Nov 15, 2017 07:54 UTC

Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales del país norteamericano.

El presidente estadounidense, Donald Trump, en una gira por Asia, visitó Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas. Presionar a Corea del Norte para que renuncie de sus programas misilísticos y atómicos y firmar acuerdos comerciales en beneficio de las empresas estadounidenses destaca en la agenda de Donald Trump.
Otro de los hechos importantes de la semana pasada fueron las consecuencias de la dimisión del primer ministro libanés, bajo las presiones de Arabia Saudí, y la detención de los príncipes y grandes comerciantes saudíes como parte de una purga anticorrupción de Arabia Saudí; dos actos que otra vez más pusieron de relieve las diferencias en los puntos de vista del presidente estadounidense y el secretario del Departamento de Estado del país norteño.
Otra noticia chocante de la semana pasada fue el sangriento tiroteo perpetrado contra una iglesia en el estado sureño de Texas.
Por otra parte, la semana pasada, Donald Trump cumplió su primer año desde que fue electo para el cargo de presidente de EE.UU. En este marco, los opositores a la gestión del mandatario celebraron marchas en su contra.
Además, en las elecciones estatales y locales, los demócratas ganaron a los republicanos. Al mismo tiempo, aumentaron las discordias entre los republicanos por la revelación de acosos sexuales de varias mujeres contra un candidato de este partido para un curul en el Senado del estado de Alabama en las elecciones de mitad del periodo del próximo año.
Y, finalmente, la semana pasada, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado dio a conocer que, por falta de suficientes apoyos, dejará del lado su plan en contra del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA).
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La semana pasada, con la llegada del aniversario del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, estadounidenses celebraron manifestaciones para reiterar su rechazo a la gestión de la actual Administración.
En algunas de las protestas, los participantes corearon lemas y consignas antifascistas y, en otras, en una nueva iniciativa, los manifestantes gritaban al cielo. Al mismo tiempo, las encuestas resaltan la caída de la popularidad de Trump a 36 por ciento, de tal manera que el apoyo público del actual presidente estadounidense ha alcanzado en un periodo de diez meses el nivel más bajo entre los presidentes que han gobernado Estados Unidos en medio siglo.
Las estadísticas muestran que si se repitieran las elecciones presidenciales de 2016, alrededor del 15 por ciento de los votantes republicanos no votaría por Trump. El candidato republicano se impuso en el sistema de Colegio Electoral que rige en Estados Unidos y decide el Presidente, pese a que su rival, la candidata demócrata, Hillary Clinton, superó en el cómputo total de votos a Trump.
Ahora, después de un año de haber sido electo y la imposibilidad de implementar algunas de sus principales promesas, Trump no cuenta con apoyo público. Por supuesto, a través de Twitter, el mandatario afirma que, desde que está en la Casa Blanca, ha aumentado el número de puestos de trabajo y la bolsa de valores. Sin embargo, las encuestas muestran que tales éxitos no han mejorado la imagen del presidente de Estados Unidos entre los ciudadanos de este país.
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La semana pasada fue marcada por el fracaso de los republicanos en las elecciones estatales y locales. Los candidatos republicanos fueron derrotados en dos comicios estatales, para elegir al gobernador y al alcalde en la gran ciudad de Nueva York. En el estado de Virginia, el demócrata Ralph Northham derrotó a su rival republicano Ed Gilspy, apoyado por Trump.
El demócrata Phil Murphy, exembajador de Estados Unidos en Alemania, se hizo con la gobernación de Nueva Jersey. En su discurso de victoria, dijo: “Con la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca, Jefferson Sessions en el Departamento de Justicia y Steve Bannon, que capturó al Congreso y los Republicanos, la importancia de los gobernadores de los estados en el país norteño, nunca ha sido tan grande”.
Otro resultado de estas elecciones realizadas el martes 7 de este mes fue la victoria del demócrata Bill de Blasio como alcalde de Nueva York; un triunfo que lo convierte  en el primer demócrata en ser reelegido en los últimos 32 años como gobernador de la ciudad de Nueva York.
