Feb 05, 2018 07:52 UTC

Pars Today-El programa de hoy es el último episodio de la serie “Enfrentamiento entre la izquierda y la derecha en América Latina”, realizada con el objetivo de hacerles conocer la rivalidad entre las dos corrientes políticas más influyentes en el destino de América Latina.

La semana pasada, les ofrecimos un resumen de todo lo dicho en estos programas. Ahora les invitamos a escuchar la segunda parte de este resumen.

En el programa anterior, indicamos que los Estados Unidos se esfuerzan por recuperar la negligencia de este país durante el periodo de George W. Bush y fortalecer su influencia en la región, considerara por Washington como su "patio trasero". En este contexto, cabe destacar los esfuerzos de Washington para imponer restricciones contra el avance de las relaciones de Rusia y China  con los gobiernos izquierdistas en América Latina. Las corrientes políticas de la derecha en Venezuela y Argentina, además de oponerse a la proximidad de Moscú y Pekín, expresaron su abierta oposición a las calurosas relaciones con Irán. El nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció oficialmente en su campaña electoral  que revisaría el memorándum firmado entre Christina Fernández e Irán en 2013.

Venezuela, con un Parlamento bajo el control de la derecha, también está siguiendo una política similar. Aunque la competencia en las elecciones parlamentarias venezolanas de 2015 se centró  principalmente en los asuntos económicos y las políticas nacionales, el líder de la oposición, Enrique Capriles, había pronunciado comentarios contra Irán.

En septiembre de 2012, prometió que revocaría los contratos armamentísticos con Rusia y revisaría  los contratos petroleros en caso de llegar al poder. Capriles también dijo que volverá a revisar las relaciones entre Venezuela e Irán. Los derechistas también habían prometido desde años anteriores que tomarán medidas para mejorar las relaciones con el régimen israelí. Si continua el proceso de la victoria de derechistas pro estadounidenses en las elecciones celebradas en los países latinoamericanos, la situación del poder político en el sur del continente de América cambiará a favor de los Estados Unidos.

Los estadounidenses ahora tienen dos preocupaciones sobre los países de América Latina. Desde el aspecto económico, se preocupan por un país como China, que está invirtiendo fuertemente en América Latina. La economía de los EE.UU. está a punto de la decadencia, entonces si Washington pierde las bases económicas latinoamericanas, los estadounidenses seguramente enfrentarán graves problemas. Por otro lado, Washington está preocupado de que los rusos ocupen las zonas que tradicionalmente han estado bajo su influencia. Los funcionarios norteamericanos saben que si continúan con sus políticas de tensión, amenazas y sanciones contra América Latina, Rusia rellenará muy pronto su vacío. La visita de Vladimir Putin a Latinoamérica en 2014 fue un claro mensaje al respecto.

La intervención de Estados Unidos en los países de América Latina nunca ha terminado, pero han cambiado sus modelos y prácticas. Por eso, se puede analizar las declaraciones de Obama al final de su período presidencial para denunciar la labor de los antiguos gobiernos de EE.UU. De hecho, Washington ha iniciado una nueva forma de dominación e influencia en las tierras latinoamericanas de varias maneras, incluida la reanudación de una relación política con Cuba. Los estadounidenses han sido testigos de la pérdida gradual de diferentes partes de América Latina.

En las elecciones que se llevaron a cabo en Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela y Nicaragua, los gobiernos antiestadounidense llegaron al poder. Por eso, los norteamericanos se esforzaron por expresar su tendencia respecto a sus relaciones a través de mantener vínculos con Cuba y expresar su arrepentimiento por sus comportamientos previos.

 En este sentido, ellos prestan una gran atención a las actitudes diplomáticas. Pero la ética estadounidense contra sus vecinos siempre ha demostrado que los patrones de intervención y dominación pueden cambiar, pero esto no significa la negación de la intrusión. La actitud de Washington ha cambiado respecto a América Latina, pero este cambio habla de un nuevo esfuerzo de EE.UU por intervenir en sus asuntos internos.

