EEUU en la semana que pasó (15 de mayo de 2016)
Saludos a todos los estimados oyentes. Estamos con Uds. con un programa más de la serie Estados Unidos en la semana que pasó y, al igual que en los programas anteriores, revisaremos los importantes cambios políticos, económicos y sociales de EE.UU.
La semana pasada, el polémico precandidato del partido republicano a elecciones primarias presidenciales, Donald Trump, mantuvo un encuentro con los líderes de su partido. Después de que Trump visitara por separado al presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus y, al presidente republicano de la Cámara Baja, Paul Ryan, los cuales se encuentran entre los altos funcionarios del partido republicano de EE.UU., ya se ha fortalecido el panorama de la unidad entre los republicanos para presentarse en las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre del año en curso. Priebus calificó de excelente su encuentro con Trump y, Ryan a su vez solicitó el apoyo total de los republicanos a Trump para que venza a los demócratas en las próximas elecciones. Estas declaraciones se han pronunciado en las últimas semanas mientras que cuando se desarrollaban las elecciones primarias, han sido elevadas las fisuras internas en este mismo partido. Incluso, se decía que si Trump no lograra el quórum necesario en las elecciones primarias para presentarse como precandidato por parte de la Convención Nacional del Partido, los líderes republícanos reemplazarían con otros candidatos a Trump. Y éste último había amenazado a su vez que si ocurriese algo así, él no apoyaría la candidatura de otro candidato. La advertencia de Trump había visualizado la perspectiva de la disputa interna en el partido republicano. Sin embargo, ahora que han quedado atrás todos los rivales de Trump, los republicanos, incluso los que criticaban a Trump, no tienen más remedio que apoyar a este millonario neoyorquino. Desde el punto de vista de los más serios opositores a Trump dentro del partido republicano, Paul Ryan entre otros, el riesgo de la victoria de Hilary Clinton, supuesta candidata final demócrata en las próximas elecciones y la continuación de los planes del Gobierno del presidente, Barack Obama, es tan serio que se ve necesario respaldar a cualquier candidato del partido republicano.
La semana pasada, después de que Bernie Sanders triunfara en las elecciones primarias a las presidenciales en el estado de Virginia Occidental, señaló en el círculo de sus simpatizantes que los resultados de las elecciones indican que los estadounidenses ya están listos para una revolución política. El precandidato del partido demócrata enfatizó en que lo que ahora necesita EE.UU. es una economía a favor de todo el pueblo y no solo a pro del 1% de los ciudadanos. Sanders hizo hincapié una vez más en subir salarios, extender el seguro médico barato y las universidades públicas gratis. Hasta la fecha, Sanders, senador izquierdista de Vermont, con estos planes ha triunfado tanto en las elecciones interpartidarias como en las elecciones primarias de 20 estados y, tiene el apoyo de 9.500.000 votantes demócratas estadounidense. Si bien la fama y los recursos financieros de Sanders es mucho menor que los de Hilary Clinton, precandidata líder de los demócratas en las primarias a las próximas elecciones presidenciales en EE.UU., Sanders ha logrado 1.430 escaños en la Convención Nacional de Demócratas. Según los cálculos matemáticos, Sanders no tiene mucho chance para llegar a ser el candidato final de su partido en las elecciones de noviembre próximo porque, para ello, debería conseguir el 83 % de los votos en el resto de las elecciones, lo cual es muy improbable dado a los logros de Clinton en las competencias en partido demócrata en el pasado febrero. Sin embargo, hasta el momento, Sanders ha logrado influir en las próximas elecciones presidenciales de EE.UU. De momento, Sanders es el representante de aquellos ciudadanos estadounidenses que están indignados duramente por la injusticia social, la profunda brecha entre las diferentes clases de la sociedad, la influencia de los super ricos, la pobreza creciente y, en breve, por la situación actual en el país. Las cifras y los índices económicos y sociales confirman estas desigualdades en EE.UU.
La semana pasada, el presidente para los Asuntos Internacionales de Duma en Rusia, Alexander Pashkov, exhortó a EE.UU. que respete las normas internacionales de no bombardear hospitales y centros civiles y que deja de este tipo de ataques en diferentes países. Las declaraciones de Pashkov han sido llevadas a cabo el pasado martes en reacción a las palabras del representante de EE.UU. ante la ONU, Samantha Power, sobre la ocupación de la península de Crimea por parte de Rusia. Pashkov declaró que Power debe pensar en cómo impedir los bombardeos de los hospitales por parte de EE.UU. El presidente para los Asuntos Internacionales de Duma en Rusia agregó que 80 países en la ONU han redactado una resolución en cuanto a los bombardeos de EE.UU. contra los hospitales. Pashkov hacía referencia a los ataques de las cazas estadounidenses contra un hospital en Kunduz situada en Afganistán. El pasado 3 de octubre de 2015, las cazas norteamericanas pusieron el blanco a un hospital de los médicos sin fronteras en Kunduz, en el país afgano, donde murieron por lo menos 30 personas y dejó heridas a otras 30. En reacción a las amplias críticas a nivel mundial, Washington alegó que el bombardeo contra el hospital citado fue un fallo humano. Sin embargo, la Organización de los Médicos sin Fronteras reveló que previamente había sido facilitado a las fuerzas occidentales los datos de localización del hospital y que, este ataque violó las normas internacionales y que fue realizado con intención. La Organización de los Médicos sin Fronteras precisó que este ataque demuestra además de los errores humanos, la desatención de las fuerzas de EE.UU. y también de violar las normas de guerra. La organización citada ha solicitado investigar al respecto.
Estimados oyentes, hemos terminado el programa de hoy y nos despedimos de todos Uds. hasta la próxima semana.