Mar 20, 2019 08:02 UTC

ParsToday-En el programa de hoy revisamos los puntos de vista de Jeffrey Roger Goodwin sobre la Revolución Islámica de Irán.

Jeffrey Roger Goodwin es uno de los teóricos que trabaja en el campo de las revoluciones, especialmente la Revolución Islámica de Irán. Goodwin, profesor de sociología en la Universidad de Nueva York, estudia los movimientos sociales, las revoluciones y el terrorismo, y sus investigaciones más recientes se centran en el terrorismo. Goodwin es una de las figuras científicas cuyos puntos de vista e ideas han sido afectados por la Revolución Islámica de Irán. Goodwin, que aprovecha las ideas de Nikki Kadi para examinar la Revolución Islámica de Irán, se encuentra entre los teóricos de la cuarta generación de la Revolución Islámica junto con otros investigadores como John Furan, Crowley y Jack Goldston.

 

Las teorías de la primera a la tercera generación de la revolución no prestan atención al factor humano ni al papel de actores como los líderes, descuidando este importante factor que también condujo al surgimiento de una nueva generación de teóricos sobre la revolución, es decir, la cuarta a la que pertenece Jeff Goodwin. Este teórico se centra en el papel de la intermediación, la ideología y el progreso del proceso revolucionario. Esta generación de teóricos destaca la necesidad de examinar el proceso revolucionario y muestra las consecuencias del surgimiento de conflictos revolucionarios. Para los teóricos de la cuarta generación de la revolución, el proceso de análisis de las revoluciones comienza desde las raíces del estallido del movimiento y continúa hasta sus consecuencias. Estos teóricos señalan una serie de cuestiones importantes, incluida la relación entre el agente y la cultura, y de la cultura y la ideología.

 

Jeff Goodwin, al analizar la relación entre la estructura y el agente, considera que este nexo es mutuo. Al respecto, afirma que, al igual que las estructuras crean y producen los agentes, estos también producen estructuras, de modo que ambos se refuerzan y reproducen mutuamente. En otras palabras, se puede considera la visión de Geoff Goodwin sobre la relación entre la estructura y el agente, entre los puntos de vista de teóricos del "estructuralismo" de las relaciones internacionales. Los estructuralistas, incluido Alexander Wendt, creen que la estructura y el agente tienen un efecto mutuo, y a medida que el agente construye la estructura, la estructura también afecta el comportamiento del agente. Los estructuralistas forman parte también de la nueva generación de teóricos en las relaciones internacionales que crean un puente entre los racionalistas y los postestructuralistas.

 

Sobre el impacto mutuo de la estructura y el agente durante el proceso de la Revolución Islámica de Irán y después de esta, Jeff Goodwin cree que, al igual que la estructura en Irán antes de la revolución fue destruida por las acciones del agente gubernamental, así como por el agente no gubernamental, especialmente los clérigos y los intelectuales, después de la Revolución Islámica, el agente gubernamental también tiene un serio impacto sobre la formación de la estructura, la cual influye en el rendimiento y el comportamiento del agente. Goodwin, amén de aprovechar las opiniones de Teda Skachpol y John Foran para criticar el desempeño del régimen de Pahlavi y considerar que su actitud preparó el terreno para el surgimiento de la Revolución Islámica, indica a los grupos de clérigos e intelectuales de clase media como agentes clave de la Revolución Islámica.

 

Al respecto, Goodwin afirma: “Trabajadores industriales, huelguistas, comerciantes y trabajadores de la industria bajo la presión de la economía de mercado, estudiantes, empleados gubernamentales, mujeres y hombres de la clase media baja figuran entre los asistentes y participantes en el proceso de formación de la Revolución Islámica de Irán”.

 

 

Agrega que “la gente no se levanta en las sociedades más pobres y en los tiempos de mayores dificultades, y cuando la gente se levanta e incluso ocurren los movimientos revolucionarios tremendos, no siempre pueden sacar al gobierno, a menos que puedan aprovechar las oportunidades brindadas para derrocar al gobierno”. Jeff Goodwin también menciona la influencia de la cultura y el gobierno. Además de considerar la influencia mutua de la estructura y el agente como un factor en la formación de la Revolución Islámica, presenta también a la religión como una fuerza revolucionaria en Irán.

