Dic 26, 2018 12:27 UTC

ParsToday-. Con motivo de los cuarenta años de la Revolución Islámica de Irán, hemos elaborado un programa especial sobre este tema. Hoy trataremos el papel de la Revolución Islámica en resaltar el lugar de la religión sobre la apariencia de las revoluciones y los levantamientos populares. Ahora, les invitamos a que nos acompañen como siempre.

En este programa estudiaremos las características distintivas de la Revolución Islámica de Irán con otras revoluciones en el ámbito internacional.

 

Como recordarán en el programa anterior hablamos sobre los aspectos que diferencian a la Revolución Islámica de Irán de otras revoluciones importantes en el mundo, y les hemos contado que esta revolución tiene ciertos factores y características que no se pueden clasificar junto con otros eventos importantes del siglo XX, haciéndolo más distinto y más prominente que otras revoluciones. También, les hemos contado que la Revolución Islámica de Irán en febrero de 1978, aparte del derrocamiento de la tiranía monárquica de 2500 años en Irán, hizo cambios en las teorías revolucionarias y, con su aparición se planteó una cuarta generación de teorías revolucionarias que tacha a las anteriores teorías. Antes de la Revolución Islámica de Irán, las teorías entendían que las causas de la aparición de la revolución se centraban principalmente en cuestiones económicas, psicológicas y estructurales. Estas teorías no tenían en cuenta el papel de la religión en los procesos de las revoluciones, e incluso creían que los países del Tercer Mundo se estaban moviendo hacia una separación de la religión con el estado y la sociedad. Pero, la Revolución Islámica de Irán, a finales de la década de 1970 destacó el papel de la religión en su proceso revolucionario, y esta es la principal diferencia en cuanto a las teorías de las revoluciones. El triunfo de la Revolución Islámica de Irán con fuertes raíces y tendencias religiosas fue, de hecho, el rechazo de una serie de teorías y pensamientos occidentales que intentaban indicar que, la separación de la religión de la política, era la tendencia dominante de la época sobre el mundo político. Estas teorías se pueden dividir en dos grandes categorías de ideas en las escuelas del renacimiento y, los estudios marxistas.

 

 

Los teóricos de la Escuela del Renacimiento intentaron demostrar que las manifestaciones de la tradición, una de las cuales es la religión, pronto serían reemplazadas por la manifestación de la modernidad. Este grupo creía que la religión, incluso si continuaba existiendo, sería un asunto completamente personal. Por lo tanto, los países se están moviendo hacia la modernidad porque la modernidad está en conflicto con la tradición y, sobre esta base, la sociedad se aleja de la religión. Según ellos, tal proceso ha tenido lugar en las sociedades occidentales y ha sido la fuente del cambio revolucionario, y esto es lo que debería ocurrir en otras sociedades, especialmente en las del Tercer Mundo, que se encuentra en desarrollo y modernización. Entre los que creían esta teoría, se encontraba Daniel Lerner, quien en su libro titulado El Paso de la Sociedad Tradicional, estudió la teoría de la modernización en seis países: Irán, Turquía, El Líbano, Siria, Egipto y Jordania, él cree que, con la expansión de la urbanización y la alfabetización en estas sociedades, la religión que pertenece a la sociedad tradicional será marginada y será un asunto totalmente personal, el cual no tendrá un lugar en la sociedad ni en el gobierno. Desde el punto de vista de Lerner, la religión y los valores religiosos son un obstáculo para el desarrollo de los países y, en consecuencia, de la modernización, el crecimiento económico y de la acumulación de capital en los países. De manera que otras áreas socioculturales se verán afectadas y, al establecer una democracia en la forma de los sistemas occidentales, la religión y los valores religiosos también perderán la fuerza. Este tipo de pensamiento fue influenciado por las teorías evolucionistas del siglo XIX y las teorías funcionalistas de las décadas de 1950 y 1960, representadas por conocidos teóricos como Rowstow, Almond y Powell. Por supuesto, el proceso de los acontecimientos en los países estudiados por Daniel Lerner demostró todo lo contrario de su teoría. Puesto que, en Irán, la Revolución Islámica tuvo como eje central a la religión e incluso dirigida por líderes religiosos. En Turquía, los islamistas tomaron el poder, en Egipto y el Líbano surgieron fuertes movimientos islámicos. Estas condiciones, especialmente con la aparición de la Revolución Islámica de Irán y la formación de movimientos y grupos islámicos impulsados por la Revolución Islámica, rechazaron la teoría de la modernización y el desarrollo y las consecuencias naturales de la modernización basada en la separación de la religión de la política.

