Abr 25, 2016 19:41 UTC

Saludos a todos los estimados oyentes. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales de EE.UU.


La semana pasada, el presidente estadounidense, Barack Obama, se opuso a la intervención de su país en la guerra en Siria y la calificó de un gran error. Obama durante su viaje a Arabia Saudí y en respuesta a los que critican no haber enviado fuerzas estadounidenses a Siria, declaró que EE.UU. ya ha escarmentado en las guerras en Irak y Afganistán; Consideró también que intervenir en otra guerra como en Siria sería una actitud no inteligente, lo cual haría que EE.UU. cometa un gran error. Previamente, Obama había calificado como malo el manejo de la crisis en Libia después de que se derrocara al exdictador Muammar Gadafi, incluso lo  consideró el peor error que había cometido durante su mandato, el cual fue el resultado de la intervención militar de EE.UU. y sus aliados en 2011 en este país árabe. El derrocamiento de Gadafi, además de  conllevar el vacío de poder en este país, contribuyó al aumento del tráfico de armas y fortalecimiento de los grupos armados terroristas en el norte de África. Una operación que resultó en el mayor fracaso de inteligencia de Washington durante los últimos años. Además cuatro diplomáticos y el embajador de EE.UU. entre otros, murieron durante el asalto al consulado de este país en Bengazi. Sin embargo, Libia no fue el primer país que sufrió una intervención militar de Occidente en medio de violencia y conflictos. Anteriormente, bajo la  denominada “lucha contra el terrorismo”, EE.UU. se embarcó en guerras a miles kilómetros lejos de sus fronteras. EE.UU. y sus aliados atacaron Afganistán en 2001, después del atentado del 11-S, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo. Irak también fue blanco de los ataques de EE.UU. en 2003 con un pretexto similar. Esto ocurre mientras que Washington ha gastado más de un billón de dólares del presupuesto de los contribuyentes de sus ciudadanos en la guerra de Afganistán e Irak, además, miles de tropas y decenas de miles de civiles de Estados Unidos han perdido la vida. Sin embargo, pese a los excesivos gastos financieros y las fuertes bajas militares, EE.UU. nunca ha logrado ser un país seguro.       


 


La semana pasada, el supuesto rol de Arabia Saudí en los atentados del 11-S de 2001 en EE.UU. provocó una gran polémica. Mientras que, por un lado, exigen la publicación del informe clandestino del Comité de Investigación del Congreso sobre la probable intervención de Riad en el atentado 11-S y, por otro, el Congreso estadounidense intenta bloquear una parte de los bienes de Arabia Saudí en EE.UU., se han escalado las tensiones entre los dos antiguos aliados. El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Paul Rayan, solicitó el pasado martes que se revisara un proyecto de ley que permite a los ciudadanos estadounidenses entablar un juicio contra Arabia Saudí. Las familias de las víctimas del atentado del 11-S, planteando el tema de los apoyos financieros de los saudíes al terrorismo, intentan condenar a la familia real, a los bancos saudíes y a las entidades benéficas de este país. Sin embargo, estos intentos han quedado sin resultado, debido a la ley aprobada en 1976 que aporta a los países extranjeros  inmunidad ante probables querellas en los tribunales de EE.UU. Por otro lado, Raid ha advertido a EE.UU. de que si aprueba ese proyecto de ley por el cual la corte estadounidense puede inculpar al Gobierno saudí por los atentados del 11-S, Riad sacará a subasta cientos de mil de millones de dólares de sus inversiones y bienes en EE.UU. hasta retirar todos sus activos del país norteamericano.


 


La semana pasada, se intensificaron las presiones a la Casa Blanca para desclasificar los documentos que revelarían la supuesta intervención de Arabia Saudí en los atentados del 11-S de 2001. Cabe mencionar que en un informe oficial publicado en 2003 en cuanto al atentado citado, han sido suprimidas 28 páginas relacionadas a la supuesta participación de Arabia Saudí en estos atentados. Estos documentos conocidos como las 28 páginas censuradas han sido clasificados bajo la excusa de la seguridad nacional. Mientras, el Gobierno estadounidense está bajo gran presión por ocultar el papel que probablemente ha desempeñado Arabia Saudí en los atentados del 11-S. Además la Corte Suprema de EE.UU. confirmó el pasado miércoles que los tribunales de este país pueden llevar adelante los procesamientos judiciales a favor de las víctimas de los llamados Delitos de Terrorismo, y pagar los daños de las víctimas con los bienes bloqueados a Irán. Irán consideró este veredicto una violación a los derechos internacionales y un robo a los bienes de su país.




La semana pasada, según los resultados de las elecciones primarias a la presidencia de EE.UU. realizadas en el estado de Nueva York, Hilary Clinton y Donald Trump se acercaron un paso más hacia la candidatura final de sus respectivos partidos, Demócrata y Republicano. Conforme con encuestas publicadas, en las elecciones que fueron llevadas a cabo durante la semana pasada, los dos precandidatos favoritos demócrata y republicano consiguieron superar a sus rivales cada uno en su propio partido. Hilary Clinton con 58 % de los votos, logró 135 de las representaciones  estatales de un total de 247 en la Convención Nacional de los Demócratas. Trump con 60 % de los votos, consiguió 89 escaños de un total de 95 en la Convención Nacional de los Republicanos. Según este resultado, Clinton posee 1918 votos en la Convención Nacional de los Demócratas y Trump tiene 844 votos en la Convención Nacional de los Republicanos. Los resultados de las primarias en el estado de Nueva York indican que Clinton tiene casi el camino allanado para llegar a ser la primera candidata femenina en la historia de las elecciones presidenciales de EE.UU. En el caso de que Clinton consiga solo 26 votos en los estados que faltan, alcanzará el quórum de 2383 votos necesarios en la Convención Nacional de los Demócratas. Mientras que su rival, Bernie Sanders, necesita más del 70 % de los votos en otros estados. Ahora bien, entre los republicanos, Trump cuenta con 844 votos, Ted Cruz con 543 y John Kasich con 147 votos en la Convención Nacional de los republicanos. Cada uno de los precandidatos republicanos necesita 1237 votos para llegar a ser el candidato final de su partido. Por tanto, a Trump le falta más del 53% de los votos que podría acceder en el resto de los estados y lograr el quórum.  


 


Estimados oyentes, hemos terminado el programa de hoy y nos despedimos de todos Uds. hasta la próxima semana.