Dic 23, 2019 07:49 UTC

ParsToday - Estimados amigos, en el programa de hoy les vamos a hablar sobre la posición de las mujeres migrantes en el Occidente.

En el mundo de hoy, las mujeres, al igual que los hombres, emigran por distintas razones, incluyendo asuntos políticos, guerra o huida de la pobreza y el hambre, y, a veces, en busca de las libertades trazadas por el mundo occidental, pero cuando llegan a su destino, se enfrentan con muchos problemas. Por ejemplo y según cifras oficiales, el número de mujeres migrantes que trabaja de manera ilegal en los países de la Unión Europea es del 44 % y el número de las desempleadas es del 19 % del número total de las mujeres migrantes en esos países. Muchas de estas féminas en el ambiente laboral sufren los bajos sueldos y las difíciles condiciones de trabajo, y, como mujeres migrantes, están amenazadas por políticas y prácticas violentas y racistas. En el programa de hoy vamos a enfocarnos en el status de las mujeres migrantes en el mundo occidental.
 
El sueño de los migrantes es lograr una vida normal con comodidad y seguridad que, según los tratados internacionales de derechos humanos, debe ser proporcionada a ellos. Pero, en muchos casos, este sueño no se hace realidad, especialmente para las mujeres que, debido a la visión de género hacia ellas, son más vulnerables que los hombres. Algunas de estas mujeres, sin su esposo o, a veces, con sus hijos, van al Occidente en busca de su sueño, pero se ven enfrentadas a un futuro ambiguo y oscuro, y no solo deben luchar por una difícil vida en una nueva sociedad, sino también tienen la responsabilidad de cuidar de sus hijos. Estas mujeres a menudo carecen de protección y seguridad suficientes en las sociedades occidentales. Las historias de las mujeres migrantes en el extranjero son dolorosas. Las migrantes, en el segundo país, a menudo son ampliamente abusadas y especialmente son blanco de humillación racial o de género, debido a su color, religión, idioma distinto, miedo a la policía y desconocimiento de las leyes de defensa de los derechos femeninos en el país receptor de migrantes.
 
Las mujeres, especialmente aquellas que emigran a Europa occidental, son de particular importancia y tienen un impacto significativo en las políticas relativas a la admisión de migrantes en estos países. Pero la emigración de mujeres, como uno de los fundamentos principales de la familia, es de por sí una cuestión importante. En primer lugar, cabe señalar que los países europeos sufren recesión económica y, lo más importante es que enfrentan también la baja tasa de natalidad. Por eso, la entrada de mujeres migrantes en esos países es de suma importancia.
 
Cuando escuchamos las noticias sobre el acoso sexual en el Occidente, lo que llama la atención es que las víctimas son migrantes, sobre todo si también son musulmanes. Los noruegos creen que los migrantes, como vienen de países machistas, deberían conocer la Europa libre donde las mujeres se visten cómodamente y donde se bebe alcohol. Entonces, buscan imponer la cultura occidental y el libertinaje a las mujeres.
 
Debido a que, en muchos casos, la migración en forma legal abarca ciertas complejidades, las personas recurren a menudo a la migración ilegal, lo que a menudo resulta en que los migrantes, especialmente las mujeres, caigan en la trampa en los traficantes de personas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la trata de mujeres y la actividad de estas víctimas en los países de destino ascienden a más de 32 mil millones de dólares anuales, la mitad de los cuales se refiere a los países occidentales.
 
En Europa occidental, 500 mil mujeres y muchachas jóvenes son traficadas anualmente, el 60% de las cuales provienen del sur asiático y de Europa oriental. Asimismo, las mujeres contrabandeadas a EE.UU. también se encuentran en una situación catastrófica. En el país norteño, las mujeres y las muchachas que son víctimas del tráfico sexual, a menudo afrontan la violencia masculina. El gobierno norteamericano, que alega ser firme defensor de los derechos humanos, ha confirmado el contrabando anual a EE.UU. de 100 mil mujeres y chicas desde las extintas repúblicas soviéticas, 75 mil desde Europa del Este y 50 mil desde África. Igualmente, el número de las personas contrabandeadas desde América Latina y el Caribe a EE.UU. se eleva a 100 mil al año, la mayoría de las cuales acaba muriendo por enfermedades contagiosas como el SIDA o por la drogadicción.
 
Según la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) de Alemania, mientras el número de mujeres solicitantes de asilo en ese país está aumentando, les resulta difícil encontrar un refugio seguro, oportunidades educativas y participación en actividades sociales.
 
Jessica Mosbahi, asesora para derechos humanos y política en la organización no gubernamental Medica Mondiale, con sede en Alemania, denunció en una entrevista con la radio Deutsche Welle que "muchas de estas mujeres están constantemente expuestas a la violencia sexual por parte de otros solicitantes de asilo o del personal de los campamentos". Calificó tales campamentos y residencias como zonas "sin ley", que están lejos de los ojos de la policía. Las mujeres no pueden denunciar la violencia sexual bajo tales condiciones, ya que temen que su solicitud de asilo sea afectada. Según un grupo defensor de los derechos femeninos en los campamentos de Alemania, algunas solicitantes de asilo se venden por diez euros.
 
La violencia, los tratos degradantes y las palizas son otros actos que cometen estos días los racistas en los países occidentales. Este es especialmente el caso de los migrantes musulmanes. En general, estos últimos, especialmente las mujeres migrantes, siempre han estado sujetos a presiones directas e indirectas de su entorno debido a las diferencias en la religión y la firmeza en las creencias religiosas. Sobre todo, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ofensiva de los medios occidentales contra los musulmanes ha sido más compleja que nunca.
 
El resultado de tal percepción fue lo que condujo al asesinato de Marwa El-Sherbini en la corte de Dresde en Alemania. El-Sherbini, de 31 años, era una mujer egipcia que en 2009 demandó a un hombre alemán llamado Alex W., quien la insultó y la llamó terrorista y prostituta islámica por su hiyab o velo. Durante la audiencia de apelación, el acusado atacó a El-Sherbini, que llevaba tres meses de embarazo, ante los ojos del juez y otros participantes y la mató a acuchillados, hiriendo a su esposo y a otro hombre. Después del incidente, la revista germana Focus reveló que Alex, un racista alemán de 28 años, ya había anunciado su decisión de matar a El-Sherbini antes de ingresar en la corte.
 
Según los expertos, una de las causas más importantes de tales problemas en los países occidentales es que del Islam se presenta una imagen negativa en los medios locales, lo que lleva a los extremistas a enfrentarse de manera violente con los musulmanes, especialmente con las mujeres musulmanas. Por tal razón, el hiyab, que es uno de los pilares de la fe de la mujer musulmana y uno de los símbolos más importantes del Islam, la ha enfrentado con muchas amenazas y problemas en algunos países occidentales, y somos testigos de que este derecho natural de la mujer musulmana se ignora en el marco de políticas islamófobas y racistas en muchos países occidentales.
 
 
P/FE/NL