Mar 23, 2016 19:45 UTC

En esta edición del programa discutimos la diferencia entre los derechos humanos islámicos y los occidentales en términos de bases básicos y objetivos.

Estimados oyentes en los programas anteriores explicamos que todo el ser humano es creado de la misma naturaleza. Entonces desde el punto del Islam, los derechos humanos son los derechos que surgen de la naturaleza y talentos naturales del hombre y esto es único en todas las personas debido a que tienen idéntica naturaleza. La religión del Islam posee programas y mensajes para todos miembros de la familia mundial.

En la era actual, después de haber transcurrido el tiempo desde la revelación del Corán, los Faqihs (legislador islámico) pueden acceder a las órdenes divinas al determinar las fuentes indicadas en la Escritura, la sunnah, la razón y extracción de los principios y reglamentos de fiqih de estas fuentes, además de incluir la diferencia de la fatwa, según los principios y normas de fiqih. Desde esta visión , la Sharia (leyes islámicas) comprende un conjunto coordinado que ha explicado Dios al hombre y todo lo que necesita la gente está dispuesto en el Corán y también ha revelado la condición de todas las cosas.

La principal crítica a los derechos humanos occidentales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales en esta materia, es que la mayoría de los textos y documentos de derechos humanos en vez de basarse en principios filosóficos generales, son producto de la cultura occidental, lo que en el camino de las transacciones culturales del Occidente ha cambiado y se ha convertido en parte de esta cultura.

Mientras que lo más importante en el conocimiento de los derechos de las personas, es la correcta comprensión del concepto del hombre para ofrecer una correcta definición de este. Existe un enlace inseparablemente entre los fundamentos de la comprensión del ser humano y su lugar en el mundo. Entonces en la redacción del plan y la carta de los derechos humanos hace falta revisar su filosofía jurídica. Sin embargo, la visión occidental tiene diferencias fundamentales y distintas con el punto de vista islámico.

En el pensamiento occidentalizado, no se reconoce nada más que la materia y su movimiento. En este punto de vista, el hombre es un fenómeno y no una naturaleza, es decir, en este sistema epistemológico, se habla del hombre como un fenómeno material, al lado de otros fenómenos del mismo origen, sin atender su carácter antropológico más allá del físico y que tiene raíces en la creación divina.

En la perspectiva occidental, el fundamento de la "ontología" está solo en la existencia material. Desde su perspectiva, cualquier asunto que se refiere al mundo más allá de la materia, se considera leyenda y superstición. El valor de los derechos depende solamente de los placeres materiales. Mientras que en el enfoque islámico, la ontología posee varias herramientas y no está limitada a los sentimientos y la experiencia. En la parte más elemental de la ontología se ubica el sentimiento y la experiencia, después en un nivel superior se encuentran las visiones o éxtasis de los místicos y, finalmente, el grado máximo, se cierra con la revelación y el descubrimiento de los profetas e Imames infalibles (P).

En la visión islámica, el hombre es una criatura más allá de lo material. Por eso los derechos no deben ser solamente los proveedores de los placeres materiales, sino que también deben tener en cuenta tanto las necesidades físicas y como emocionales. El ser humano con su naturaleza externa, es una unión de cuerpo y espíritu, y la verdadera identidad del hombre tiene tres dimensiones: animal, humana y divina. Por lo tanto, los derechos humanos deben ser compatibles con esta naturaleza combinada y sus tres dimensiones reales.

 

En la mirada orientadora de la Sharia, Dios es el Creador del universo y el hombre y conoce la verdad, el lugar del hombre y su interés. Él ha redactado unos programas con el objetivo de salvaguardar los derechos, los intereses y el desarrollo humano y lo ha ofrecido en un contexto denominado religión para que el hombre logre sus derechos.

De acuerdo con el pensamiento occidental, los derechos humanos se inician con la persona y se terminan en ella misma. No existe ninguna fuente, excepto de la razón humana para juzgar en el campo de las proclamaciones jurídicas. Los derechos de la persona están basados en la cultura individualista absoluta, es decir, la raíz, legitimidad, crédito y concepto de estos derechos son solamente personales y no pueden ser generalizados al más allá del hombre. En otras palabras, los derechos del hombre, son derechos seculares que no tiene nada que ver con Dios, la revelación o la religión sino está basados en la razón. Al contrario, según el pensamiento islámico, primero: el hombre no es independiente ni está separado de Dios sino es una criatura dependiente a su Creador, además, debido a que la fuente de la existencia del hombre, es el Dios, el elevado, el hombre no puede negar su fuente de subsistencia. Segundo: el hombre está contralado por el Señorío divino y la prudencia de los asuntos está en mano de quien lo ha creado.

