Dic 09, 2019 07:49 UTC

ParsToday – Queridos amigos, en la décimo quinta parte del espacio titulado “Posición de la mujer en el Occidente”, vamos a enfocarnos en el tema de la desigualdad de género en el cine occidental. Quédense con nosotros.

Abonar los terrenos para una mayor participación de las mujeres en todos los rangos ocupacionales y la toma de decisiones, es uno de los objetivos clave del plan de Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), elaborado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
 
Como admiten muchos expertos, estos objetivos no se han logrado no solo en los países en vías de desarrollo, sino tampoco en algunos países desarrollados occidentales que reclaman la igualdad de género. La desigualdad de género se da también en el cine occidental.
 
Pese a las consignas sobre la igualdad de género y las actividades de los movimientos feministas en los países occidentales, numerosos informes y pruebas apuntan al uso discriminatorio y estereotipado de la mujer en la industria cinematográfica internacional. Según estos informes, menos de un tercio de los papeles dialogados en los largometrajes es entregado a las mujeres. Solo un 22,5 % de los empleos involucrados en el cine están en poder del sexo femenino, cifra que baja a menos del 15 % en empleos tales como la administración de empresas, ciencias, tecnología e ingeniería. Conforme a un estudio hecho sobre películas producidas en Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, La India, Rusia, Corea del Sur, EE.UU. y el Reino Unido, las mujeres son usadas el doble de los hombres como atracciones sexuales en los largometrajes. Así que se trata de la instrumentalización de la mujer en el cine, ya que no se respetan su dignidad humana como mujer ni la igualdad de género en el verdadero sentido de la palabra.
 
La primera estrella del cine estadounidense fue una mujer: Florence Lawrence, seguida de una niña californiana llamada Shirley Temple, que solo tenía seis años, que se convirtió en la estrella más cara y popular de Hollywood durante cuatro años consecutivos.
 
En aquel entonces, hubo mujeres como Heda Happer y Lula Parsons, periodistas y críticas de cine, cuyos artículos eran leídos por millones de personas y podían causar el éxito o el fracaso de una película. Pero hoy, con el paso de más de un siglo desde el nacimiento de la más poderosa industria cinematográfica del mundo, Hollywood, las mujeres, que han desempeñado un papel importante en el crecimiento y el éxito de Hollywood, ahora se han convertido en personajes secundarios.
 
La destacada actriz británica Helen Mirren, que lucha contra la desigualdad de género en la industria del cine dice: "Si ahora mismo se da un repaso a las películas, se verá que el número de las mujeres con los papeles principales es mucho menor que el de los hombres". Mirren tacha de estúpida la forma de escoger el reparto en el cine occidental. Esta actriz británica, que hasta ahora ha ganado tres veces el premio Golden Globe, mantiene que esta estúpida forma de elección, coloca a los hombres ancianos en el papel opuesto a mujeres jóvenes. Esta actriz de 69 años, que en 2006 ganó el premio Oscar a la mejor actriz por su papel de la reina Isabel en la película “La Reina”, en una entrevista criticó duramente la actitud de la industria cinematográfica hacia las féminas y tildó de opresivo el dejar de lado a las actrices por su edad. Al respecto, dijo: "Estas cosas nunca cambian. Todos nosotros vemos a James Bond, que se envejece día a día, pero la actriz frente a él se hace más joven en cada película. Esto es muy perturbador".
 
A nivel profesional, Hollywood siempre ha tratado a las mujeres como ciudadanas de segunda clase. La diferencia salarial, el número de los premios recibidos y el número de directoras de cine denuncian una de las industrias cinematográficas más afectadas por el género en el mundo. Por ejemplo, en casi 90 ediciones de premios Oscar, solo una mujer ha podido obtener el premio al mejor director: Catherine Bigelow, en 2009. La revelación, por parte de actrices, de las cifras de los sueldos, que suelen ser uno de los misterios de los estudios de producción de cine, ha causado recientemente un gran escándalo. Cuando Hilary Swank, dos veces ganadora del Oscar, anunció que la paga de los actores masculinos en el papel frente al suyo era diez veces mayor que la de ella, sacó a luz una imagen de Hollywood que se parecía más a la época medieval que al siglo XXI.
 
La publicación de una serie de estadísticas destapó la deplorable discriminación contra las mujeres en Hollywood. Según estas cifras, de las 1300 películas estadounidenses más vendidas y realizadas entre 2002 y 2014, solo casi el 4 % habían sido dirigidas por mujeres. Estos datos demuestran la desconfianza de los grandes estudios y los inversores de Hollywood en las directoras de cine. Desde luego, cuanto más nos alejamos de Hollywood y del largo cine narrativo, las estadísticas toman una forma más razonable y más justa. Por ejemplo, en el cine independiente, en el que el puro dominio del capital está controlado hasta cierto punto, las mujeres han mostrado mayor poder y actividad, de manera que entre 2002 y 2012, casi el 24 % de los directores participantes en festivales de cine independiente, eran mujeres.
 
Durante este período, el 58 % de las mujeres, que intentaron realizar películas y fallaron mencionó los problemas económicos como la razón principal de este fracaso, lo que demuestra que los productores, que generalmente son hombres, se muestran reacios a emplear a mujeres en proyectos caros. Con tal actitud, si las mujeres hicieron el 9 % de las películas de Hollywood en 1998, esta cifra bajó al 5 % en 2011. En el mismo período, solo cuatro largometrajes hechos por cuatro directores masculinos de Hollywood perdieron más de 500 millones de dólares.
 
Dadas las decepcionantes estadísticas y tendencias que han ocurrido en los últimos años, se puede concluir que el cine de Hollywood no es un muy buen anfitrión para las mujeres. Las cifras muestran que solo el 6 % de las películas de Hollywood fueron dirigidas por mujeres en 2013 y 2014. Curiosamente, en el mismo cine estadounidense donde trabajan unas cuantas directoras, la audiencia femenina es mayor que la masculina. En otras palabras, se puede decir que generalmente son los hombres los que hacen películas para mujeres. Aparte del tema de discriminación de género, este desequilibrio comporta numerosas consecuencias culturales.
 
Claire Johnston, teórica feminista del cine occidental, creía que, en el cine estadounidense, el papel de las mujeres es generalmente secundario y solo complementa el papel del héroe masculino. Johnston afirmaba que, en Hollywood, el hombre es el personaje activo y la mujer el personaje pasivo. Incluso los placeres del largometraje están diseñados específicamente para los hombres. Sobre todo, porque en estas películas las mujeres son tratadas con un enfoque sexual sin respetar sus derechos. Tanto es así que en la mayoría de las películas que se producen en el Occidente, si no hay tal actitud sexual hacia la mujer, la película será contraria a lo que espera la audiencia. Tal actitud está tan institucionalizada que a nadie le preocupa que se presente una imagen así de la mujer. En un reciente estudio hecho sobre 100 películas de Hollywood, los investigadores del departamento de medios y comunicaciones de la facultad de Anberg de la Universidad de California del Sur llegaron a la conclusión de que el énfasis en la atracción sexual de la mujer en estas películas se ha multiplicado con respecto al pasado.
 
Así las cosas, se puede decir que el cine occidental, especialmente Hollywood, no solo no piensa en la igualdad de género, sino que la posición que define para las mujeres no es muy diferente de lo que hay en los países subdesarrollados del mundo.
 
 
 
P/FE/NL

 

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