Nov 07, 2019 07:50 UTC

ParsToday-Estamos con ustedes con otro capítulo más de la serie de artículos titulados “Violación de los derechos humanos en el Occidente, desde la ilusión hasta la realidad”.

En este programa estudiamos la situación inadecuada de los emigrantes y refugiados en las fronteras de los países proclamadores de los derechos humanos.
 
La mayoría de los migrantes que, por las condiciones difíciles de la guerra o múltiples otros asuntos, se han refugiado en los países europeos, enfrentan cada día diferentes problemas en los lugares de acogida. Este colectivo que ha viajado a otros países solo con la esperanza de tener una vida mejor, se enfrenta con duras leyes de inmigración y condiciones de vida inadecuadas. Cada día que pasa, estos reglamentos se hacen más duros y los problemas de los refugiados también.
 
La situación de los refugiados en los campamentos instalados en las fronteras es muy horrible. A diario se publican múltiples informes por parte de las organizaciones internacionales activas en el terreno de los derechos de los refugiados e inmigrantes que muestran la crítica situación en que viven los refugiados, así como la violación de sus derechos, incluso básicos. Reiteradas veces, se han publicado informes conmovedores de los comportamientos violentos de la policía fronteriza con los refugiados en las zonas limítrofes de los países europeos. También, los hijos, incluidos los bebés y niños, de los emigrantes atraviesan situaciones espantosas en las que no se protegen ni sus derechos más primarios o se enfrentan a mucha violencia y abusos. Por otro lado, hay muchas noticias sobre condenas aplicadas a personas que, debido a su comportamiento humanitario y compasivo, ayudan a refugiados y desplazados o individuos sin hogar. Una de ellas es Pierre Mumber, que ha sido condenado por haber dado té y ropa caliente a cuatro refugiados. Al respecto, el 23 de octubre, antes de la vista de apelación contra la sentencia de Mumber, que lo declara culpable de “facilitar la entrada irregular en el país”, Amnistía Internacional solicitó la anulación de la condena contra este guía de montaña que ofreció té caliente y ropa de abrigo a cuatro solicitantes de asilo de África Occidental en las montañas Alpes.
 
Rym Khadhraoui, investigadora de Amnistía Internacional, destacó que “el gesto humano de Pierre Mumber de ofrecer ropa de abrigo y té caliente a cuatro solicitantes de asilo que llegaban a Francia cruzando las montañas desde Italia merece un aplauso”.
 
Afirmó asimismo que “Pierre no cometió ningún delito. Pero su fallo condenatorio por este acto de bondad refleja cómo las autoridades francesas utilizan indebidamente la legislación destinada a combatir el tráfico de personas para penalizar a quienes ofrecen ayuda a las personas en movimiento”.
 
Pierre Mumber fue declarado culpable de “facilitar la entrada irregular en el país” en vista de que tres de los cuatro solicitantes de asilo habían escapado posteriormente del control de la policía.
 
Amnistía Internacional considera que los actos de Pierre no equivalen a “facilitar la entrada irregular en el país” sino a ofrecer ayuda humanitaria, actividad legal en virtud de la legislación francesa y del derecho internacional. La vista de su apelación tendrá lugar ante el Tribunal de Apelación de Grenoble el 24 de octubre de 2019.
 
 
 
Pierre Mumber fue declarado culpable el 10 de enero de 2019 por el tribunal penal de primera instancia (tribunal correctionnel) de Gap, que le impuso una condena condicional de tres meses de prisión.
 
Tras haber presenciado los riesgos y consecuencias para quienes intentan cruzar de Italia a Francia por los Alpes, entre ellos el de perderse en las montañas nevadas en invierno, Pierre Mumber fue una de las muchas personas de la región de Briançon que empezó a ofrecer ayuda humanitaria a las personas en movimiento, que a menudo no iban preparadas para el peligroso viaje.
 
El 6 de enero de 2018, Pierre Mumber había ofrecido té y ropa a un hombre y una mujer nigerianos, un hombre camerunés y un hombre guineano en Montgenèvre, en la región francesa de Briançon.
 
