Sep 12, 2019 10:27 UTC

ParsToday- En la edición de hoy estudiamos el nuevo estatuto del gobierno de Trump para la detención ilimitada de los niños hijos de emigrantes. Acompáñennos.

La nueva reglamentación definitiva del Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, publicada recientemente, podría provocar perjuicios graves a niños y niñas migrantes que podrán permanecer en centros de detención para inmigrantes de manera indefinida en Estados Unidos. La norma pretende reemplazar el criterio asentado del acuerdo conciliatorio en la llamada causa Flores, que impuso estándares y límites temporales para las detenciones.

Clara Long, subdirectora interina en Washington del Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) dijo que “la detención de menores puede causar traumas psicológicos, pensamientos suicidas y servicios médicos inadecuados que puede resultar peligrosos” y agrega que “ningún período de detención es seguro para los niños y las niñas, y la detención prolongada tiene consecuencias particularmente perjudiciales”.

El principio y requisito fundamental del Acuerdo Flores es que los niños y niñas migrantes que estén detenidos deben ser liberados de la manera más “expeditiva” posible. En cambio, la nueva norma prevé la detención indefinida de los niños y las niñas con sus padres en centros inmigratorios federales mientras sus procesos de inmigración se encuentren en trámite. De este modo, busca revertir una resolución conforme al acuerdo del caso Flores, que dispuso que los niños y las niñas no debían permanecer más de 20 días en centros que no contaran con una habilitación para el cuidado de menores.

Durante una conferencia de prensa que se llevó a cabo el miércoles 21 de agosto, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. Kevin McAleenan, señaló que, en 2014 y 2015, la estadía promedio de las familias detenidas antes de esa resolución era de 50 días.

No obstante, según las investigaciones del Observatorio de los Derechos Humanos, muchas familias permanecieron detenidas por períodos más prolongados durante 2014 y 2015. Esa detención prolongada les dejó graves secuelas psicológicas a los menores. Otros estudios de niños y niñas inmigrantes detenidos también hallaron altas tasas de trastornos por estrés postraumático, depresión y ansiedad, y los psicólogos coinciden en que “incluso una detención breve puede causar trauma psicológico y generar riesgos para la salud mental a largo plazo en los niños y las niñas”.

“El gobierno de EE. UU. sostiene que la detención familiar es necesaria para asegurar que las familias comparezcan ante los tribunales”, señaló Long para luego matizar que “el gobierno no toma ninguna medida para ampliar los programas comunitarios que han ayudado a la liberación de muchas personas de los centros de detención y a su comparecencia ante los tribunales. El gobierno debería estar ampliando esos programas, no buscando maneras de intensificar las detenciones abusivas de niños y niñas”.

Human Rights Watch presentó comentarios acerca de la reglamentación del Acuerdo Flores cuando estos se requirieron en otoño pasado, en los cuales se recomendó que el gobierno cancelara esa norma y, en cambio, enfocara sus esfuerzos en impulsar políticas que protejan la salud, la seguridad y el interés superior de los niños, las niñas y sus familias, además del cumplimiento riguroso y de buena fe del Acuerdo Flores. Anteriormente, diversos defensores legales ya han notificado que impugnarán judicialmente la norma. Si no se emite una orden judicial que le ponga freno, la nueva norma entrará en vigencia en 60 días.

Los solicitantes de asilo detenidos en los cruces fronterizos han presentado argumentos que deben tomarse en serio, además, todos los niños tienen derecho a ser tratados con dignidad y a disfrutar de los principios básicos. Sin embargo, muchas personas, derramando lágrimas, describieron los abusos y la negligencia del gobierno de Estados Unidos, cuando contaron a Human Rights Watch que habían sentido hambre y sido tratados con crueldad durante los arrestos. Los ambientes contaminados y desfavorables de las celdas han causado la propagación de enfermedades contagiosas. Los niños desplazados han pasado días e incluso semanas durmiendo en pisos de concreto, en tiendas de campaña, almacenes sin ventanas o en un muelle de carga. En algunos casos, algunos niños informaron haber sido golpeados por agentes de la patrulla fronteriza

Un reportero de HRW conversó con un niño de 11 años que cuidaba a su hermano pequeño. Ambos estaban arreglándoselas por sus propios medios en una celda junto con decenas de otros niños.

