Nov 11, 2019 07:49 UTC

ParsToday - Con el surgimiento de la época industrial y la construcción de fábricas e industrias modernas, las actividades económicas experimentaron algunos cambios, por ejemplo, la presencia de la mujer en los ámbitos económicos y en un ambiente distinto del pasado.

El ambiente creado en las sociedades occidentales, por un lado, creó una buena oportunidad para que las mujeres pudieran mostrar sus capacidades en distintos campos, pero, por el otro, la desigualdad de género llevó a que la mayoría de las mujeres fueran contratadas en trabajos secundarios, mientras que los empleos importantes y estables siguieron siendo monopolio del sexo masculino. Esta desigualdad se hizo más patente cuando las mujeres trabajadoras reclamaron desempeñar su papel de maternidad. Todo indica que la falta de apoyos necesarios al respecto ha amenazado la seguridad laboral de las féminas en algunos países occidentales. En el programa de hoy les vamos a hablar más de este tema.
 
Una de las razones que ha causado la diferencia entre los ingresos de los hombres y las mujeres en los países occidentales es la visión errónea en estas naciones respecto a tener hijos, según la cual, defienden el aumento del ingreso de los hombres y la reducción del ingreso de las mujeres. Michelle Budig, profesora de sociología en la Universidad de Massachusetts, señala que los empleadores a menudo miran con desprecio a las trabajadoras con hijos. La mayoría de estas mujeres tienen problemas para encontrar un empleo y son consideradas como empleadas poco confiables y nunca recibirán el mismo sueldo que sus homólogos masculinos.
 
Las cifras muestran que las mujeres solteras pueden recibir hasta el 96 % del sueldo de los hombres en condiciones iguales, pero, esta cifra cae al 77 % inmediatamente después del matrimonio. Las condiciones son peores para las mujeres con bajos ingresos y que traen hijos al mundo. Es posible que estas personas —por disfrutar menos de los beneficios y por tener menos acceso a los servicios de cuidado infantil como las guarderías— se ven forzadas a reducir sus horas de trabajo y, por tanto, cobrar menos, o incluso, renunciar una vez nacido su hijo.
 
La investigadora estadounidense Michelle Budig mantiene que “los empleadores consideran a los padres personas más estables y comprometidas en el trabajo, ya que, de todas formas, estas personas tienen una familia que, para sustentarla, deben tener ingresos; por eso, es menos probable que no se distraigan. Pero, a ojos de los empleadores, las mujeres, cuando se convierten en madres, trabajan menos y la concentración se disminuiría en ellas”. Los estudios muestran que no solo los hombres, sino también las mujeres que ocupan puestos directivos, están más inclinados a dar más salarios a sus empleados varones, y cuando aumentan los sueldos, primero toman en cuenta a los mismos trabajadores. Esto es cierto sobre todo cuando las trabajadoras tienen hijos. Éstas pierden el 4% de su salario por cada hijo que dan a luz.
 
Este es el precio que las mujeres suelen pagar por ser madre. Las mujeres a menudo pierden la oportunidad de promoción por licencia de maternidad. Y luego tienen que aceptar trabajos más simples sin perspectivas de avance, o aceptar empleos de nivel mucho más bajo que el de sus capacidades. El motivo es bastante claro; pues, o alguien debe cuidar de sus hijos o ellas mismas deben dedicar más tiempo a esto. La existencia de tales problemas ha llevado a muchas mujeres especializadas en los países occidentales a olvidar la idea de ser madres.
 
Según una reciente investigación hecha por la Universidad de Chicago en EE.UU., diez años después de graduarse las mujeres de la universidad, solo la mitad de ellas quiere tener hijos. Según otro estudio, solo el 7% de las mujeres estadounidenses quiere volver a su trabajo después de dar a luz. En Suiza también, el 40% de las trabajadoras no tiene hijos, y muchas de ellas postergan la maternidad durante años.
 
Para las familias pobres, trabajar y tener hijos a la vez se ha convertido en una gran pesadilla. Criar hijos impone un alto costo al presupuesto familiar, por lo que muchas familias prefieren no tener hijos. Perder el trabajo después de tener un bebé, también se traduciría en una crisis financiera para la familia.
 
De acuerdo con una experta iraní, hoy en día, en las sociedades occidentales el empleo de las mujeres fuera del hogar es ampliamente considerado como su principal papel. Y el papel conyugal y materno y el mantenimiento de las tradiciones culturales, se consideran un asunto secundario. Aun así, las mujeres enfrentan discriminación laboral por ser madres.
 
No obstante, vale la pena señalar que el precio de llevar a la mujer al mercado laboral bajo pretexto de la igualdad de género son las guarderías donde se crían los niños que dependen más de sus instructores que de sus padres y que, en el futuro, se convierten en personas frías y distantes. Y los padres que dejan a sus hijos en guarderías, deben esperar que los mismos, cuando ya son adultos, los dejen en un hogar de ancianos, debido a su empleo, ingresos y para mantener su posición.
 
Un estudio hecho por del instituto caritativo de la sociedad infantil británica muestra que el 60% de las madres trabajadoras cree que no tienen suficiente tiempo para cuidar de sus hijos. El 74% de los padres estadounidenses también sufre ese problema.
 
Muchos niños en los países occidentales sufren por no tener a su madre a su lado. Desde luego, en algunos países se han adoptado medidas para solucionar este problema. Por ejemplo, en Austria, la República Checa, Finlandia y Hungría se paga el sueldo de tres años a las madres empleadas con hijos. La situación en EE.UU. es inferior a los estándares de otros Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estados Unidos dedica solo el 0.5 % de su Producto Bruto Interior a los programas de protección infantil.  Esta cifra es del 1.3 % en Francia y del 2.7 % en Dinamarca.
 
En la mayoría de los países europeos, se otorga la licencia de maternidad con sueldo, pero en algunos países es de muy corta duración: en el Reino Unido, las mujeres disfrutan solo de 12.2 semanas de vacaciones; en Australia 7.6 semanas. Lo interesante es que, EE.UU., al igual que el país africano de Nueva Guinea, es uno de los países que aún no ha aprobado ninguna ley nacional para proteger la seguridad laboral de las féminas después del posparto. Hace poco que en EE.UU. las mujeres pueden utilizar licencia de maternidad con sueldo durante casi 15 días. Ivanka Trump, hija del presidente norteamericano, propuso recientemente pagar el sueldo de 6 semanas para la licencia de maternidad. 
 
Así las cosas, se puede decir que la falta de apoyos necesarios a las madres trabajadoras ha puesto en peligro la seguridad laboral de las mujeres en los países occidentales que afirman defender los derechos femeninos. A juicio de los expertos, en un sistema jurídico y un sistema legislativo eficaces, es necesario que teniendo en cuenta las diferencias naturales entre hombres y mujeres, se contemple una serie de facilidades ocupacionales para las mujeres a fin de recuperar sus verdaderos derechos.
 
 
 
P/FE/NL