En invierno, personas voluntarias de la región recorren periódicamente las carreteras nevadas para ayudar a personas necesitadas después de cruzar las montañas desde Italia en condiciones peligrosas. Dos agentes de policía vinieron y se llevaron a los solicitantes en sus vehículos, acompañados de Pierre Mumber. Más tarde, tres de los cuatro solicitantes escaparon del control de la policía cuando él estaba a cierta distancia.
 
En la frontera de Francia con Italia, la policía de fronteras gala niega la entrada a migrantes y solicitantes de asilo y les obliga, ilegalmente, a volver a Italia, además de penalizar los actos legítimos de quienes ofrecen ayuda a estas personas.
 
Por otra parte, un informe de la organización Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) pone de relieve que niños migrantes han entrado en la ciudad francesa de Marcea sin la presencia de sus padres o miembros de su familia y viven en un edificio destruido perteneciente a la iglesia católica. En verdad, las autoridades francesas no han podido brindar la protección adecuada a estos niños, sino les han condenado a vivir de forma ilegal en dicha sede religiosa.
 
Esta situación muestra claramente que las autoridades de protección infantil en París siguen recurriendo a procedimientos de evaluación de edad deficientes para los niños inmigrantes no acompañados, negándoles a muchos los cuidados que necesitan y dejando a cientos de ellos sin hogar. En base las declaraciones de organizaciones activas en el terreno de los derechos de los niños, casi, 170 niños viven en este edificio religioso sin presencia de sus padres o algún miembro de su familia.
 
Uno de los niños ha declarado que este lugar está demasiado lleno e infectado de chinches. En general, se considera un lugar completamente inadecuado para la vida de los niños. Pero, el sistema de protección de los niños francés no ha podido encontrar un lugar adecuado para estos niños y siguen pensando que poner en ese lugar contaminado a los chicos y chicas es la única solución para su situación actual.
 
Algunos de los niños han sido presentados antes un tribunal francés y los jueces han reconocido su condición de niños y, por tanto, sus derechos a usar los servicios de protección de menores del país galo. Algunos otros niños se encuentran en la etapa de evaluación de su edad y, en ciertos casos, este proceso dura semanas y ellos tienen que vivir en el recinto de la iglesia hasta que se estimen su edad. En base a denuncias de grupos locales, casi 36 niños están esperando el veredicto del tribunal para que sean trasladados a centros de protección de menores, pero, las autoridades francesas no han realizado ninguna medida para acelerar el proceso y los niños siguen viviendo en dicho edificio destruido.
 
El proceso de evaluación de la edad en Francia nunca ha sido justa y la organización Observadora de los Derechos Humanos ha publicado múltiples informes de los métodos inadecuados de dicha evaluación que se sigue en Paris y Hautes de Alpes. Mientras tanto, en la ciudad de Marcea de Francia, incluso algunos de los niños, después de ser evaluados y ser reconocidos como “niños”, han sido abandonados en las calles sin ninguna protección por parte de las autoridades responsables al respecto.
 
El 11 de octubre, el tribunal administrativo de Marcea evaluó el caso de un niño migrante, presentado por su abogado y confesó que las condiciones de vida en este lugar no son aceptables para los niños emigrantes sin la presencia de sus padres. Después ordenó a la entidad responsable que ponga al pequeño en un lugar adecuado y lo proteja como corresponde.
 
Aunque la incapacidad de las autoridades ha obligado a los niños migrantes a vivir en pésimas condiciones, estos menores han tenido que asistir a juicio acusados de ocupar el edificio, y la sentencia fue desocuparlo. HRW tacha de incorrecta estas medidas de las autoridades francesas. Ahora, ha llegado el tiempo de que las autoridades de Francia asuman su responsabilidad ante estos niños sin refugio y, en lugar de plantear un proceso largo de evaluación de la edad de los niños, le trasladen a un lugar seguro limpio para que vivan mientras esperan.
 
P/MK/NL

 

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