Sep 22, 2019 08:07 UTC

ParsToday/En el nombre de Dios, todopoderoso. Bienvenidos a nuestro programa semanal “Camino hacia la luz” en el que le presentamos una explicación fluida y fácil de entender las aleyas del Sagrado Corán.

Comenzamos la explicación de la aleya 10 de la sura Que perdona:
 

إِنَّ الَّذِينَ كَفَرُوا يُنَادَوْنَ لَمَقْتُ اللَّهِ أَكْبَرُ مِنْ مَقْتِكُمْ أَنْفُسَكُمْ إِذْ تُدْعَوْنَ إِلَى الْإِيمَانِ فَتَكْفُرُونَ

A los que no hayan creído, se les gritará: El aborrecimiento que Alá os tiene, es mayor que el aborrecimiento que os tenéis a vosotros mismos, por cuanto, invitados a creer, no creísteis.(10:40)
 
En el programa anterior hablamos de la bendición divina a los creyentes y bondadosos. Esta aleya habla del aborrecimiento de Dios a quienes, por su impertinencia, rechazan la verdad y aunque están bien informados de las consecuencias de su oposición a las órdenes divinas, no creen en Dios.
 
Cuando los incrédulos observan el resultado de sus actos en el otro mundo, se arrepienten y se lamentan por lo que han realizado en el mundo terrenal. Asimismo, se reprochan y dicen: ¿por qué hemos elegido este camino? y después, manifiestan su odio a aquellos amigos y líderes que les dirigieron hacia lo injusto. En el día de la Resurrección, los incrédulos se odian a sí mismos, pero los agentes del infierno les dicen que el aborrecimiento que Dios les tiene, es mayor del que se tienen a sí mismos. Ya que, los enviados de Dios, les dirigieron hacia el camino recto, pero, ellos impertinente e intencionalmente les rechazaron. Después, ignoraron los signos de la orientación divina y siguieron el camino de la oposición y opresión y en realidad, insultaron a quienes eran los enviados de Dios para orientarles.
 
De esta aleya aprendemos que:
 
1.- Luchar contra La verdad, oponerse y resistir ante los enviados divinos, conlleva el amplio aborrecimiento divino.
 
2.- El castigo divino se inicia después de que una persona rechace a los enviados de Dios que han sido elegidos para orientar al ser humano.
 
 
Ahora leemos la aleya 11 de la sura Que perdona:
 
قَالُوا رَبَّنَا أَمَتَّنَا اثْنَتَيْنِ وَأَحْيَيْتَنَا اثْنَتَيْنِ فَاعْتَرَفْنَا بِذُنُوبِنَا فَهَلْ إِلَى خُرُوجٍ مِنْ سَبِيلٍ
 
Dirán: ¡Señor! nos has hecho morir dos veces y vivir otras dos. Confesamos, pues, nuestros pecados. ¿Hay modo de salir?(11:40)
 
Una de las verdades que los incrédulos siempre niegan, es la vida después de la muerte y la llegada del día de la Resurrección. Ellos creen que la vida del ser humano finaliza con la muerte.
 
Pero, después de que observen la situación en el día de la Resurrección, se eliminarán las cortinas de la negligencia y se les abrirán los ojos ante la verdad. Los no creyentes confesarán que han rechazado sin ningún motivo esta realidad evidente que los profetas insistían mucho en ella, es decir: la llegada del día de la Resurrección. Por eso, se esfuerzan por confesar sus errores anteriores y dicen: ¡Oh, Dios! Nos has hecho morir dos veces y vivir otras dos. Una vez entramos en este mundo y luego morimos al final de nuestra vida física. Después, por orden de Dios, en el otro mundo también morimos y esperamos hasta el día de la Resurrección y otra vez, revivimos en aquel gran día.
 
De todas formas, los incrédulos al confesar esta realidad, solicitan a Dios que perdonen sus pecados y su permiso para regresar otra vez a este mundo para que puedan recompensar sus malos actos o al menos, se salven del fuego del infierno. Mientras que, en el día de la Resurrección, estas confesiones no tienen ningún beneficio y no podrán retornar al mundo terrenal y recompensar sus equivocaciones.
 
De esta aleya aprendemos que:
 
1.- En el día de la Resurrección, los pecadores esperan retornar al mundo terrenal. Pues, cuando regresan, pueden arrepentirse de sus malos actos y corregir sus errores anteriores, tienen que hacer algo, ya que, en el otro mundo, no tienen esa esperanza.
 
2.- Quienes niegan la vida después de la muerte, experimentarán dos veces la vida después de la muerte.
 
 
Ahora leemos la aleya 12 de la sura Que perdona:
 
ذَلِكُمْ بِأَنَّهُ إِذَا دُعِيَ اللَّهُ وَحْدَهُ كَفَرْتُمْ وَإِنْ يُشْرَكْ بِهِ تُؤْمِنُوا فَالْحُكْمُ لِلَّهِ الْعَلِيِّ الْكَبِيرِ 
 
Esto os pasa porque, cuando se invocaba a Alá Solo, no creíais, mientras que, si se Le asociaban otros dioses, creíais. La decisión, pues, pertenece a Alá, el Altísimo, el Grande.(12:40)
 
Esta aleya insiste en que la raíz de la oposición es la incredulidad. De esta forma que, algunas personas no están dispuestas a creer en Dios cuando analizan los asuntos del ser humano. Sino que dicen: Dios nos ha creado, pero después de la creación, nos ha dejado de lado; por eso acudimos a otros dioses en la administración de los asuntos de este mundo y el otro mundo.
 
Según el sagrado Corán, ellos no niegan que Dios ha creado este mundo y todo lo que existe en él, pero no aceptan Su gobierno en el sistema del universo. Algunas veces se consideran como sustituto de Dios en este mundo y establecen  leyes para sí mismos y otras personas. Otras veces, por su ignorancia y desinformación, se enfrentan con mitos y consideran un poder o privilegio algunos fenómenos. Quizás, quieren decir que aquellos instrumentos o fenómenos desempeñan un papel relevante en su destino; al igual que los idólatras que adoran las estrellas.
 
Mientras tanto, es completamente claro que los pensamientos y hechos de estas personas continuarán en el otro mundo. Ya que, esta gente con esta idea, incluso si regresa otra vez a este mundo, seguirá con su mismo comportamiento y programas anteriores y no creará ningún cambio en el método de su vida.
 
De esta aleya aprendemos que:
 
1.- Realizar buenos actos y alejarse de cualquier ateísmo, son las vías de la salvación del ser humano en el día de la Resurrección.
 
2.- Tal como aludimos, en el ateísmo, el ser humano considera que Dios es el único Creador de todo el mundo, pero considera eficaz que otras personas tomen la administración de los asuntos del universo y acuden a ellas y no a Dios. De todas formas, tanto el rechazo de la presencia de Dios como el ateísmo, orientan al ser humano hacia el fuego del infierno.
 
P/MK/RH