Dic 07, 2019 07:49 UTC

ParsToday - El territorio palestino, y en particular la Franja de Gaza y Cisjordania, está repleta de recursos de petróleo y gas, muchos de los cuales están controlados por los israelíes, de los cuales los palestinos no tienen ningún beneficio.

Los israelíes obtienen muchos beneficios en la exploración de los nuevos recursos subterráneos en el área de Rantis de Ramalá y las costas de Gaza. El régimen de Tel Aviv y algunos países de la región, como Egipto, están tratando de aprovecharse al menos de la posición geopolítica de Gaza en la costa mediterránea y transportar sus bienes a través de esta zona, si no existe la posibilidad de un mayor aprovechamiento de estos recursos. También la facilitación de las interacciones económicas con los Estados ribereños al Golfo Pérsico e Irak figura entre otros objetivos del régimen israelí y el Cairo de usar la posición de Gaza. Por lo tanto, Egipto y, en parte, Jordania, apoyan el acuerdo del siglo en el que se prevé una nueva posición estratégica para Gaza.
 
 esde el aspecto económico y político del plan del acuerdo del siglo, además del tema de la energía, existe el intercambio de tierras. Entre los intercambios de tierras se puede mencionar los 720 kilómetros del desierto del Sinaí frente a la misma área del desierto de Néguev del régimen israelí y la implementación de proyectos de construcción de Bin Salman en el norte del Sinaí. Con el cumplimiento de tal proyecto y la construcción de puertos, el establecimiento de una planta desalinizadora de agua y la transmisión de energía, habrá grandes beneficios para algunos países como Arabia Saudí, Egipto, Jordania y el régimen israelí. De esta manera, los reaccionarios Estados árabes y el régimen de Tel Aviv llegarán a nuevos intereses económicos en este campo ante el plan del acuerdo del siglo.
 
Palestina, y en particular Gaza, alberga una gran riqueza natural, pero hoy sufre serios problemas económicos debido a la ocupación israelí y los obstáculos de Egipto y Jordania. Estados Unidos y el régimen israelí, que han duplicado su presión sobre Gaza en la última década, creen que, al ofrecer promesas financieras, pueden evitar el rechazo de los grupos de Resistencia al malvado plan del siglo. De hecho, en la escena interna de Palestina y tras la victoria del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en las elecciones legislativas de Palestina en 2006 y la llegada al poder político de este movimiento, la confrontación con HAMAS se convirtió, en mayores dimensiones, en la agenda de EE.UU. y el régimen israelí, y la Autoridad Nacional Palestina se unió en este enfrentamiento. De tal modo que Mahmud Abás, al formar un gobierno en Cisjordania, no solo limitó a HAMAS en Gaza, sino también con la cooperación de los israelíes, Egipto y EE.UU., restringió las arterias económicas del enclave palestino hasta el punto de que, según confiesan las comunidades internacionales, se enfrenta ahora a una catástrofe humanitaria.  
 
En los últimos años, aunque el pueblo de Gaza pudo eludir las sanciones a través de la excavación de túneles en el Sinaí, pero la destrucción de estos comenzó después de la revolución de Egipto el 25 de enero y la llegada al poder de Mohamed Morsi y luego Abdel Fattah al-Sisi. Desde 2018, el actual gobierno egipcio ha adoptado medidas como la liberación de aguas saladas del mar Rojo y la construcción del muro de acero en la frontera Sinaí-Gaza. Actualmente, más del 80 % de los corredores han sido destruidos. Además, Abdul Fattah al-Sisi cierra con frecuencia el cruce de Rafah, bajo el pretexto de evitar la infiltración de grupos terroristas en el Sinaí, lo que ha dificultado el transporte de bienes y medicinas esenciales para Gaza. Junto con la catastrófica situación humanitaria en el enclave costero, la ANP tiene serios problemas financieros en Cisjordania. La ANP tiene una seria dependencia económica de Estados Unidos y los países europeos. En los últimos años, el rechazo de la ANP a cumplir con algunas demandas del régimen israelí en varios ámbitos como los asuntos de energía, ha terminado en la suspensión o reducción de la ayuda financiera y económica a esta entidad.
 
La Autoridad Nacional Palestina también ha enfrentado una disminución e incluso la suspensión de las ayudas económicas de los países árabes reaccionarios, especialmente Arabia Saudí, después de que Mohammed bin Salman se convirtiera en príncipe heredero. Debido a la presión de Estados Unidos, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha disminuido su ayuda a Palestina. De tal modo que la ANP apenas pueda pagar el salario de su personal. Bajo tales circunstancias, Washington, Tel Aviv y Riad habían contado en incentivos financieros para persuadir a los palestinos de planear el acuerdo del siglo, y seguían tal objetivo en la Cumbre de Manama. Como reveló el periódico Al-Akhbar, el príncipe heredero saudí ha pedido al presidente de la ANP, Mahmud Abás, que acepte el acuerdo del siglo, y si acepta, le daría 10 mil millones de dólares durante 10 años.
 
