Dic 14, 2019 08:58 UTC

ParsToday - El malvado plan del acuerdo del siglo tiene tres grupos de actores: un actor diseñador y también ejecutor que es Estados Unidos.

Los actores involucrados o beneficiarios que son Palestina y el régimen israelí, y los actores regionales que son los contribuyentes del proyecto Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Por supuesto, algunos actores tienen intereses que entran en conflicto con los intereses de otros actores. Este asunto es un serio desafío en la implementación de este nefasto plan. El objetivo de Washington como diseñador y ejecutor del acuerdo del siglo es el reconocimiento de Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen israelí y el establecimiento de la ocupación. La formación de un Estado semi-independiente palestino, sin fuerza militar y que esté completamente bajo el control de Israel es otro objetivo final.
 
Los funcionarios estadounidenses han realizado intensivas consultas durante los años 2018 y 2019 para poder atraer el apoyo de los países árabes a este susodicho plan. A través de frecuentes viajes a los países árabes ribereños al Golfo Pérsico, trataron de promover la iranofobia  y la islamofobia para que los reaccionarios Estados árabes se alineen con el plan del siglo. Estados Unidos se esforzaba por convencer a Arabia Saudí y otros países árabes de que, si desaparece la causa Palestina, se debilitará el eje de la resistencia, pues una de las razones de la popularidad del eje es su apoyo a la causa palestina.
 
El traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Al-Quds, como capital de Israel y la propuesta de levantar el asedio de Gaza a cambio de ayudas económicas y su reconstrucción es una clara indicación del uso de la táctica norteamericana de palo y zanahoria para avanzar en los planes de reconciliación.
 
 
Hasta hace una década, Arabia Saudí por albergar las sagradas ciudades de La Meca y Medina, se autoproclamaba como el eje de los países islámicos en la región, y enfatizaba en la causa de Al-Quds como un punto de unidad entre los musulmanes. Pero con los cambios internos que tuvieron lugar en este régimen tras la llegada al poder del rey Malek Salman, Riad ha definido su política exterior en oposición a la República Islámica de Irán y no a favor de la causa de Al-Quds. El cambio en la política exterior de Riad ha llevado a una disminución en la posición de Palestina y la causa de Al-Quds y en un traicionero giro, Arabia Saudí se alineó en práctica con las políticas del régimen israelí. Este enfoque llevó a Arabia Saudí, denominado por Trump como la “vaca lactante”, como uno de los principales proveedores del plan del acuerdo del siglo. Según el plan de Trump, Arabia Saudí se considera como el principal patrocinador financiero para cubrir alrededor del 70 por ciento de los costos económicos para la implementación de esta siniestra treta.
 
 
El príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman bin Abdulaziz, en una entrevista realizada en octubre de 2017 a la cadena Bloomberg, se refirió a las inversiones de Arabia Saudí en proyectos relacionados con el norte del desierto de Sinaí, afirmó que el objetivo final de la firma de tales contratos es promover proyectos conocidos como Neom. Según los cuales, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, y especialmente Kuwait, están contribuyendo a las exportaciones de energía a Europa. Esto significa que Kuwait realizará exportaciones a Egipto y luego a Europa a través de los oleoductos y ferrocarriles en la región de Neom. Arabia Saudí invertirá también en el sur del Sinaí, además del norte, lo que finalmente beneficiará al régimen israelí para tener un mayor dominio sobre Egipto. En este sentido, los líderes saudíes están hablando de dos proyectos llamados el túnel y la autopista Malek Salman. Esto ha planteado una importante pregunta que ¿si los saudíes, de esta manera, quieren convertirse en la única forma de llegar al Mediterráneo y sacrificar, a su vez, la causa palestina?
 
 
Según el proyecto Neom, algunas partes del Sinaí se entregarán a Arabia Saudí y la mayor parte de Cisjordania se unirá al estrecho de Tirán, Egipto saldrá de la entrada de Golfo de Áqaba y el estrecho de Tirán. Si se cumple dicha política, la probable amenaza de la flota israelí en el Golfo de Áqaba por parte de los egipcios se reducirá a cero y allanará el camino para el dominio de la seguridad del régimen israelí. De hecho, el intercambio de tierras a favor de los intereses de Israel se considera como una de las principales características del plan de acuerdo del siglo.
 
