Primero escucharán la aleya 23 de la sura El lujo:

 

 

 

 

En las aleyas anteriores discutimos la falsedad de las creencias de los paganos al seguir las formas irracionales de sus antepasados al adorar ídolos, en lugar de seguir el camino de la guía como lo muestran los profetas enviados por Dios Todopoderoso. La aleya 23 significa decir que aquellos que viven en el lujo piensan solo en la opulencia y las posesiones mundanas, asumiendo que cualquier cambio de comportamiento, por racional que sea, podría perturbar el status quo establecido por sus antepasados, cuyas formas politeístas aseguraban estatus, poder y riqueza para ellos a expensas de las masas oprimidas.

 

En esta aleya, Dios Todopoderoso le informa al profeta del Islam que todos los profetas antes que él habían advertido al pueblo de las terribles consecuencias si no abandonaban sus falsas creencias y se volvían hacia el camino recto e inquebrantable del monoteísmo, sino a los cabecillas de los politeístas, temerosos de perder sus privilegios ante el despertar de las masas, enfrentaron y persiguieron a los mensajeros divinos defendiendo el credo desviado de sus antepasados.

 

 

Esta aleya nos enseña los siguientes puntos:

 

1-      Dios ha dado a los seres humanos el intelecto para separar la verdad de la falsedad, lo que significa que está mal defender ciegamente los caminos desviados del pasado.

 

2-      Es deber de los Profetas, santos y reformadores religiosos advertir a los elementos arrogantes e ignorantes de las consecuencias de sus malos caminos.

 

3-      El poder y la riqueza, si no se controlan, conducirán a la rebelión contra Dios.

 

 

Ahora escucharán las aleyas 24 y 25 de la sura El lujo:

 

 

 

 

 

 

Entre los métodos de presentación de hechos y realidades está el comparar y contrastar las enseñanzas de diferentes escuelas. Así, los profetas hicieron uso de la razón y el intelecto, mientras que sus oponentes se apegaron al tribalismo y la imitación ciega, negándose a escuchar el llamado divino.

 

Como resultado, la aleya 25, después de que las aleyas anteriores habían advertido debidamente a los politeístas de las consecuencias de sus falsas creencias, habla de la ira divina. Dado que los politeístas que se enorgullecían de las creencias erróneas de sus antepasados no solo continuaron negando la verdad manifiesta y el camino de la bienaventuranza como lo mostraron los profetas, ahora le correspondía al Señor Todomisericordioso castigarlos, ya que estos politeístas estaban propagando la corrupción en la tierra. Por lo tanto, debemos estudiar las ruinas y la historia del pasado para aprender cómo las civilizaciones poderosas y ricas fueron destruidas por Dios por su desobediencia y pecados.

 

De estas aleyas aprendemos que:

1-      Entre las formas de promover el Islam está comparar sus enseñanzas dinámicas con las de otras religiones sobre la base de la lógica y la racionalidad.

2-      La negación de los hechos y las realidades resulta en obstinación y eventualmente priva al intransigente del poder de discernir entre el bien y el mal.

3-      La ira divina golpea después de largos períodos de alivio y signos manifiestos para que los incrédulos y pecadores corrijan sus creencias y caminos erróneos.

 

 

Ahora escucharán las aleyas 26, 27 y 28 de la sura El lujo:

 

 

 

 

 

 

 

 

Las aleyas que les recitamos ahora pertenecen al profeta Abraham y fueron reveladas por Dios Todopoderoso con el fin de sacudir la conciencia de los árabes paganos de los días del profeta Muhammad (saludos sean para él y sus descendientes). Estas aleyas quieren decirles a los árabes que sí consideran a Abraham como su Patriarca y afirman seguir a sus antepasados, ¿por qué no siguen el credo monoteísta de Abraham el iconoclasta, quien le había dicho a su tío politeísta y guardián Azar, que estaba mal adorar ídolos?

 

Dado que Abraham era respetado por todos y se consideraba un honor estar entre sus descendientes, se recuerda a los incrédulos y politeístas que fue él quien rasgó los velos de la imitación ciega. Por lo tanto, si los árabes son sinceros, deberían seguir los pasos de su antepasado Abraham en lugar de imitar ciegamente a los idólatras que se habían desviado del credo monoteísta. Es interesante notar que en Mesopotamia cuando el joven Abraham había criticado a su tío y a los demás idólatras por sus falsas creencias, habían recurrido a la afirmación infundada similar de seguir a sus antepasados. Abraham, sin embargo, refutó su afirmación infundada al señalar que Él adora nada menos que al Único Creador que lo guiará como había guiado a los profetas y monoteístas del pasado.

 

Como lo aclara la aleya 28, Abraham no sólo se adhirió al principio de la indivisible Unicidad de Dios y luchó contra todas las formas de idolatría y desviación, sino que tampoco escatimó esfuerzos para hacer la Palabra de Dios, es decir, el monoteísmo, supremo y eterno entre sus descendientes, para que aquellos que habían sido engañados por Satanás pudieran finalmente regresar al camino correcto.

 

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-      La verdadera fe se basa en la lógica y la racionalidad, y no en costumbres étnicas o tradiciones tribales.

2-      La adoración de ídolos nunca fue la creencia de los primeros pueblos prehistóricos y fue inventada por elementos malvados del pasado remoto para distraer a los monoteístas de las enseñanzas prístinas de Adán, el padre de la raza humana y los otros profetas que lo habían seguido.

3-      El intelecto nos dice que nuestro Amoroso Creador no nos ha dejado en la oscuridad, sino que ha enviado una serie de profetas para guiarnos por el camino correcto.

 

4.- Incumbe a los creyentes legar a sus descendientes el camino recto e inquebrantable que conduce hacia la dicha del paraíso y, por lo tanto, libre de creencias desviadas.

 

 

Queridos oyentes, finalizado el tiempo de nuestro programa de hoy, nos despedimos de todos ustedes hasta una nueva emisión y esperamos sus opiniones y propuestas al respecto.

 

P/MK/RH