Uno de los factores más importantes que influyen en los avatares actuales en América Latina y el declive actual de los izquierdistas en esta zona puede ser la aparición del poder económico de los derechistas en la región. La decadencia y la corrupción del poder político dentro de los izquierdistas, a su vez, proporcionaron una buena atmósfera para el éxito de la derecha en América Latina. Otro factor fue la discapacidad izquierdista en el desarrollo de los medios de comunicación independientes para desafiar el monopolio de los medios de la derecha.

La crisis actual goza de alta importancia a nivel regional. Los gobiernos izquierdistas y a veces populistas de América Latina han ocupado los principales países de la región en los últimos 15 años y apoyándose en los altos precios de las materias primas, han iniciado un proceso de erradicación de la pobreza e incluso cambios sociales, pero han fracasado sucesivamente. Algunos no lograron hacer cambios estructurales en la economía y en la reducción del grado de dependencia de la exportación de materias primas o la agricultura. Los avatares regionales e internacionales también jugaron un papel importante en el debilitamiento del movimiento bolivariano en Venezuela.

Entre los avatares regionales, se puede señalar a la reanudación de la relación entre Cuba y Estados Unidos, que golpeó el frente de la resistencia en América Latina. Además, dado el enfoque de Rusia en los desarrollos de Oriente Medio, especialmente en Siria y el este de Europa, incluida Ucrania, los intereses de Rusia en América Latina ahora son menos importantes y se ha disminuido el papel de Moscú en las transformaciones de la región. Pero este fracaso de la izquierda no significa la victoria definitiva y permanente de la derecha y la solución de los problemas del pueblo en estos países. Las fuerzas de la triunfante derecha en estos países se verán obligadas a presionar a la gente del país, debido a que  sus intereses están vinculados a los intereses del sistema dominante, y así alejaran a la gente. Este mismo tema proporcionará una buena oportunidad para que las fuerzas revolucionarias profundicen su organización.

La actitud izquierdista y la popularidad de varios partidos y fuerzas políticas de izquierda, a pesar de una disminución en un periodo, son un legado que no se erosionará ni se eliminará porque ha prestado atención a los sectores más pobres de la sociedad. El legado de Chávez en América Latina nunca desaparecerá. Los sindicatos regionales no solo no se han debilitado, sino que también se han fortalecido.

Si bien la derrota del partido gobernante en las elecciones parlamentarias venezolanas fue muy importante y afectó el futuro de la izquierda, especialmente en Brasil, Ecuador y Bolivia, pero no se le puede describir como el fin del izquierdismo y el socialismo en la región. Los tres componentes de la nueva izquierda, es decir, la justicia, el idealismo y el colonialismo, aun residen en el socialismo de la indígena izquierda de América Latina, y cada vez que las políticas neoliberales logran resolver los problemas de estos países, el socialismo, debido a su mayor similitud con la gente de esta región, vuelve muy pronto.

Si, una vez más, una persona puede lograr popularidad a través de las ideas socialistas y centradas en la justicia de esta región, entonces ya no habrá ninguna oportunidad para los pensamientos derechistas y liberales. Los pueblos de América Latina han saboteado el sabor de la independencia de los EE.UU  y por lo tanto las ideas del liberalismo ya no pueden controlarlos por completo.

Hasta el momento, los partidos de la derecha, con el apoyo de los medios de comunicación, financiero y político de los EE.UU, han sido los principales ganadores de la frustración económica y social en América Latina. Muchos en la región esperan que el cambio político o la reconstrucción de las políticas existentes la búsqueda de campañas anticorrupción más efectivas pueda acelerar el crecimiento económico. Pero en un futuro no muy lejano, los derechistas no podrán responder a estos problemas porque ellos mismos han sido la causa de las dificultades de las sociedades latinoamericanas.