 

El segundo grupo son los teóricos que, desde un punto de vista político, tienen un papel conservador para la religión y la consideran como una herramienta de control para los gobiernos. Los marxistas se encuentran en esta categoría y creen que la religión es una herramienta en manos de la clase dominante. Para ellos la religión no tiene ningún papel revolucionario, y la consideran marginal y secundaria. Los marxistas en el análisis de las revoluciones solo prestan atención a la estructura clásica de la sociedad. Los marxistas creen que, en una situación revolucionaria, la lucha de clases se intensifica. Y el aparato represivo de la clase dominante cae y la supremacía religiosa pierde su credibilidad. Por lo tanto, la victoria de la revolución en Irán, centrada en la religión chií, anuló prácticamente estas teorías. Por tanto, los marxistas hicieron un gran esfuerzo para demostrar que la Revolución Islámica de Irán también tenía un papel "central" en la economía y no en la religión. Los marxistas también intentaron presentar la Revolución Islámica de Irán como una revolución "no religiosa", pero finalmente fracasaron, y un teórico notable como Theda Skocpol, que tenía una visión marxista de la aparición de revoluciones, reformó su teoría y reconoció el defecto que se encuentran en el punto de vista marxista.

 

Los que han estudiado el papel de la religión en las revoluciones y la movilización social consideran tres papeles importantes para la religión: el papel de la religión en el aumento de la participación de la gente durante la revolución, el papel de la religión en la creación de insatisfacción con la situación que se vivía en aquella época y, también el papel de la religión en la creación de afinidad en la identidad nacional en el ambiente postrevolucionario. Curiosamente, la religión desempeñó los tres roles en el surgimiento de la Revolución Islámica de Irán y en el ambiente postrevolucionario, y dejó un efecto insustituible en el resultado de esta revolución. Además, la religión no solo fue el factor más importante para vincular a las personas contra el sistema de monarquía iraní, sino que los líderes religiosos también dirigieron, movilizaron y organizaron la insatisfacción de la gente. Aunque los diversos estratos de la sociedad iraní estuvieron involucrados en la revolución islámica, la base principal de la lucha contra el régimen de Pahlavi fueron dos centros: las mezquitas y los seminarios religiosos, ambos dirigidos por los clérigos y los líderes religiosos. Los lemas religiosos también desempeñaron un papel en la creación de cohesión popular y coherencia entre los pueblos contra el régimen de Pahlavi. Las consignas como la justicia, la anti arrogancia, el islamismo, los valores humanos, el apoyo a los oprimidos e incluso la consigna de la liberación están arraigados en el islam chií. Por lo tanto, la religión y los religiosos desempeñaron un papel importante en la expansión de la participación popular y en la difusión de la insatisfacción de las masas contra el régimen de Pahlavi y, finalmente, en 1979, en Irán, se produjo la Revolución Islámica.

 

Después de la Revolución Islámica, la religión también fue un factor efectivo en el "progreso". El papel de la religión en las interacciones y las relaciones sociales con la gente ha aumentado considerablemente; de modo que la religión y las ceremonias religiosas se han convertido en un factor para formar reuniones populares únicas, como las que se producen anualmente en la década de Muharram, y que fue un factor decisivo en la formación del espíritu de confianza en sí mismo entre los iraníes luego de la revolución. Después de la victoria de la Revolución Islámica, los enemigos de esta revolución, encabezado por EE.UU., llevaron a cabo varias medidas para derrotarla, pero la fe en Dios hizo que el pueblo iraní tenga esperanza en hacer fracasar estas medias, y gracias a Dios ha sido así hasta ahora. Además, la religión fue un factor en el progreso de la sociedad iraní después de la revolución. Este progreso se ve en todas las áreas. En la sociedad occidental, el propósito de la racionalidad es la racionalidad instrumental, y la razón y el pensamiento solo desempeñan un papel en la determinación de las herramientas para el progreso, y los objetivos no se determinan a través de la razón y el pensamiento. De hecho, se hace una mirada "minimalista" hacia la razón y el pensamiento. Mientras que, en la opinión del chiismo, el hombre tiene dos aspectos: esta vida y la otra vida. La racionalidad en la perspectiva islámica también define la filosofía de la vida y ajusta la moralidad y determina los medios para alcanzar la excelencia y el progreso humano. Por lo tanto, la religión es la causa del progreso humano, tanto en el mundo como en el más allá.

 

La religión ha desempeñado un papel importante en el avance científico de la sociedad iraní durante las cuatro décadas transcurridas desde la Revolución Islámica de Irán. Después de la revolución, Irán intentó avanzar hacia la "autoridad científica" en la región y en el mundo. El ayatolá Jamenei, líder supremo de la Revolución Islámica de Irán, señaló: "No debemos sujetarnos a la locomotora occidental en la cuestión científica". El progreso científico de Irán, especialmente en áreas como la nuclear, la nanotecnología, las células madre y la medicina, se produjo bajo las condiciones de sanciones contra nuestro país, pero el uso de conceptos y enseñanzas coránicos y la fe en Dios fortalecieron la voluntad y la autoconfianza de los jóvenes de Irán para lograr el progreso científico. Mientras tanto, la religión ha fortalecido la espiritualidad en la vida y las relaciones sociales del pueblo de Irán después de la revolución. La presencia apasionada del pueblo iraní en ceremonias y festividades religiosas como Ashura y Arbaein, así como en las oraciones de los viernes que se realizan cada semana en las mezquitas del país, no solo ha llevado a la expansión de la cohesión nacional y al crecimiento del capital social, sino que también, trata de que la gente en Irán después de la revolución, a medida que avanzan en el curso del progreso material, también consideran la vida espiritual y vida en el otro mundo.

 

 

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