Ago 08, 2019 07:53 UTC

ParsToday – Queridos amigos les ofrecemos la segunda parte del espacio “Irán, eje histórico de la diplomacia de la Ruta de la Seda”.

Pese a la cobertura informativa y mediática, así como las amplias inversiones, lanzadas por China en relación con la iniciativa Ruta de la Seda, hay muchos desafíos y ambigüedades sobre los detalles y la forma de ejecutar este plan, los cuales abordaremos en el programa de hoy. Los retos respecto a la entrada en vigor del proyecto Ruta de la Seda incluyen: la conclusión de acuerdos aduanales y preferenciales; diferendos territoriales y fronterizos entre los países ubicados en la Ruta de la Seda; desafíos de seguridad como el terrorismo y extremismo; la existencia de proyectos rivales de la Ruta de la Seda; débil supervisión y retos medioambientales.

El primer reto de la ejecución de la Ruta de la Seda se refiere a la conclusión de acuerdos aduanales y preferenciales. Debido a diferencias culturales, económicas y políticas, así como la carrera armamentista entre algunos de los países ubicados en la Ruta de la Seda, resultaría muy difícil y tomaría tiempo adoptar decisiones comunes. Asimismo, hay más de 65 países en la Ruta de la Seda con sus típicas características raciales, religiosas, culturales, económicas y políticas, lo que dificulta la convergencia entre ellos en un gigantesco proyecto económico.  Entre algunos de ellos ha habido desde tiempos lejanos diferendos fronterizos y étnicos, lo que enfrenta la cooperación regional con obstáculos.

El segundo reto de la materialización de la Ruta de la Seda se refiere a los diferendos territoriales y fronterizos entre los países ubicados en esta ruta, especialmente entre Afganistán, Paquistán y La India. A modo de ejemplo, parte del proyecto del Corredor Económico China-Paquistán atraviesa también el territorio de Cachemira, cuyo control se disputa entre La India y Paquistán. Nueva Delhi considera la inversión china en los proyectos infraestructurales en Cachemira en el marco de la iniciativa Un Cinturón- Una Ruta como un posicionamiento de Pekín ante los asuntos internos de la provincia de Jammu y Cachemira. La India afirma que la cooperación económica de Paquistán con China en Cachemira ignora abiertamente el Acuerdo de Shimla, firmado en julio de 1972 entre La India y Paquistán y en el que se estipula que los problemas de Jammu y Cachemira deben resolverse con la presencia de ambos países.

El tercer desafío de la implementación del proyecto Ruta de la Seda se refiere a los retos de seguridad. La presencia de fuerzas terroristas takfíríes como el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Afganistán ha intensificado este reto. Este asunto es tan importante que los medios chinos informaron en septiembre de 2018 que China había comenzado a construir su primera base militar en territorio afgano cerca de la frontera común de ambos países y que desplegaría cientos de militares en esa zona. Autoridades castrenses chinas también anunciaron que, para combatir al terrorismo, China había empezado, con su propio dinero, a construir la primera base de entrenamiento en la zona de Wakhan, en la provincia afgana de Badakhshan. El aumento de las inquietudes de seguridad de los chinos en los últimos años se debe a dos acontecimientos importantes: El primero es la escalada de desacuerdos dentro del grupo de los talibanes, lo que ha dividido a esta corriente y, por consiguiente, ha complicado más que nunca los asuntos de seguridad de Afganistán.

El segundo acontecimiento es la infiltración del grupo Daesh en Afganistán y el Asia Central. Contrariamente a los talibanes que son una fuerza local, el EIIL se considera una fuerza extranjera y multinacional que sigue objetivos terroristas transregionales e incluso internacionales, lo que ha llevado a los chinos a creer que Paquistán y el servicio de inteligencia de su Ejército (ISI) ya no pueden, como en el pasado, controlar a las fuerzas extremistas dentro de Afganistán y Paquistán.

El cuarto reto de la ejecución del proyecto Ruta de la Seda se relaciona a los planes rivales de esta ruta comercial. Rivales tan poderosos como Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía, los cuales absorben buena parte de los potenciales, el capital y los recursos de los países situados en la ruta en cuestión.

El quinto reto de la implementación de la Ruta de la Seda se refiere a una eventual supervisión débil sobre su ejecución. Parece ser que China insiste en su compromiso con la ejecución de las normas de supervisión nacionales a la hora de ofrecer préstamos mediante institutos como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (Asian Infrastructure Investment Bank o AIIB). Pero hay informes que apuntan a la corrupción en las inversiones chinas en Asia Central.  Parte de este problema se debe a la falta de transparencia en la mayoría de proyectos. El Banco de Desarrollo de China (CDB, por su sigla en inglés) y el Export-Import Bank de China (China Exim Bank) suelen dar préstamos de poco interés a los gobiernos, los cuales se usan para pagar a las empresas chinas para llevar a cabo marco-proyectos. Por ejemplo, en 2013 se otorgó un préstamo de 385 millones de dólares al gobierno de Kirguizistán para financiar la reconstrucción de la Dirección de Electricidad de Biskek, lo que desató una polémica en el Parlamento kirguís, ya que se les había comunicado que el Exim Bank había impedido una subasta para dicho proyecto de reconstrucción.

El sexto desafío de la ejecución de la Ruta de la Seda son los retos medioambientales. Por ejemplo, en 2012 los habitantes de la zona de Aravan en Kirguistán interpusieron una demanda por un posible daño medioambiental por parte de una compañía de cemento china. En otro caso, una refinería valorada en 300 millones de dólares que   era manejada por los chinos en Kara-Balta en Kirguistán tuvo que suspender temporalmente su actividad tras una manifestación en protesta por la polución originada por la actividad de dicha refinería. Sobre esta base, los países presentes en el proyecto Un Cinturón, Una Ruta deben redactar leyes vinculantes para respetar las normas medioambientales para así reducir las consecuencias medioambientales de este proyecto.

El proyecto de La Ruta de la Seda de china es uno de los más importantes y más extensos que se ha puesto sobre el tapete, en paralelo al inédito crecimiento económico de China en la economía global y al que se ha dado seguimiento desde 2013. Si bien el desafío de la conclusión de acuerdos aduaneros y preferenciales; los diferendos territoriales y fronterizos entre los países ubicados en la Ruta de la Seda; los retos de seguridad derivados del terrorismo y extremismo; la existencia de proyectos rivales de la iniciativa de la Ruta de la Seda; y las repercusiones medioambientales destacan entre los desafíos más importantes de la puesta en marcha de la Ruta de la Seda de China, con una planificación correcta y el uso de potenciales especiales de todos y cada uno de los países ubicados en la Ruta de la Seda se puede vencer los retos arriba mencionados. 

En este contexto, Irán, por su especial ubicación geopolítica y de tránsito, puede facilitar la implementación del proyecto y la convergencia de distintos actores. Si bien tras el declive relativo de la antigua Ruta de la Seda, muchos de los países situados en la misma fueron marginados, Irán sigue desempeñando su destacado papel geopolítico. A diferencia de ciertos países de la región Irán no sufre desafíos de seguridad y representa un foco seguro para el paso de la Ruta de la Seda.

 En el próximo programa vamos a presentar a los rivales de la iniciativa Un Cinturón - Una Ruta.

   

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