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Por otro lado, la semana pasada, una mujer de Alabama acusó a Roy Moore, el nominado republicano para las elecciones al Senado federal, de haber abusado sexualmente de ella cuando era una adolescente de 14 años, en 1979, de acuerdo con un artículo publicado el jueves por The Washington Post.
De acuerdo con la información del diario estadounidense, esto ocurrió cuando Moore, ahora de 70 años y exjuez de la corte suprema de Alabama, era fiscal de distrito y tenía 32 años. Moore, indica el periódico, habló por primera vez con Leigh Corfman a inicios de 1979 fuera de una sala de tribunal en el condado de Etowah, en Alabama, y después hubo llamadas telefónicas y encuentros en la casa del republicano.
Además de Corfman, han hablado con el diario otras tres mujeres (Wendy Miller, Debbie Wesson Gibson y Gloria Thacker Deason), que afirmaron que Moore se había acercado a ellas en la misma época, cuando ellas tenían entre 16 y 18 años.
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La semana pasada, un hombre armado cometió una masacre el domingo 5 de noviembre en una pequeña iglesia cerca de la ciudad de San Antonio, en Texas (sureste de EE.UU.) y mató a al menos 26 personas.
La agresión se produjo en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, donde una persona entró armada poco antes del mediodía y abrió fuego contra los presentes, habitualmente una cincuentena en la ceremonia dominical.
El atacante, que recargó su arma “en múltiples ocasiones” mientras acribillaba a los congregados con un fusil semiautomático AR-15, según fuentes policiales, fue hallado muerto tras huir con el vehículo de un lugareño armado que abordó cuando salía del lugar del crimen. Su identidad se ha dado a conocer: se trata de un antiguo empleado de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, de raza blanca, 26 años de edad y de nombre Devin Patrick Kelley. Este nuevo crimen se suma a la larga lista de horrores que traumatizan a la sociedad estadounidense, marcada por los recurrentes estallidos de violencia con armas de fuego y donde estudios sitúan en 33.000 personas el número de víctimas anuales por tales armas.
Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, quien continuó con su firme apoyo de las compañías de armas y, en particular, a la Asociación Nacional de Armas de Estados Unidos, dijo que el tiroteo fue un problema psicológico, no tenía ninguna relación con el derecho a poseer armas  en EE.UU.
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Finalmente, la Universidad Brown publicó la semana pasada los resultados de una investigación titulada "Los costos de las guerras" que ha rastreado, como su nombre lo indica, los costos secretos de las guerras de EE. UU, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El Departamento de Defensa de EE.UU. informó a principios de este año que gastó alrededor de 1,5 billones de dólares en guerras lanzadas después de los ataques terroristas del 11-S. Pero, el estudio realizado por el Instituto de Asuntos Internacionales y Públicos Watson en  colaboración con la Universidad de Brown, estima el costo total de las guerras en Afganistán, Irak, Siria y Paquistán en 5,6 billones de dólares.
El estudio examina no solo el dinero gastado por el Ejército estadounidense, sino también por el Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA, por su sigla en inglés), el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado de EE.UU., para los recursos dedicados a la llamada “guerra contra el terrorismo”.
Las operaciones de combate desde 2001 “han sido pagadas en gran medida mediante préstamos, parte de la razón por la que EE.UU. pasó de superávit presupuestario a déficits después de 2001”, indicó el autor del estudio, Neta Crawford.
En cuanto a los costos de conflictos específicos, el estudio señala que “las dos categorías más grandes de gastos han sido para las guerras en Irak y Afganistán”.
Investigadores de la Universidad de Harvard dijeron en 2013 que las contiendas de Estados Unidos en Irak y Afganistán costarían a los contribuyentes entre 4 billones y 6 billones de dólares, teniendo en cuenta la atención médica de los veteranos heridos y los ingentes gastos en reparaciones de una fuerza mermada por años de lucha.

La invasión de Estados Unidos en Afganistán ha durado 16 años y se ha expandido después de que el presidente norteamericano, Donald Trump, anunció que aumentaría la presencia militar estadounidense en el país devastado por la guerra.