La situación que encontramos, agregó el enviado de HRW, es inaceptable. La Patrulla Fronteriza de EE. UU. mantiene a numerosos niños y niñas —entre los cuales se incluyen algunos que no tienen la edad suficiente para cuidar de sí mismos— en centros fronterizos similares a cárceles, durante semanas, sin contacto con familiares y sin acceso regular a duchas, ropa limpia, cepillos de dientes ni camas adecuadas. Muchos de estos niños y niñas están enfermos. Muchos, incluidos algunos de apenas dos o tres años, han sido separados de sus responsables adultos sin tomar ninguna medida para su cuidado, salvo por la asistencia que les brindan otros niños o niñas mayores, que no son familiares suyos y también se encuentran detenidos.

Después de que miles de niños fueron separados a la fuerza de sus familias, el presidente de EEUU, Donald Trump, en junio de 2018, anunció la política de poner fin a la separación de los niños de sus familias, de modo que un tribunal federal ordenó que los niños se reuniesen nuevamente con sus familias. Sin embargo, todavía hay muchos niños que han denunciado al corresponsal del Observatorio de Derechos Humanos que las autoridades norteamericanas les han separado de sus padres y ahora ellos no saben qué hacer.

Conforme la legislación estadounidense, la detención de menores está limitada, en las circunstancias habituales, a 72 horas. El Acuerdo Judicial Flores de 1997 establece que la Patrulla Fronteriza, en un plazo de 72 horas, debe entregar a los menores detenidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos que, a su vez, debe mantener a los menores junto con los miembros de su familia en EEUU y, si el menor no tiene ningún familiar debe asignársele una persona para su cuidado.

 

Estos traslados tienen que realizarse rápidamente, de tal forma que los niños no pasen más de 20 días en las cárceles de la policía fronteriza. Mientras tanto, según datos correspondientes a los primeros días del año 2019, la policía fronteriza mantuvo a niños en la cárcel más de 90 días, en una medida clara de la violación de las limitaciones legales y los derechos de los niños de padres migrantes.

De hecho, después de la entrevista con los niños, queda plantearse esta pregunta: ¿cuándo se terminará el aprovechamiento sistemático de estos niños? Es posible que algunas medidas, como la presión general, la atención de los medios de comunicación masivos, el cambio de leyes, la opinión pública, y otras políticas puedan obligar a las autoridades de EEUU a adoptar una política correcta y lógica al respecto.

Existen ciertos artículos en los documentos sobre los derechos internacionales que pueden ayudar al respecto, como la convención de los derechos de los niños de la ONU, la cual tiene el mayor número de países en el mundo. EEUU también ha desempeñado un papel relevante en la elaboración del borrador de esta convención durante los años 1979 y 1989. Después de seis de insistencia para que EEUU firme este pacto en el año 1995. Desde ese año hasta el momento, ningún presidente estadounidense ha enviado la norma pro derechos humanos a Senado para que se apruebe y se ejecute. Esto ocurre, mientras, EEUU aun sigue siendo miembro de la ONU.

Actualmente algunos de los artículos especiales de la convención de los derechos de los niños se han convertido en reglas legales de los derechos internacionales. En realidad, se ha creado un consenso mundial, según el cual, todos los países del mundo tienen que respetar los derechos especiales de los niños; incluso si un país no es miembro de esta convención, tiene que respetarlo.

Según los reglamentos internacionales, los niños pertenecen a sus familias; excepto que se compruebe que el menor está siendo utilizado s miembros de su familia. Mientras tanto, las actuales medidas del gobierno de EEUU han mostrado que, pese a que Washington ha participado activamente en la construcción de un marco jurídico internacional que apoye a los derechos de los niños, en la práctica, ha demostrado que aborrece el cumplimiento de las normas, internacionales.

P/MK/NL

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