Los diseñadores y los ejecutores del acuerdo del siglo, en momento de diseñar las dimensiones de este nefasto acuerdo, no solo eran conscientes de tales problemas financieros y económicos en Gaza y Cisjordania, sino también estaban involucrados directamente en la creación de tales problemas. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Jordania han cooperado con Estados Unidos y el régimen de Israel en este proceso. Al mismo tiempo, la base del malvado plan del acuerdo del siglo es el intercambio de tierras a través de la cooperación de estos países árabes. Básicamente, la rendición de las islas de Tiran y Sanafir a Arabia Saudí parece haber sido un preludio para el acuerdo del siglo.
 
Cada uno de los reaccionarios Estados árabes debe desempeñar un papel en el plan del acuerdo del siglo, diseñado por Jared Kushner, el yerno judío del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El plan consiste en que Jordania renuncie a una parte de sus tierras para crear un llamado semi-estado palestino. A su vez, algunas partes de Arabia Saudí se entregarán a Jordania para que Tel Aviv finalmente pueda tomar el control de un área más amplia de Gaza. Kushner busca la asistencia económica y financiera de los saudíes y emiratíes a Palestina, incluida la creación de oleoductos desde Arabia Saudí a Gaza. De modo que se construiría una refinería y un puerto marítimo para el transporte marítimo, y se lanzarían estaciones de filtrado y purificación de agua por parte de Arabia Saudí en Gaza, con la alegación de crear empleo, siempre y cuando los palestinos renuncien a la causa palestinas y sus ideales. Sin embargo, los esfuerzos de estos países en la práctica no tienen ningún propósito, solo suministrar los intereses del régimen de Israel. 
 
Como se mencionó anteriormente, actualmente Palestina, y especialmente la Franja de Gaza, se encuentra en una situación complicada. En Gaza, el hambre amenaza la vida de más de un millón de personas. Es más, el bloqueo de 11 años ha impuesto una gran presión económica sobre las personas. En Cisjordania, la población de la región depende en gran medida de la ayuda internacional, cuya cantidad ha disminuido. En tal condición, Estados Unidos se esfuerza por aprovecharse del truco económico y engañar a los grupos palestinos. En las relaciones internacionales, se argumenta que, para reducir las tensiones en los casos importantes y complejos entre los países en conflicto, hay que comenzar desde un punto no sensible como la economía y gradualmente, con la preparación del ámbito, conllevar las cooperaciones en los sectores sensibles y políticos. Estados Unidos y el régimen israelí están tratando de llevar el acuerdo del siglo a la fase política y hacerlo operativo, centrándose en cuestiones económicas y de inversión en La Palestina. El plan fracasó en su punto de partida, es decir la Cumbre de Manama de Baréin, debido a la oposición multilateral de todos los grupos palestinos.
 
Desde 2017, países como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, aunque respaldaron en secreto el acuerdo del siglo, pero debido al miedo a la reacción del mundo islámico, no revelaron su postura. Por lo que Manama fue elegido como el lugar para la celebración del encuentro. Sin embargo, esta conspiración de la Casa Blanca para usar medios financieros y económicos no logró engañar a los grupos palestinos y, como dijo Wesam Abu Yusef, un funcionario de la Organización de la Liberación de Palestina (OLP) sobre la Cumbre de Manama que “la posición de los grupos palestinos fue clara desde el principio, no participarán en la conferencia para impulsar su economía. Pues para los grupos palestinos, el auge económico a cambio de reconocer la ocupación de Palestina es la mayor traición y ningún grupo no la aceptará. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha dicho que Al-Quds no se negocia. El Acuerdo del Siglo de Donald Trump es un golpe al presente siglo, y nunca aceptaremos conversaciones de paz estadounidenses ni ningún plan de paz propuesto por Washington, añadió.
 
 El siniestro plan del acuerdo del siglo les promete a los palestinos la promesa de la llamada “paz económica”, en lugar de la promesa de un Estado independiente, el fin de la ocupación y el regreso de los refugiados. Entonces, según la experiencia pasada, se puede decir que el plan de Trump no encontrará un camino para sobrevivir, ya que los palestinos han dicho repetidamente desde varias tribunas que no estarán satisfechos con nada menos que la formación de un Estado palestino con su capital Al-Quds (Jerusalén). Incluso a pesar de los enfoques poco sinceros del Reino Unido, los países europeos no han tomado ninguna postura para aceptar el acuerdo del siglo.
 
 P/NA/RHA

 

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