Sep 23, 2019 07:49 UTC

ParsToday – El feminismo, como un movimiento que reclama la defensa de los derechos de la mujer, surgió a mediados del siglo XIX en Estados Unidos y en tres periodos de tiempo planteó sus reivindicaciones, las cuales aportaron consecuencias dañinas a las sociedades occidentales. En este programa, vamos a abordar el tema de la homosexualidad como otra ramificación de la propagación del pensamiento feminista en el Occidente.

El feminismo en el Occidente tuvo consecuencias relativamente positivas para las mujeres, pero con un estudio más preciso se puede decir que sus impactos negativos para ella han sido mayores que los positivos. La adopción de posturas desviadas o extremistas por parte de los feministas, junto a otros factores, desembocó en la corrupción moral de las sociedades, en particular en las occidentales, incluyendo la diseminación del fenómeno de homosexualidad.
 
Desde tiempos antiguos, la homosexualidad ha sido uno de los más odiados comportamientos anormales del ser humano y ha sido reprochada en la mayoría de las religiones y culturas. Este fenómeno se va extendiendo en el mundo occidental, de manera que, en la actualidad, un creciente número de familias, donde viven juntos dos o más personas del mismo género, han remplazado a la familia tradicional. Este fenómeno ha sido aceptado particularmente por algunos de los feministas contemporáneos.
 
El apoyo de los feministas a la homosexualidad no era inicialmente parte de los principios de esta escuela, pero, en las últimas cinco décadas, el pensamiento igualitarista de los feministas sobre la conducta sexual de la mujer y el hombre los ha llevado a respaldar la homosexualidad.  Algunos feministas han considerado el lesbianismo o la homosexualidad femenina como una de las mejores formas de obtener el placer sexual sin preocuparse por el embarazo y la maternidad, y han afirmado que la lucha contra la homosexualidad es igual que reprimir a las mujeres. Feministas tales como Sheila Jeffreys, Adrienne Rich, Charlotte Bunch y Rita Mae Brown destacan entre los principales promotores de este pensamiento. Jeffreys, uno de los precursores intelectuales del lesbianismo publicó libros y artículos llamando a las mujeres a rebelarse contra las estructuras machistas de la sociedad, dando la espalda al matrimonio.
 
Desde luego, también algunos feministas se oponen a la homosexualidad. Feministas, como Betty Friedan, creen que el lesbianismo es uno de los asuntos que ha alejado al feminismo de sus objetivos primarios, como la igualdad en el empleo. En una reunión en 1977, ella impidió la asistencia de lesbianas a la misma, lo que de por sí derivó en la aparición de la rama homosexual del feminismo. Los feministas que apoyan el lesbianismo consideran este método como un modelo alternativo a la pauta ética de la maternidad y lo ven como un ejemplo correcto basándose en el cual, la sociedad monosexual permite a las mujeres servir una a la otra en base a los sentimientos femeninos.
 
El feminismo tachó a la familia como la principal posición donde la mujer es oprimida y como el factor más importante de su inferioridad, lo que llevó a debilitar a esta importante institución social y socavar las relaciones familiares en las sociedades occidentales. Tanto es así que, hoy en día, uno de los problemas más importantes de los sistemas liberal-democráticos es la desintegración de la familia.  Al desaparecer la institución familiar y devaluarse la institución del matrimonio, es natural que los hombres y las mujeres, fuera de cualquier compromiso y en busca de libertades ilimitadas, se inclinen a relaciones sexuales y finalmente a la homosexualidad.
 
Por otra parte, con el aumento de la popularidad de la homosexualidad, crece el número de las familias homosexuales, las cuales incluso toman a niños en adopción y tratan de dar forma legal a sus exigencias. En una cumbre celebrada en EE.UU. con la presencia de sacerdotes, se declaró que la relación entre dos personas del mismo género es una práctica legal, pero en condiciones específicas. En la actualidad, en algunos estados del país norteño, los homosexuales llevan a cabo ceremonias oficiales.  A lo largo de los recientes años, los homosexuales masculinos y femeninos y otras formas de familias poco convencionales, han realizado muchas luchas para obtener derechos sociales tales como el matrimonio entre personas del mismo género, acceso a servicios de embarazo, los derechos de los homosexuales y las ventajas de pareja sexual.
 
La homosexualidad y sus consecuencias, tales como el SIDA, se notaron por primera vez en los países industrializados, particularmente en Estados Unidos, porque en el país norteño las relaciones entre la mujer y el hombre y la satisfacción de las necesidades sexuales en su forma más diversa y extremista, son libres y comunes. Con base en los estudios realizados, solo el 65 % de los norteamericanos se opone a la homosexualidad. Un adecuado ambiente tal ha causado que algunos de los feministas contemporáneos, en la época de la igualdad de la mujer y el hombre, consideren a las familias homosexuales una alternativa apropiada a familias tradicionales y las califiquen como “familia alegre”.
 
Sin embargo, este proceso ha tenido consecuencias peligrosas para las sociedades occidentales. Distintas investigaciones han demostrado que abundan factores peligrosos del cáncer de mamá en las lesbianas, incluyendo obesidad, consumo de alcohol y tabaco, así como no tener hijos. Además, según confirman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno de Estados Unidos, los homosexuales y los transexuales consumen, más que la población ordinaria, alcohol y drogas y también les resulta más difícil abandonar esta práctica. En opinión de los especialistas, esto se debe a que este tipo de relaciones deja efectos devastadores en el organismo y el cuerpo humano e incluso en los nervios y el espíritu.
 
La homosexualidad, amén de daños a la salud corporal y psicológica, básicamente contraviene la naturaleza humana. Por tal razón, las religiones divinas, incluido el Islam, están en contra de tal desviación. Esto se debe a la diferencia de los horizontes intelectuales de la religión musulmana y el feminismo. El sistema intelectual del Islam tiene su origen en los mandamientos divinos. Pero la estructura intelectual del feminismo se fundamenta en los valores creados por el hombre y en sus demandas materiales. Las enseñanzas islámicas sobre la familia y su funcionamiento, considerando la diferencia entre ambos géneros en materia de los derechos y las obligaciones, se han planificado de tal manera que tanto traigan una vida sana para el hombre como le aseguren la prosperidad en este y en el otro mundo. Pero el feminismo, optando por un enfoque material, ha hecho planes para la familia basándose en la comprensión humana del universo y haciendo hincapié en la igualdad y similitud de ambos géneros en lo referente a los derechos y las obligaciones. Sin embargo, este tipo de planificaciones nunca ha concordado con la naturaleza humana ni ha traído calma para los seguidores del feminismo.
 
Asimismo, en muchos de los libros científicos, psicológicos y sociológicos, la homosexualidad es considerada una desviación y un asunto anormal y tiene críticos muy serios en todo el mundo.  Muchas de las instituciones internacionales también han emitido declaraciones y han iniciado medidas para proteger a los grupos silenciosos sujetos al peligro de esta desviación moral. Los grupos defensores de la familia y de los derechos infantiles destacan entre los mayores opositores a la homosexualidad, en especial al lesbianismo. Países como Malasia y muchas de las naciones de Asia Oriental, consideran la homosexualidad como una amenaza para los derechos de la familia y del niño y están trabajando para devolver a la familia a su posición principal.
 
 
 
P/FE/NL