Jun 30, 2019 08:02 UTC

ParsToday-En el nombre de Dios, todopoderoso. Bienvenidos a nuestro programa semanal "Camino hacia la luz" en el que le presentamos una explicación fluida y fácil de entender las aleyas del Sagrado Corán.

Comenzamos la explicación de las aleyas 33 y 34 de la sura de Los grupos:

وَالَّذِي جَاءَ بِالصِّدْقِ وَصَدَّقَ بِهِ أُولَئِكَ هُمُ الْمُتَّقُونَ

Quienes traen la Verdad y la confirman, ésos son los temerosos de Alá.(33:39)

 

 

لَهُمْ مَا يَشَاءُونَ عِنْدَ رَبِّهِمْ ذَلِكَ جَزَاءُ الْمُحْسِنِينَ

 Tendrán junto a su Señor lo que deseen- ésa será la retribución de quienes hacen el bien-(34:39)

 

En el día de la Resurrección, las personas se dividen en dos grupos: los creyentes y los incrédulos. En la última aleya del programa de la semana pasada, se mencionó el destino de los adoradores de ídolos y cómo su obstinación los lleva a los fuegos del infierno, debido a su negativa a valerse de la Misericordia de Dios para realizar la verdad y arrepentirse. Las aleyas que les recitamos ahora son sobre los verdaderos creyentes y su reconocimiento de haber escuchado la verdad y creer en ella. Estos son los que siempre están conscientes de Dios y se abstienen de los pecados. Su fe está muy arraigada y se refleja en su discurso y comportamiento. Promueven la religión y nunca se entregan a ningún tipo de hipocresía.

 

Los verdaderos creyentes son recompensados con la dicha eterna del paraíso, donde se les proporcionarán placeres materiales y espirituales legítimos.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1.    La verdad en el habla y el comportamiento refleja la fe en el corazón.

 

2.    Solo el que practica sinceramente los principios religiosos puede promover adecuadamente las enseñanzas dinámicas del Islam, de lo contrario puede tener resultados negativos.

 

3.    La dicha eterna del paraíso es la recompensa para los verdaderos creyentes.

 

4.    Piedad y buena voluntad son dos palabras de uso común en el Sagrado Corán que están relacionadas entre sí.

 

 Ahora escucharán la aleya 35 de la sura de Los grupos:

 

لِيُكَفِّرَ اللَّهُ عَنْهُمْ أَسْوَأَ الَّذِي عَمِلُوا وَيَجْزِيَهُمْ أَجْرَهُمْ بِأَحْسَنِ الَّذِي كَانُوا يَعْمَلُونَ

que Alá borre sus peores obras y les retribuya con arreglo a sus mejores obras.(35:39)

 

Los virtuosos y los piadosos siempre suplican a Dios Todopoderoso que perdone sus faltas y defectos, e incluso los pecados que han cometido debido a la ignorancia y que ahora se han arrepentido. Dios, el Misericordioso acepta sus súplicas de perdón y les otorga la mejor recompensa por las buenas obras que han hecho.

 

Debe recordarse que la virtud no significa infalibilidad o protección contra cualquier tipo de error y pecado. Dado que el hombre está obligado a errar, en el momento en que se da cuenta de la gravedad de la fechoría y se arrepiente al buscar el perdón en la Corte Divina, el Señor Misericordioso lo absuelve de sus faltas. Aquí, la piedad actúa como un escudo para proteger a una persona de cometer pecados deliberadamente al ser presa de las tentaciones del diablo. En el momento en que se cae el escudo de la piedad, los deseos carnales y las tentaciones satánicas se apoderan de tales personas desprotegidas. Para los penitentes, que se arrepienten de sus malas acciones, el Señor Misericordioso los perdona y los recompensa por sus buenas acciones.

 

De esta aleya aprendemos que:

 

1.    Lo que es importante es la intención y el motivo de una persona para hacer el bien y evitar actos pecaminosos.

 

2.    Cuando nos limpiamos de la inmundicia de las malas acciones, la Divina Misericordia nos exime de nuestros errores abriendo las puertas de las recompensas.

 

Ahora, escucharán las aleyas 36 y 37 de la sura de Los grupos:

أَلَيْسَ اللَّهُ بِكَافٍ عَبْدَهُ وَيُخَوِّفُونَكَ بِالَّذِينَ مِنْ دُونِهِ وَمَنْ يُضْلِلِ اللَّهُ فَمَا لَهُ مِنْ هَادٍ

¿No basta Alá a Su siervo? Quieren intimidarte con otros fuera de Él. Pero aquél a quien Alá extravía, no podrá encontrar quien le dirija.(36:39)

 

وَمَنْ يَهْدِ اللَّهُ فَمَا لَهُ مِنْ مُضِلٍّ أَلَيْسَ اللَّهُ بِعَزِيزٍ ذِي انْتِقَامٍ 

Y a aquél a quien Alá dirija, nadie podrá extraviar. ¿Acaso no es Alá poderoso, vengador?(37:39)

 

Esta aleya, aunque se dirige directamente al profeta Mohamad (saludos sean para él y sus descendientes), es para todos los creyentes y la seguridad de Dios contra los planes de los incrédulos. Significa decir: No te preocupes por las amenazas de los incrédulos y sus intentos de asustarte, ya que Dios es tu Protector y los que se han extraviado no pueden hacer nada. Es Dios quien salvó al profeta Abraham (S) de quemarse en el fuego, a Moisés del peligro del malvado Faraón y el profeta Jesús de ser crucificado.

 

La siguiente aleya habla de la Guía Divina y significa que cuando Dios es el Guía, nadie puede desviarlo. Enfatiza que Alá Todopoderoso es el vengador y castiga a quienes atormentaron a los profetas o los martirizaron.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1.     Un verdadero creyente tiene una fe profunda en Dios y no le teme a nada, incluidas las amenazas y los complots.

 

2.    Aquellos a quienes Alá ha dejado en su camino de extravío debido a su intransigencia y rechazo a aceptar la verdad, nunca siguen el camino correcto.

 

3.    Alá es el Guía Supremo y castigará a quienes atormentan y torturan a los Profetas, así como a los verdaderos creyentes.

 

 

P/MK/RH