Sep 16, 2019 08:00 UTC

ParsToday - Queridos amigos, en la tercera parte del espacio “La posición de la mujer en el Occidente”, vamos a abordar el tema de los hijos nacidos fuera del matrimonio como una de las consecuencias de la libertad de la mujer, según la versión del feminismo occidental.

Uno de los principios del feminismo que se plantea en el marco de consignas como la independencia y la libertad de la mujer, es deshacerse de las restricciones familiares y compromisos matrimoniales.  Francis Curry y Christine Kary han aludido a este tema en un artículo titulado “Las nuevas estructuras familiares” y publicado en la revista “Courier” de la Unesco. En ese texto se lee: “Con este estilo de vida libre, las mujeres ya no están obligadas a elegir como antes uno entre tres papeles ser esposa, ser madre o tener trabajo”. Tal pensamiento ha tenido consecuencias desastrosas para las mujeres occidentales, una de las cuales fue la revolución sexual y el aumento de nacimientos ilegítimos en las sociedades occidentales.  En este programa, les vamos a hablar al respecto.
 
Un escritor estadounidense describe de la siguiente manera a la sociedad norteamericana del pasado: “En 1957, el 90 por ciento de los estadounidenses creía que la persona que se negaba a casarse, estaba enferma, psicótica o libertina. Más de la mitad de las mujeres estadounidenses estaba casada cuando había ya cumplido los 20 años, y la gente reprochaba a mujeres que seguían solteras al cumplir los 25 años. La mayoría de las mujeres jóvenes norteamericanas deseaba casarse a los 21 años y tener 4 hijos. Pero ocurrieron acontecimientos en un corto periodo de tiempo que cambiaron el curso de la vida y del pensamiento de las mujeres estadounidenses”.
 
Según los sociólogos occidentales de esa época, la actividad de las corrientes feministas, por un lado, y la producción en masa de píldoras anticonceptivas, por el otro, llevaron a las mujeres estadounidenses a optar por comportamientos sexuales inmorales, incluido el embarazo ilegítimo, sin pensar en sus consecuencias. Los investigadores se refieren a esa época como la "revolución sexual”, la cual tuvo graves consecuencias para las mujeres, como la epidemia de enfermedades de transmisión sexual.
 
De acuerdo con datos publicados en la década de los 50 del siglo pasado, es decir antes de que la libertad sexual pasara a ser un acto común, solo se habían reportado dos enfermedades de transmisión sexual en EE.UU. Pero ahora existen más de 24 tipos de enfermedades sexuales en ese país. Conforme a esas estadísticas, cada año se registran en EE.UU. 19 millones de casos nuevos de contagio de enfermedades de ese tipo y el sistema sanitario local tiene que soportar un gasto de casi 17 mil millones de dólares para tratarlas.
 
Otra de las consecuencias desagradables de la llamada revolución sexual es el aumento de nacimientos fuera del matrimonio y abortos. Son casi un millón de abortos que se registran cada año en EE.UU., lo que equivale a casi todas las bajas sufridas en todas las guerras de este país durante su historia de 240 años. Lo interesante es que un 86 % de los abortos en EE.UU. se ejecuta sin motivo lógico alguno sino solo por conveniencia personal.
 
Semejante corriente se da también en otros países occidentales, lo que ha sido confirmado también en el informe titulado “Familias en ruta 2014”, el cual atribuye el incremento inédito de nacimiento de hijos nacidos sin casarse a la reducción de la tasa de matrimonios. De acuerdo con este reporte, la estadística más alta de nacimientos ilegítimos pertenece al centro y al sur del continente americano y a Europa occidental. Así, en este periodo de tiempo, Francia, con un 56 %, y Suecia con un 55 %, han registrado las tasas más altas de nacimientos ilegítimos en Europa., mientras que el Reino Unido ocupa el tercer lugar. Esta tasa en México es del 55 %. Y Colombia con una tasa del 84 % ocupa la primera posición en el mundo. Pero en los países de Oriente Medio, donde el fundamento familiar es más sólido, la tasa de estos nacimientos ha sido la más baja: menos del 5 %.
 
Lamentablemente, la revolución sexual en el Occidente ha afectado también a las jóvenes. Por ejemplo, según la revista estadounidense Reader's Digest, cada año, 350 mil chicas adolescentes norteamericanas con edades comprendidas entre 15 y 19 años, quedan embarazadas por relaciones ilícitas y dan a luz a hijos sin haberse casado. Estas cifras van aumentando año por año. Estas muchachas, con el sueño de casarse con sus novios después del término de sus estudios, iniciar una vida ideal y obtener un trabajo adecuado, optan por relaciones prematrimoniales. Sin embargo, rápidamente enfrentan la vida real y muchas de ellas y los hijos producto de sus relaciones, quedan privados para siempre de una vida sana y natural.
 
Laura Lipman, experta de la Radio 4 de Inglaterra, dice que los hijos nacidos de relaciones extramatrimoniales, enfrentan en su vida, trastornos y estrés mucho más graves.
 
Los nacimientos ilegítimos en los países occidentales terminan en tragedia. Tales hijos están condenados a tener una vida difícil junto a la madre, es decir en familias monoparentales, o junto a los parientes de la madre o bien en orfanatos. Los mismos nacimientos generan, a su vez, inseguridad y desviaciones en las sociedades occidentales. Muchos de los crímenes que se cometen hoy en día en algunos países occidentales, particularmente en EE.UU., se deben al mismo motivo.
 
Hogaño, muchas de las corrientes feministas en el Occidente, se referían a las madres de estos hijos como mujeres “empiristas e independientes” y afirmaban que los hijos de estas féminas “necesitan atención”, mientras que los pensadores occidentales han expresado preocupación por este asunto. Entre ellos, destaca Zbigniew Brzezinski, famoso estratega occidental y asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en la época del presidente Jimmy Carter. A su juicio, “el secularismo occidental es básicamente una ola cultural en la que el hedonismo y el consumismo componen los principales conceptos de una buena vida; esto sucede mientras este pensamiento desenfrenado ha abarcado buena parte del Occidente, desarrolla en sí mismo el feto de la autodestrucción cultural”.
 
Hoy por hoy, estos temores han llevado a muchos políticos y sociólogos a la conclusión de que, para vencer una serie de crisis surgidas tras la revolución sexual, el Occidente tiene solo una opción: retornar al estilo de vida basada en la familia. La institución familiar siempre ha sido la infraestructura de las sociedades y el origen de las culturas, civilizaciones y la historia humana. Esta institución, si se mantiene en su verdadera posición, reformará a la gran familia humana, mientras que descuidarla, alejará al hombre de la vida real y lo dejará al borde de aniquilación.
 
P/FE/NL