 

En esta misma línea, Goodwin, en una parte de sus teorías sobre la Revolución Islámica de Irán, que presenta junto con Mustafa Amirbayer, afirma que solo los factores estructurales no dieron forma a la Revolución Islámica, sino que, de hecho, la raíz de esta revolución fue la conversión de la religión chií en una fuerza revolucionaria. El eje central en la opinión de Goodwin y Amirbayer radica explícitamente en que después de la Revolución Islámica aumentó cada día la importancia de los factores culturales en el surgimiento, el proceso y los resultados de las revoluciones. Amirbayer y Goodwin anuncian que “actualmente la mayoría de los académicos coincide en que la visión teórica de los analistas de la tercera generación de las teorías de la revolución debe reconstruirse fundamentalmente mediante la combinación de la cultura y los agentes como fuerzas explicativas potenciales independientes”.

 

Según Amirbayer y Goodwin, la teorización más apropiada de la revolución debería tener elementos estructurales, culturales, psicológicos y de agentes. Sobre esta base, intentan redactan su propio marco analítico. Estos dos investigadores enfatizan que su marco analítico no es una teoría, sino una estrategia analítica integral o un nuevo paradigma que muestra cómo los recursos, los productos básicos e incluso las situaciones pasan a través de redes interactivas particulares durante la revolución. La visión de Amirbayer y Goodwin muestra que la Revolución Islámica de Irán ha tenido profundos efectos en la introducción de la cultura y las categorías culturales en las teorías revolucionarias, y al mismo tiempo ha reformado las teorías existentes y ha contribuido además en la presentación de nuevas teorías. Goodwin sostiene que la dimensión cultural y la ideología de los gobiernos, así como los movimientos sociales, deben considerarse seriamente en los futuros estudios de la revolución.

 

De acuerdo con Goodwin, incluso después de la victoria de la Revolución Islámica, la influencia del agente y la estructura es mutua. En 1993, Goodwin, junto con John Foran, examina la Revolución iraní en un artículo titulado "Las consecuencias de la revolución en Irán y Nicaragua".

 

De hecho, uno de los puntos resaltantes de la investigación de Jeff Goodwin sobre la Revolución Islámica de Irán es que llevó a cabo estos estudios junto con personas como John Foran y Mustafa Amirbayer, quienes estaban parcialmente conscientes del proceso de formación de la revolución en Irán. Goodwin y John Foran señalan que, con el inicio de la Revolución Islámica en Irán, se puso en marcha la reconstrucción de las instituciones gubernamentales en el marco islámico y el establecimiento de un sistema legislativo bajo la supervisión de la religión.

 

Por supuesto, hay una crítica seria sobre algunas de las opiniones de Jeff Goodwin sobre la formación de la Revolución Islámica, así como del Irán después de la revolución. La primera crítica contra su punto de vista se refiere al papel de los clérigos en el surgimiento de la Revolución Islámica. Él cree que los clérigos se aprovecharon de la insatisfacción del pueblo para formar una coalición antigubernamental y prepararon así el terreno de la revolución a fin de reemplazar a los antiguos agentes en Irán. Mientras tanto, el pueblo iraní aceptó a los clérigos como líderes independientes y críticos de la situación existente en el régimen de Pahlavi, y de alguna manera surgió una afinidad y cercanía entre la gente y los clérigos, de modo que la gente se unió a los clérigos en la lucha contra el régimen de Pahlavi.

 

Otro tema es que, según Jeff Goodwin, en el nuevo sistema político y en el Irán después de la Revolución Islámica, el clero formó la nueva estructura del poder y las principales fuerzas políticas de Irán fueron marginadas. Esta opinión se deba más que todo a la ignorancia de Goodwin del ambiente político en Irán después de la revolución, porque, de hecho, el poder se distribuyó en el ambiente político de Irán después de la revolución, e incluso los primeros gobernantes iraníes fueron liberales. En las próximas décadas, el clero ha aumentado su presencia junto a otras fuerzas políticas, y la fuerza de los clérigos en el poder ejecutivo también se debe a la elección de la gente en un proceso democrático a través de las urnas.

 

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