Dic 16, 2019 07:40 UTC

ParsToday – Queridos amigos, en la décimo sexta parte del espacio titulado “Posición de la mujer en el Occidente”, vamos a enfocarnos en la instrumentalización de la mujer en el Occidente. Quédense con nosotros

Uno de los más importantes rasgos femeninos es la sensación de belleza, elegancia y de ser elogiada. Pero, en el Occidente, con el transcurso del tiempo y con la constante propaganda, esta característica ha sido abusada de manera sutil; convirtiéndola poco a poco en una mercancía lo que ha cuestionado su dignidad humana. Dando un repaso al ambiente de las películas promocionales y de cine occidentales, se puede descubrir que las mujeres han sido utilizadas, por un lado, como un medio para promocionar el consumo de bienes y, por el otro, han sido inducidas a consumir bienes innecesarios. En el programa de hoy, vamos a hablaremos más sobre este asunto.
 
El filósofo francés Roger Garaudy escribió en su libro “Llamado a los vivientes”: “La economía libre a la manera occidental no es para satisfacer la demanda del mercado, sino para crear la demanda del mercado”. En 1960, Walter Thompson, director de la mayor empresa de publicidad y anuncios comerciales del mundo, comentó que los estadounidenses deben aumentar su consumo en 16 mil millones de dólares al año para poder producir a un ritmo rápido. Para la economía capitalista, más consumo para más producción es una necesidad de la economía de hoy, toda vez que si los bienes manufacturados no se consumen, no habrá la posibilidad de desarrollar la producción, mejor dicho el desarrollo económico. En el libro “La ciencia de la economía”, de Ernest Mandel, se lee: “Las ruedas de la producción giran tan rápido que la menor vacilación del consumidor en la compra, puede sacudir toda la estructura de la economía”. Así que, para producir más, que es necesario para el desarrollo económico, se debe alentar a la gente a consumir más, y es por eso que la propaganda es uno de los pilares del desarrollo a la manera occidental.
 
Dado que la publicidad comercial es un fenómeno derivado de las ideas humanistas, en ella, para lograr el objetivo, se puede utilizar cualquier medio y, según este punto de vista, el ingreso de cualquier elemento en los anuncios comerciales puede ser un medio para mayor comercialización y la expansión del dominio económico de empresas e instituciones económicas. Estos anuncios tienen como naturaleza intrínseca estimular al público a comprar un producto o servicio específico. En la publicidad se utiliza una variedad de herramientas tales como la música, naturaleza, juego con los colores, exageraciones y mentiras. Pero lo que atrae la atención de los teóricos occidentales más que cualquier otro factor es el atractivo sexual. De hecho, este asunto fue el comienzo del uso de la mujer en la publicidad y, psicólogos como Edward Louis Bernays se encontraban entre las personas que hicieron uso de las féminas como el medio más importante de publicidad.
 
Pese a tal percepción y contrariamente a los alegatos habituales en el Occidente, la posición de la mujer de hoy en los países occidentales se ha reducido a nivel de un producto. Hay pocas vallas publicitarias y anuncios comerciales de televisión en los que no se haya utilizado la belleza física de la mujer para promocionar productos. El uso de esta belleza física no se limita a la publicidad. Incluso en el cine y la televisión occidentales, se intenta animar al público a sentarse frente al televisor o arrastrarlo a los cines valiéndose del atractivo femenino.
 
Numerosos estudios confirman que, en promedio, en el 40 % de los anuncios, la mujer se presenta como un objeto sexual. Los resultados de estos estudios también muestran que, en los anuncios comerciales transmitidos en horario de máxima audiencia, las mujeres fueron mostradas semidesnudas, más veces que los hombres: un 9,2 % de hombres frente un 20,8 % de mujeres. En un análisis sobre la posición de la mujer en la publicidad, un investigador llamado Linder revisó las ediciones del semanario estadounidense TIME en diferentes años y dijo que cuando una mujer está de pie en un estado seductor junto a un automóvil, en lugar de presentar el papel del consumidor o el fabricante del producto, se ve como un anexo al mismo. Esta pauta de abuso de mujeres es mucho más frecuente en revistas y anuncios dirigidos al sexo masculino.
 
Por otra parte, en los medios de comunicación dirigidos especialmente al público femenino, se insinúa que las mujeres son objetos sexuales. Incluso se inculcan que deberían consumir productos como cosméticos y ropa de moda para ser populares en las relaciones con el sexo opuesto y ser físicamente atractivas. Un investigador que estudió las memorias diarias de las jóvenes estadounidenses en los últimos cien años para descubrir en qué ven el factor de su progreso, llegó a la conclusión de que, en el pasado, las muchachas se enfocaban en la educación, la cortesía y la conservación de su personalidad, pero han cambiado en los últimos 20 años y han considerado la mejora en su apariencia y la moda como base para su progreso.
 
Lo más lamentable es que todo esto se justifica bajo la cobertura de la libertad femenina y la igualdad de derechos con los hombres. Pero si una mujer quiere aparecer en lugares públicos cubriendo su cabello y su cuerpo y preservando su castidad, es acusada de violar la libertad y se le imponen restricciones a su presencia en establecimientos públicos. El ayatolá Ali Jamenei, Líder de la Revolución Islámica de Irán, criticó en un discurso la política occidental frente a la mujer y dijo: “Lo que ha hecho la civilización materialista occidental al abordar el tema de la mujer, es un pecado grave e imperdonable y sus repercusiones no pueden compensarse en absoluto”. El Líder también señaló que las manifestaciones de la civilización occidental respecto a las féminas, como la seducción, el dar placer a los hombres y la  violación a la privacidad e intimidad de las mujeres, —a lo que el Occidente se refiere como libertad— es en realidad un cautiverio para la mujer.
 
El ayatolá Jamenei subrayó que el resultado de tal mirada a la mujer es la destrucción de la familia e insistió en que “cuando en la sociedad, los cimientos del hogar se ven sacudidos, los problemas de esa sociedad se institucionalizan y la civilización occidental, con sus perversas leyes sexuales que ha implementado, está condenada al fracaso, lo quiera o no”.
 
La familia es el foco de las grandes civilizaciones. Cuanto más se exponen los valores de la familia al colapso, más se exponen las civilizaciones al desplome. El Líder de la Revolución Islámica consideró el declive de las civilizaciones, al igual que su aparición, como algo gradual, algo que está sucediendo en el caso de la civilización occidental. Las crisis morales y sociales que aquejan a las sociedades occidentales de hoy y la legalización de las anomalías inmorales y contrarias a la naturaleza humana, como el matrimonio homosexual, han hecho que estas sociedades se vean inmersas en una vorágine de las crisis morales provocando el colapso de la familia.
 
La verdad es que los logros de la mujer en el Occidente en los últimos años es aparentemente muy deslumbrante, pero las preguntas que surgen para muchos estudiosos es que, después de tantas libertades individuales y sociales, ¿la dignidad humana de la mujer está garantizada en el Occidente? ¿la mujer occidental finalmente ha alcanzado la calma que quería, o bien está en una crisis de inquietud?
 
 
P/FE/NL

 

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