Panorama a la Poesía de la Revolución (6)
Panorama a la Poesía de la Revolución (6) Saludos a todos ustedes estimados oyentes. Estamos con Uds. con otro capítulo del Panorama la Poesía de la Revolución. A continuación del programa anterior, estudiaremos la poesía de la guerra. Esperamos que les guste. Ahora les invitamos a que por favor nos acompañen como siempre.
El 26 del mes persa Shahriwar del año 1359 de la hégira solar (17 de septiembre de 1980), el exdictador de Irak, Saddam Hussein, rompió el tratado de Argelia de 1975 ante los ojos de millones de televidentes. En aquella época nadie sospechaba que este comportamiento imprudente de Saddam allanara el terreno para comenzar una amplia guerra a gran escala.
Por fin, el 31 del mes persa Shahriwar del año 1359 de la hégira solar (22 de septiembre de 1980), el Ejército iraquí invadió los aeropuertos nacionales e internacionales, las fronteras sureñas y occidentales y también las diferentes ciudades de Irán.
Durante las primeras semanas de la guerra contra Irán, el Ejército iraquí ocupó sin ningún problema amplias regiones del territorio persa y, muy satisfecho de su victoria, soñaba con conquistar Teherán, la capital persa.
Ahora bien, en aquella situación determinante, la generación de la revolución islámica se levantó con pocas armas a enfrentarse con los agresores, y todo esto fue debido al entusiasmo que mantenían por el Islam y por el gran líder de la revolución, el Imam Jomeini (que en paz descanse). Y de esta forma, pudo parar el avance de las fuerzas de Bath obligándoles a retirarse. Y finalmente, Irán asumió en julio de 1988 la Resolución de paz 598 del Consejo de Seguridad y, de esta manera, puso fin a una guerra incesante y a una defensa sagrada que duró ocho años.
La fe en el Islam, en el Imam Jomeini (Que en paz descanse) y también la unión del corazón y pensamiento de la sociedad con la épica eterna de Ashura del Imam Hussein (S), no solo animaban a los poetas y a los escritores a escribir y componer los poemas frescos y transparentes, sino que también impulsaron a los combatientes. Los poemas creados, los lemas y los cantos fúnebres cuyos creadores son anónimos demuestran la unidad entre el pueblo.
El fallecido Nasrollah Mardani ha recolectado todas estas obras como una colección titulada “Los Mártires Poetas”, la cual es valiosa y nos hace reflexionar.
Al comenzar las amplias operaciones militares y los triunfos de los combatientes en los campos de batalla, llegaron a utilizar en la poesía el nombre de las operaciones militares, las palabras clave, el nombre de las regiones de la batalla, los símbolos y los elementos culturales de la guerra.
Estos poemas que fueron compuestos unos años después de que iniciara la guerra de ochos años, indican muy bien la geografía cultural y psíquica del frente de batalla.
A juicio de los investigadores, estudiar estas obras y analizar la forma del pensamiento, la sensación y el cariño de sus poetas será un gran recurso y una fuente rica para la futura generación y para las sociedades islámicas.
A grandes trazos, se clasifica la poesía de la guerra en tres grupos: el primer grupo se considera como los brotes de la poesía de la guerra, el segundo es la época en la cual se individualizó la poesía de la guerra y, por fin, el tercer grupo son las que fueron compuestas después de que finalizara la guerra impuesta de Irak contra Irán.
Si bien no se puede clasificar claramente estas etapas pero según las propias características que domina la poesía y las alteraciones ocurridas en ellas, es posible estudiar la poesía de la guerra según los tres grupos citados.
Las primeras obras de la poesía de la defensa sagrada fueron creadas en menos de una sola semana después de que se iniciara el ataque de Irak contra Irán. Si bien es evidente que estas obras no son tan maduras y, además, carecen de la coherencia necesaria, son claras y producen la sensación, el ánimo y el entusiasmo. Son poemas sencillos que convocan al pueblo a luchar, sacrificar, lograr el martirio y la unidad.
En la poesía de la defensa sagrada no se encuentran las reflexiones profundas poéticas. Quizá esto se debía a la falta de tiempo suficiente para componer los poemas; por tanto, los poetas presentaban sus poemas sin una previa revisión; con lo cual se observan muchos fallos en las obras de dicha época, compartir temas monótonos está entre los otros fallos frecuentes.
Otra característica de la primera etapa de la poesía de la defensa sagrada es la presencia de los poetas anónimos. Si analizamos los diarios y las revistas en los cuales se han publicado las primeras obras poéticas compuestas en los primeros meses de la guerra, veremos que salvo dos o tres poetas, sobresalieron después en el campo poético, el resto de los poetas son caras desconocidas y anónimas que enviaban sus poemas desde el frente de batalla.
Otra de las peculiaridades destacadas de la poesía de la primera etapa de la defensa sagrada es la unificación de la cultura nacional y épica con las creencias religiosas. Las métricas más frecuentes en la primera etapa de la poesía de la guerra son las cuartetas y las coplas.
Y por último, la franqueza es otra de las características más relevantes de los poemas de la primera etapa donde se expone sinceramente la violencia de la guerra y, se revela sin temor alguno las fealdad de las agresiones.
Queridos amigos, en la próxima edición estudiaremos las características y los factores de la poesía de la revolución. Les invitamos a que estén con nosotros la próxima semana. Hasta entonces.