 
El experto persa en asuntos de la Palestina, Sadolá Zarei, dice: “El plan del siglo es cien veces más ambiguo que los proyectos anteriores,  que fracasaron , es decir que conforme a este plan una parte de Arabia Saudí debe separarse, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos deben pagar más de 40 mil millones de dólares , por otro lado, hay que desintegrar una gran parte de Jordania, se debe separar una parte de Cisjordania, que la ONU ahora dice que pertenece a los palestinos, y ser entregada al régimen israelí, también una parte del desierto del Sinaí de Egipto debe ser separado y entregado a los palestinos, y parte de la Franja de Gaza debe ser entregada al régimen israelí”. 
 
 
Egipto es otro país involucrado en el malvado plan del acuerdo del siglo. Egipto está ubicado cerca de los territorios ocupados y la Franja de Gaza. El presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, que se considera como una parte inseparable del acuerdo del siglo, requiere de la ayuda económica de Riad y Washington debido a las presiones económicas internas. Dado que la legitimidad de Al-Sisi ha sido cuestionada tanto dentro del país como por una parte de la comunidad internacional, se considera su participación activa en el plan del acuerdo del siglo como una oportunidad para fortalecer su posición. La postura de El Cairo sobre el oscuro plan tiene que ver con otros asuntos, incluida la ayuda militar estadounidense a Egipto y la crisis económica del país.
 
Por supuesto, a El Cairo le preocupa las consecuencias de implementar el citado plan, especialmente la situación de los refugiados palestinos. El 9 de agosto de 2018, el ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Sameh Shukri, en un viaje a Estados Unidos afirmó que su país estaba listo para aceptar la idea estadounidense del “acuerdo del siglo”, siempre y cuando que fuera ejecutable, no provocara problemas y no dejara ningún punto vago. El plan del acuerdo del siglo no debería imponer la misión  de reasentamiento de refugiados palestinos a Egipto y los países árabes, especialmente porque Washington y Tel Aviv propusieron privar a los refugiados palestinos del derecho a regresar e incluso recortar fondos para la  Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
 
Sin embargo, debido a la naturaleza dependiente del sistema político egipcio, la falta de una base étnica popular, especialmente después de la sangrienta represión contra los líderes de la Hermandad Musulmana, las crisis económicas y financieras internas, Egipto no tiene una postura firme contra el acuerdo del siglo, y la traición contra la causa palestina está prácticamente en la agenda de trabajo de este país.
 
Egipto imagina que después de la implementación del nefasto plan del acuerdo del siglo recibirá el apoyo financiero, logístico y militar de Estados Unidos, limpiando el noreste del Sinaí de terroristas afiliados al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). El Cairo también es optimista sobre el establecimiento de un vínculo entre Jordania y Asia occidental sin la intervención del régimen sionista. Egipto busca ganar dinero a través del intercambio de algunas partes del desierto del Sinaí con el desierto de Néguev.
 
Pero, El Cairo parece haber olvidado que la Casa Blanca es la creadora y partidaria de Daesh en la región y que este grupo terrorista debe su vida al país norteño. Egipto ha olvidado que Estados Unidos no ha cumplido con ninguna de sus promesas financieras para reconstruir Afganistán, Irak y Siria, y hasta el momento no ha hecho ningún acto efectivo en la región, excepto la venta de armas a Arabia Saudí para la violación y abuso infantil en Yemen. En la implementación del acuerdo del siglo, Egipto busca sus intereses como el establecimiento de un puerto internacional y la excavación de un túnel entre Egipto y Jordania y el establecimiento de un enlace entre este país con Irak  así como los estados ribereños al Golfo Pérsico. El Cairo espera cosechar los beneficios del comercio derivado de la implementación de este plan a expensas de traicionar la causa palestina y desplazar a millones de palestinos.
 
Desde el aspecto político, los líderes de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto también creen que con la realización final del acuerdo del siglo podrán luchar aún más contra el Eje de la Resistencia. Por esta razón, están tratando de fortalecer la normalización de sus relaciones claras y encubiertas con el régimen israelí, y están presionando a la Autoridad Nacional Palestina para ejecutar este plan. Pero el fracaso de la Conferencia de Manama sobre el Plan del acuerdo del Siglo mostró que el eje de la reconciliación se ha equivocado en sus cálculos, y que el fallido plan fortalecerá la unidad de los grupos palestinos y aumentará la popularidad del Eje de Resistencia en el mundo islámico y árabe. Porque el eje de Resistencia es la única corriente que, a diferencia de Egipto, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, no ha aceptado traicionar la causa palestina en vez de intereses económicos y políticos.
 
 
 
P/NA/RH

 

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