Los deseos y placeres del hombre figuran entre los principios y las raíces del pensamiento humanista y si fuera una religión, debe proporcionar los caprichos de los individuos y estar de acuerdo con los deseos del hombre. En esta doctrina, el hombre sustituye a Dios y se califica como el corazón de todos los valores. Aquí la ley es lo que la gente establece según su propia situación y gusto, y aquí es donde el humanismo se dirige hacia el liberalismo.

Basado en el liberalismo, el principio básico y fundamental en derechos, es la libertad absoluta del hombre; pero si alguien puede hacer lo que le gusta, y ser libre en esta dirección, provocará su propio caos, la perturbación del orden social y la privación de la libertad de los demás. Así que, inevitable, necesaria y simplemente para observar los derechos de los demás, hay que poner límites a la libertad de cada individuo y la libertad de todos está condicionada a no causar daños a los demás.

De conformidad con el concepto de la relatividad de los valores y su originalidad con el deseo humano en lugar de considerar sus intereses, las más despreciadas prácticas moralesm, no solo no se califican como perjudiciales, sino están defendidas como conceptos sagrados, derechos básicos e inalienables del hombre. Por ejemplo, desde la perspectiva de los redactores de los derechos humanos, la homosexualidad se considera un derecho natural, sagrado e defendible, pero por contrario, respetar el Hiyab (velo islámico) es visto como un crimen. Por lo tanto, las enseñanzas religiosas respecto a la prohibición del aborto, las restricciones de las relaciones sexuales, la moralidad de la familia y la castidad sexual se introducen como ejemplos de opresión contra mujeres y se esfuerzan para eliminarlas.

En el punto de vista occidental, el objetivo de los derechos, simplemente es preservar el individuo y sus derechos contra el Estado. En su opinión, los derechos de la persona pertenecen a ella y no al interés público.

Sin embargo, en la actitud islámica, la meta de los derechos, es la materialización conjunta de los derechos del individuo y la sociedad simultáneamente y el establecimiento de la justicia y, por último, creer el terreno para la elevación de las virtudes espirituales y la perfección humana. Desde el punto de vista islámico, la singularidad del individualismo y la sociedad está sometida a los elevados intereses humanos.

Dar una mirada unidimensional al ser humano como un hombre liberal y definir la libertad y sus facultades, de conformidad con el enfoque liberal, es una de las más importantes críticas respecto a los derechos humanos occidental. Los derechos humanos, según revela su concepto, son los derechos en los que el ser humano debe considerar la dignidad humana sin diferencias de color, religión y etc. Al respecto, este concepto de DD.HH. debería ser universal. Pero los derechos humanos occidentales, en contra de su proclamación, no podría ser universal, ya que no atiende al hombre como hombre, sino califica a los seres humanos sobre la base de una concepción materialista del liberalismo y en un aspecto particular de la materia. La unidimensionalidad de los derechos humanos occidentales surge de este asunto.

El hombre occidental, vive sólo dentro del marco de la vida mundana y para él no existe otro mundo .Excepto de la vida mundana y sus placeres, no hay otra infraestructura de valor que el sistema de derecho pueda confiar en aquello. Mientras, en el panorama monoteísta, el ámbito de vida humana no se limita al mundo y su vida mundana ya que, después de la vida material, hay otra vida. Desde el punto de vista de la religión, el derecho no está limitado a los deseos mundanos, sino es una combinación del este mundo y del más allá. Este mundo es un medio hacia el más allá.

Generalmente la creación de los derechos humanos en el Occidente es el producto de las necesidades sociales, la revolución y los movimientos populares contra los regímenes autoritarios y, en un campo más extenso, se pude considerar fruto de las necesidades del Occidente, como en el caso de Europa tras la I y II guerras mundiales. Exactamente, por eso, este producto está dominado por el exceso y el desgaste y carece de un enfoque integral y basado en la realidad. En otras palabras, en lugar de que esta posiciones tengan orígenes en los fundamentos filosóficos y de pensamiento auténtico y universal, están sujetas a las necesidades sociales de Occidente y hasta ciertos puntos basados en principios sociológicos. Por lo tanto, estos derechos no pueden ser universales, ya que su función está basada en las necesidades de un periodo y región no son como fundamentos básicos de pensamiento aceptables para todos.

Precisamente debido a estos defectos siempre los derechos humanos occidentales fueron objetos de críticas y ha llevado a muchas comunidades y académicos a tomar una posición contra ello. Los países islámicos aprobaron en El Cairo la Declaración Islámica de Derechos Humanos que plantea el punto de vista de los musulmanes al respecto y los eruditos musulmanes tanto chiíes y como suníes en todo el mundo musulmán han tomado posiciones contra los conceptos presentados en esta declaración y plantearon sus críticas.