación de las enseñanzas del Profeta Mahoma y dice: "Anticipo, y sus impactos ya han surgido, que la fe mahometana será aceptada por la Europa del mañana. En mi opinión, si un hombre como él se hace cargo del nuevo mundo, logrará resolver los problemas, de tal manera que, la paz y la felicidad reinará en el mundo, este es un deseo humano de larga data".
 
 
 
La existencia del Profeta del Islam es como una agradable brisa primaveral. En aquel entonces, perfumó la atmósfera de Medina, fragancia que pronto se extendió por los alrededores de la ciudad.
 
 
 
Más tarde, el Islam avanzó hacia los dos grandes imperios de esa época, a saber, Irán y Roma, con lo cual el carácter del Mensajero de Dios conquistó los corazones de los pueblos a lo largo de la historia.
 
 
 
Se puede decir que la formación de una Ummah poderosa y unida de gente que antes del advenimiento del Islam no conocía más que el salvajismo y el derramamiento de sangre, fue un gran milagro divino que se materializó a manos del Profeta Mahoma.
 
 
 
Y ahora es él quien, con sus enseñanzas misericordiosas, puede acercar a los corazones, en un mundo lleno de tensiones, opresión, agresiones y autoritarismo, convirtiendo a los corazones dispersos y llenos de inquina, en corazones unidos y bondadosos.
 
 
 
P/FE/JP
 
 

 

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