Mar 24, 2019 08:07 UTC

ParsToday-En el nombre de Dios, todopoderoso. Bienvenidos a nuestro programa semanal "Camino hacia la luz" en el que le presentamos una explicación fluida y fácil de entender las aleyas del Sagrado Corán.

Primero leemos las aleyas 75 y 76 de la sura de Sad:

قَالَ يَا إِبْلِيسُ مَا مَنَعَكَ أَنْ تَسْجُدَ لِمَا خَلَقْتُ بِيَدَيَّ أَسْتَكْبَرْتَ أَمْ كُنْتَ مِنَ الْعَالِينَ

Dijo: Iblis! ¿Qué es lo que te ha impedido prosternarte ante lo que con Mis manos he creado? ¿Ha sido la altives, la arrogancia?(75:38)

قَالَ أَنَا خَيْرٌ مِنْهُ خَلَقْتَنِي مِنْ نَارٍ وَخَلَقْتَهُ مِنْ طِينٍ

Dijo: Yo soy mejor que él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él le creaste de arcilla. (76:38)

La semana pasada dijimos que, según el mandamiento de Dios, todos los ángeles, sin demora, se postraron ante Adán, el primer ser humano, a excepción de Iblis o Lucifer, que era de una especie de genio y que se convirtió en Satanás por disputar el mandamiento divino.

 

Aquí en las aleyas que te recitamos ahora, Dios pregunta a Iblis por qué no se postra como se lo ordenó. ¿Es por arrogancia? ¿Eres superior a lo que Dios ha creado?

 

Iblis, en lugar de reconocer su acto de desobediencia o expresar arrepentimiento, responde con arrogancia de que él mismo es superior ya que fue creado a partir del fuego, mientras que Adán fue creado a partir de barro.

 

Está claro que lo que Iblis está diciendo es una mera conjetura que carece de una base lógica para probar que el fuego es superior a la arcilla. Además, cuando Dios ha ordenado a todos que se postren, Iblis no tiene excusa y está claramente desobedeciendo las órdenes divinas. Otro punto importante es que Dios ha inspirado en Adán el espíritu divino, lo que significa que la humanidad es superior a la esencia de todas las criaturas, incluidos los ángeles.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

El criminal debe tener la oportunidad de explicar los motivos de su crimen.

 

La creación del hombre es distinta de otros seres, ya que todas las criaturas, ya sean animadas o inanimadas, incluidos los ángeles celestiales y los genios invisibles, no han sido otorgados a altos rangos de seres humanos, a quienes se les ha otorgado el don del intelecto.

 

Ningún argumento irracional puede enfrentarse al mandamiento divino.

 

La arrogancia, las tendencias racistas y la suposición de superioridad sobre los demás son parte de los pensamientos y comportamientos satánicos.

 

Ahora leemos las aleyas 77 y 78 de la sura de Sad:

قَالَ فَاخْرُجْ مِنْهَا فَإِنَّكَ رَجِيمٌ 

Dijo: ¡Sal de aquí! ¡Eres un maldito! (77:38)

وَإِنَّ عَلَيْكَ لَعْنَتِي إِلَى يَوْمِ الدِّينِ 

 

¡Mi maldición te perseguirá hasta el día del Juicio!(78:38)

 

Dios Todopoderoso, que como prueba le permitió al genio Iblis unirse a la compañía de los ángeles, lo expulsa como la maldición de Satanás, debido a la desobediencia del mandamiento divino. El relato de Iblis es como el de un escalador de montañas que no llega a la cima y en un momento de negligencia cae en el abismo. Además de ser expulsado de la Corte Divina, la maldición de Dios estará en Iblis el Satán hasta el Día de la Resurrección.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

La arrogancia y el orgullo no son más que privarse de la misericordia de Dios y de sus bendiciones.

 

Es necesario que los elementos indeseables y los que se rebelan contra las reglas de Dios sean expulsados de la sociedad.

 

Los elementos satánicos que son celosos y arrogantes, y que nunca se arrepienten de sus pecados, deben enfrentar las consecuencias de sus delitos.